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mayo 2024

Este mes publicamos El deseo de la palabra de Germán García. Se trata de un artículo publicado en octubre de 1979 en el suplemento cultural del diario La Opinión a un mes del fallecimiento de Oscar Masotta (1930-1979). Aquí García evoca los hitos del periplo masottiano, su lugar como figura destacada en el campo de la teoría crítica y posteriormente en psicoanálisis además de aludir a las controversias y efectos que provocaba su palabra singular. Sobre Masotta escribe García: “lo que sabía del deseo no le dejaba ignorar el amor y el odio que despierta una palabra verdadera, entre los que por tener más de una pueden no tener ninguna”. Reflexionando sobre los efectos de su muerte en la comunidad analítica, García alude a la escisión de la Escuela Freudiana fundada por Masotta y la usurpación legal del nombre de la revista que él mismo fundara. García concluye que la aceptación o rechazo de la enseñanza de Masotta continuará siendo un parteaguas en la comunidad analítica a pesar de su muerte.
El deseo de la palabra fue compilado por Marcelo Izaguirre para El revés de la trama (1999, Ed. Atuel-Anáfora)

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El deseo de la palabra (1979)

Oscar Masotta nacido en Buenos Aires en 1930 murió en Barcelona el 13 de septiembre. Un síncope fue el final de la certeza de una muerte inminente que mantuvo en secreto para no alegrar "a las imbéciles moscas". Porque lo que sabía del deseo no le dejaba ignorar el amor y el odio que despierta una palabra verdadera, entre los que por tener más de una pueden no tener ninguna. Atento a su deseo, desdeñoso de su satisfacción fue para muchos esa referencia que se designa por la palabra "maestro". 

Sabía divertirse con los efectos de lo que propagaba. Hace poco tiempo, cuando algunos decidieron apropiarse de la escuela que había fundado, se alegraba del buen camino que señalaba esa pérdida. ¿No terminarán patentando el nombre "Sigmund Freud" para sostener una legitimidad fallida? Su generosidad no le permitía suponer algo por el estilo. "No teman ustedes - escribía el último 8 de mayo, en una carta pública - que por algún artificio legal puedan ellos quedarse con el nombre de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Ese nombre que nosotros instituimos con nuestra historia y nuestro trabajo, está ligado a mi nombre..."

Sin embargo, en un telegrama tuvo que proponer la modificación del nombre para proseguir con la escuela que había fundado en 1974

Extraterritorialidad

Lacan afirma que el hombre moderno desconoce el sentido de la tragedia. Masotta decía lo contrario. 

Quizá por eso, a fines de 1974 decidió trasladarse a Londres frente a la inexorable tragedia en que no dejábamos de precipitarnos. Mientras reside en Londres viaja periódicamente a Barcelona, instalándose luego en esta ciudad. Allí funda la Biblioteca Freudiana de Barcelona y publica el primer número de Textos (una revista de psicoanálisis) y dos libros: Ensayos lacanianos (Ed. Anagrama, 1976) y Lecciones de introducción al psicoanálisis (Granica Editor, 1977). Promueve la fundación del Instituto Gallego de Estudios Freudianos y dicta clases en diversas ciudades de España. 

Como lo atestiguan los jóvenes intelectuales de la revista Diwan (una de las más importantes de la vanguardia cultural de Barcelona), Masotta era un interlocutor válido y respetado. Es que estaba seguro de que un psicoanalista que ignore los recursos de la lengua tiene pocas posibilidades de entender algo del fundamento de su práctica. Es Lacan quien afirma que el psicoanálisis habla las llamadas lenguas naturales y que, por lo mismo, el inconsciente no es una lengua universal. 

¿Qué hacer, entonces, con la infatuación galicista? Apoyarse en su fuerza para disolverla. Pasando una sola vez por París y hablando sobre su enseñanza, Masotta fue Analyste Practicien de L'Ecole Freudienne, fundada por Jacques Lacan. 

La certeza, la diversidad

Los intelectuales de su edad sospechaban de la facilidad con que Masotta pasaba de un campo al otro: filosofía y crítica literaria (Conciencia y estructura, Ed. Jorge Alvarez, 1969), semiología del arte y comunicación (El arte pop, Ed. Columba, 1967/Happening, Ed. Jorge Alvarez, 1967/La historieta en el mundo moderno, Ed. Paidós, 1970); por último el psicoanálisis (Introducción a la lectura de Jacques Lacan, Ed. Proteo, primera edición, 1970). ¿Pero acaso no estaba el psicoanálisis en su primera referencia a Lacan en 1959?

Ocurre que Masotta encontró la manera de escapar de los empleos intelectuales (traducción, publicidad, periodismo) mediante la enseñanza privada: "Hijos de la sofistiquería - dice, al presentar la Escuela en París - vendíamos nuestra enseñanza". En la palabra sofistiquería se condensa el problema histórico de los sofistas, el problema lógico de los sofismas y el problema ético de lo sofisticado. 

En 1964 Pichón Riviére le otorga un lugar para hablar de Jacques Lacan. Allí comienza la explicación de una certeza en la diversidad: ¿No había leído en Arlt que la economía atraviesa el cuerpo, que la ambición es la imposibilidad de un objeto y el robo el pretexto de la humillación y el goce? 

Aludiendo a Borges, podemos decir que Masotta fue el precursor de una relación de Arlt con el psicoanálisis porque encontró ese nudo donde las palabras copulan, inquietantes y siniestras con el cuerpo y la muerte. 

Pero además, la pregunta por un padre y la desesperada invocación de su ausencia, se encuentran por igual en el discurso del psicoanálisis y en los textos de Roberto Arlt. Un padre, quiero decir, la posibilidad de una palabra capaz de organizar el tiempo y soportar la angustia. Hablando de una época de su vida donde se encontró con la travesía de la locura, Masotta escribe: "¿Cuánto tardaría en idiotizarme por completo? No podía trabajar, no podía estudiar, no podía escribir. No podía nada, salvo atender a ese pánico psicótico que me habitaba". 

Los que nunca tocaron este punto tienen un discurso para vivir y, por lo mismo, no tienen necesidad de vivir para un discurso. Masotta escribió sobre Arlt cuando tenía 27 años y lo publicó 8 años después: "¿Quién era yo - se pregunta - cuando escribí ese libro? O para forzar la sintaxis ¿Que había de aparecer en aquel libro de la que era yo? Pueden ustedes reirse pero ya entonces en 1957 estaba yo un poco loco".

Hegel habla de la tentación de la locura durante la redacción de la Fenomenología del Espíritu y Freud supo de esa travesía durante la escritura de La interpretación de los sueños

Una experiencia parecida transformó a Borges - cuando un accidente lo puso al borde del delirio y la muerte - en un autor de literatura fantástica. En fin, los que tienen un discurso par vivir podrían reflexionar alguna vez por que hay sujetos que viven para un discurso. 

Masotta encontró en Arlt un amor por nuestra lengua perdida y recuperada en cada frase; esto lo llevó al psicoanálisis

Hacia una Escuela Freudiana

Todo aquí es diferencia - escribe Masotta en su primer libro sobre Lacan -. Un autor sospechoso que escribe sobre temas de psicoanálisis sin ser un psicoanalista, un libro escrito en español del Río de la Plata y que no intercambia casi una palabra en común con otros libros sobre el tema escrito en ese mismo español... En efecto, un comentario periodístico del momento ironizó que era imposible leer ese libro antes de conocer la Introducción a la lectura de Oscar Masotta, que debería escribir Jacques Lacan. 

En cuanto a la "moda" Masotta explicitaba: "Estas humildes - hay que decirles así - páginas sobre Lacan están dedicadas a quienes reconocen en el vértigo de ciertas modas la profunda verdad de este período que parece abrirse ante nosotros..."

¿No es en el psicoanálisis donde las resonancias polifónicas de la historia escapan de la linealidad ascendente de las profecías sin enmudecer en la vertiente cínica del hecho consumado?

Ese arte de escuchar el cuerpo subvertido por el lenguaje es sospechoso de retrógrado para los que sacrifican su cuerpo al porvenir y de corrupción sin límite para los que sacrifican su cuerpo al deletéreo canto de sirena del pasado. 

En 1971 Masotta no está sólo. Jorge Jinkis, Mario Levín, Arturo López Guerrero y Oscar Steimberg han realizado trabajos que, junto con los suyos, darán nacimiento al primer número de Cuadernos Sigmund Freud. Masotta escribe allí: "Parodiamos los encuentros de Freud y Fliess". ¿Qué es la parodia en psicoanálisis?

Decir a la manera del inconsciente, explicitando la impostura de la imitación y la paráfrasis. 

En 1974 Masotta funda la Escuela Freudiana de la Argentina (llamada, primero, "de Buenos Aires"). Desde entonces la historia será lazo de transferencia, juego de amor y de odio que distribuye cuerpos, palabras y dinero. Desde entonces se encontrará en esa ética del biendecir que no dice donde está el Bien, descifrando al goce en la certidumbre del mal. ¿Hasta donde es posible esta política del síntoma que pueda interpretar los síntomas de la política sin ceder a esos aires de superyó que hacen de esta última la práctica de una expiración? La pregunta es dolorosa, la respuesta, por el momento, imposible. 

La muerte respondió por Masotta, nosotros nos quedamos sin respuesta. Esa muerte es un nudo en la garganta, porque la aceptación y/o el rechazo de la enseñanza de Masotta determinó - quizá siga determinando por mucho tiempo - las posiciones de los analistas de nuestra comunidad. 

Una muerte que deja un nombre que, a su vez, deja unos textos: ¿qué otro ejemplo puede seguir dando un maestro cuya desaparición muestra que la falta de inmortalidad está lejos de ser una subjetivación de la muerte?

Germán Leopoldo García

Fuente: # (14 de octubre 1979). El deseo de la palabra. En el diario La Opinión, Buenos Aires. Incluido en M. Izaguirre (comp.) (1999) Oscar Masotta el revés de la trama (pp.33-37). Buenos Aires: Editorial Atuel-Anáfora, serie Impar. Recuperado de IG @germanleopoldogarcia

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