Blog de la Biblioteca y Archivo del Centro Descartes
noviembre 2025
La edición de noviembre del Blog René invita a los lectores a recorrer Après-coup, intervención que Germán García realizara en diciembre de 1979 en Tucumán.
Se trata de un singular material que soporta diversas dimensiones para la transmisión; desde la afirmación de las virtudes de un concepto, la indicación de su rol en la historia, hasta la presentación de sus propios límites. Así, por ejemplo, se podrá encontrar una interesante apuesta que promoverá una posterior conversación: “Voy a definir entonces al maestro como el límite de un discurso, en este sentido supongo que hay un sólo maestro que se llama Jacques Lacan, que el inconsciente freudiano es el discurso de Jacques Lacan y ninguna otra cosa por el momento. Esta afirmación es enfática, difícilmente demostrable, y también, difícilmente refutable”.
La terapéutica, el análisis didáctico, la formación de los analistas, serán objeto de interrogación pudiendo arribar a un horizonte del análisis definido como “la historización del deseo por la pérdida del origen”. Interesa particularmente la interlocución abierta con integrantes de la Asociación Psicoanalítica de la Argentina, como también la crítica dirigida a la “poética lacaniana”.
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“Apres-coup”, a destiempo, titulamos la presentación que realizara Germán Leopoldo García en las “Primeras Jornadas Psicoanalíticas del Interior” Tucumán, diciembre de 1979, organizada por ATEIPI. Institución psicológica a la que reconocemos situada en lo que podría ser el contexto imaginario de un discurso que nos pre-existe.
Quiero partir de la definición de lo que es un maestro. Un maestro es el portador del discurso que hace limite en un campo determinado: Newton es un maestro hasta Einstein, podemos decir que Galileo lo es hasta Kepler. Voy a definir entonces al maestro como el límite de un discurso, en este sentido supongo que hay un solo maestro que se llama Jacques Lacan, que el inconsciente freudiano es el discurso de Jacques Lacan y ninguna otra cosa por el momento. Esta afirmación es enfática, difícilmente demostrable, y también, difícilmente refutable.
Jacques Lacan ha sido la persona más expropiada del psicoanálisis contemporáneo; todos los términos que se utilizan han salido de Lacan, hay de él no menos de 20 seminarios inéditos, todo lo publicado en francés, algo traducido al castellano, no alcanza para dar una idea de lo que es el discurso de Lacan. Si yo quisiera compararlo con una figura histórica, que hoy ha sido nombrada aqui, lo compararía con el discurso de Hegel; sabernos que los discípulos de Hegel se ahogaban en el discurso de Hegel, ninguno podía comprender el límite de ese discurso.
Partiendo de que un maestro es esto, tomaré de este maestro la definición de lo que es una escuela de psicoanálisis. La preocupación fundamental de Lacan fue criticar el didáctico y la terapeútica, y hacer una escuela que permitiera en acto la critica de estas dos cosas. A su vez, Lacan piensa que la verdad, a la que llama midi, esa verdad que habla siempre a medias, está siempre en juego. Por lo tanto Lacan no piensa que el didáctico y terapeútica sean un invento de mala gente, piensa que fue una estrategia de Freud, apoyándose en Psicología de las Masas, para escapar de lo que llamó la cuestión nacional judía. Lacan interpreta que Freud sabía muy bien la política que hacía, a la que llama la política del síntoma. Una política del síntoma significa que la historia hace síntoma, y que como tal la historia es interpretable. Hay un momento, -ustedes pueden leer la correspondencia Freud Abrahan, Freud Zweiss, donde Freud se da cuenta que el psicoanálisis tiene todas las de perder. Se dedica a estudiar la psicología de masas, y a instituir, en el mundo entero líderes de masa ... Hacer masa, hacer que el texto circule, que se propague, sabiendo de todas maneras, que la palabra no se comunica.
Este hacer masa, que Lacan quiere aleatorio, momentáneo, se va a fijar en una relación que es la del didacta con su candidato.
Ustedes saben que para Freud, una masa, puede ser una masa de dos. El efecto de una masa es disminuir la inteligencia, aumentar la afectividad, ocuparse del otro y ser oblativo, sacrificar la propia satisfacción a la del conjunto. Una masa necesita un conjunto sin nombre en relación vertical a un solo nombre.
El líder de masa es en este sentido lo opuesto a un maestro, y un maestro es, también, lo opuesto a un padre. Yo agregaría a mi definición de maestro: el maestro es la muerte del padre. Solamente en las culturas donde los padres desaparecen fácilmente, como en la cultura budista, los maestros existen. Un maestro es también su propia desaparición en el discurso, por eso Lacan se puede citar a sí mismo, decir “Lacan dice”, o “según Lacan”.
La escuela que Lacan propone se basa en algo que se llama el pase. El pase es un procedimiento en la institución, y es a la vez una definición del acto analítico. Como definición del acto analítico, es cualquier pase de algo del inconsciente al discurso del sujeto. En este sentido, también hablaré de castración; diré que la castración no es sino eso que hoy se enunciaba como «Wo Es war, soll lch werden», esto que adviene es la castración, en tanto que entendamos que Ello quiere decir el mandato de goce de los padres.
Lacan dice que el didáctico hace masa, porque toda la definición del didáctico consiste en la identificación al líder, de allí salió la preciosa teoría de que el fin del didáctico era identificarse al didacta. Los problemas de prioridad, de originalidad, los problemas de partogénesis, las deudas no reconocidas, todo eso, va a ser enseguida un síntoma de manifestación de masa. La masa tiene siempre la ilusión partogenética de estar engendrándose a si misma desde la nada.
Hoy escuché hablar de la tradición, la tradición no explica nada, es el efecto de un discurso. Jorge Menéndez, que hablaba de la tradición, hacía un discurso tradicional de la fenomenología y/ Aristóteles, que en verdad nos llevaba al ser del bewusstsein, al ser de sí consciente, y nos proponía una singularidad que, para mi gusto, es la máxima alienación en el Moi.
Me parece que esto que yo designaba una maestro, que se dice con la palabra Lacan, dice al revés, “el psicoanálisis hace que el sujeto ocupe su lugar universal”. Que hay un lugar universal, esto plantea algo que he oído hoy, que se relaciona con la lógica de Aristóteles.
Aristóteles, no sabemos qué es, y no debemos preocuparnos, porque Aristóteles, por supuesto, no está en Ferrater Mora ni en Aristóteles mismo. Lo que nosotros decimos que es Aristóteles es en verdad un texto traducido varias veces, retornado al latín, con agregados de desconocidos, de Alejandro etc…
El famoso silogismo aristotélico:
Todos los hombres son mortales,
Sócrates es hombre,
Sócrates es mortal,
no es dé Aristóteles. En Aristóteles no se puede probar un universal por un particular; el silogismo de Aristóteles diría:
-Si todos los hombres son mortales,
-Sócrates es hombre, entonces
-Sócrates es mortal.
Que el psicoanálisis es una ciencia de lo singular, significa para mí algo que Lacan designó, rompiendo la idea de código, introduciendo la idea de lalengue, lalengua -todo junto, con minúscula-. Lalangue traduce para él el Trieb de Freud, la pulsión Lalangue quiere decir que el inconsciente puede ser tomado como la multiplicidad inconsciente de Kantor, o como ese lugar que produce límite en sentido topológico, pero que a su vez es límite de todo límite. Es también en este sentido en que se habla de la posición transfinita del analista.
Me hubiera gustado tener un pizarrón, porque me hubiera sido más fácil contarles en éste poco tiempo una serie de cosas que para mí son fundamentales de discutir antes de decidir ninguna posición en relación al discurso de Lacan en la actualidad.
El pase, como procedimiento, tiene como función poner en juego al analizante como pieza clave de la autorización del analista. Rápidamente el pase se puede describir así: hay un jurado de tres personas, alguién que quiere ser reconocido como analista de la escuela; se dirige a ese jurado, ese jurado le pide a otro analista de la escuela que tome un analizante, y haga que ese analizante entre viste al señor que pide el pase. El analizante lo entrevista, y sin saber lo que escuchó ni lo que dice habla, los otros escuchan y deciden.
La primera protesta fue ésta, ¿qué sabe un analizante lo que es un analista? La respuesta de Lacan fue, ¿qué es un analista más allá de lo que instituye por la transferencia un analizante? Este procedimiento del pase tenia como función separar la idea de didáctico y dejar que los análisis fueran análisis. Hoy es costumbre también decir que los didácticos son análisis, pero se los sigue llamando didácticos. Lacan hizo el pase, y el análisis; el análisis es algo que corresponde a cada uno, el pase es el procedimiento por el que la escuela reconoce a alguien como analista.
Lacan dice que la terapeútica es el retorno a un estado anterior y que en este sentido el análisis es exactamente lo opuesto; el análisis es, podemos decir, la historización del deseo por la pérdida del origen.
En esta historización del deseo, todos sabemos que está en juego el concepto de repetición; sin embargo, cosa fácil de ver en supervisiones y que yo también escuché hoy aquí, es fácil confundir repetición con automatismo. Hay un texto de Freud donde ésto se diferencia dice: “Se pensará que la angustia viene de la repetición ... , mejor dicho, del automatismo ... , de no poder gobernar voluntariamente un acto ... Pero más allá de eso, dice Freud, se trata de que la realización del deseo es siniestra ... “
Que la realización del deseo sea siniestra, es lo que dió lugar a la idea de goce. Esta idea de goce en Lacan tiene una función precisa. En Leclaire y otros autores es simplemente fenomenología. Se puede, en cualquier momento, hablando de goce confundirlo con placer.
En Lacan, el goce, son los procesos primarios, es lo que se articula. El sentido, es la copulación del cuerpo con las palabras, y no hay más sentido que ése. Y ésto lo que quiere decir cuando se dice que un sueño tiene sentido porque realiza deseos, pero un deseo no tiene otro sentido que realizarse. Lo que está en juego, como decíamos recién, es fundamentalmente la teoría del significante ... Lo demuestra el hecho de que la idea del «pase» misma, está inspirada en una peculiar teoría del significante ... , teoría del significante que para Lacan no está asociada a la lingüística, sino a la inversa, Lacan dice: los estoicos ya sabían eso.
San Agustín utiliza la misma idea del significante en un texto que se llama “De Magíster”.
Que los lingüísticos hablen de significante no es algo que a Lacan le preocupe. Cuando dice «significante», se refiere a la diferencia que se engendra por el retorno de lo idéntico en el discurso. Cuando dice: el significante «uno», no está hablando de un significante, sino del conjunto de los significantes que hacen uno. Y cuando dice: significante dos, no está hablando de dos significantes ni del que viene después, sino del conjunto de los significantes que hacen otro. Que haya conjuntos de significantes que hacen uno y que hacen otro, es todo lo que se puede decir de este discurso instituido por una ruptura entre lo homogéneo y lo heterogéneo, es ahí, en la ruptura de heterogeneidad de esta homogeneidad del discurso donde habría que situar a la repetición.
La asociación libre, al revés, es puro principio del placer. No se asocia por compulsión repetitiva, se asocia por satisfacción: es lo que no entendieron los surrealistas, que confundieron la escritura automática justamente con el discurso del inconsciente.
Nosotros estamos acostumbrados a decir que el inconsciente implica que se lo escuche, y que hay gente muy inteligente que puede pensar cosas muy interesantes, sin utilizar para nada la idea de inconsciente.
El Inconsciente, si quisiera metaforizarlo rápidamente, diría: es el pasaje que puede haber de la lógica aristotélica al teorema de Euclides. Aristóteles es quién dice: Una cosa no puede ser requerida a la vez por el ser de la cosa y por el no ser de la cosa. Euclides demuestra, utilizando el carácter transitivo y poniendo el elemento al cuadrado, que con la introducción de una variable n cualquiera, una cosa puede ser demostrada como sí misma y como lo opuesto a sí misma.
Todo ésto, como mi oficio no es la lógica, sino mi entretenimiento, yo les recomiendo un libro de Jean Lucasevích, que se llama “La silogística Aristotélica…”.
Sacar entonces el didáctico, sacar la terapeútica, organizar una escuela sobre la idea que no hay comunicación de la palabra, que no hay diálogo -ésto es bastante fundamental-, que hay propagación y desplazamiento del discurso. Lo que se llama “lo simbólico»” se puede reducir a ésto: al desplazamiento del discurso. El desplazamiento del discurso no es ningún chiste, es casualmente lo que arruina toda la idea de análisis de la resistencia.
El análisis de la resistencia está basado en la idea de una simetría invertida entre el inconsciente y la conciencia. El desplazamiento del discurso, también señalado por Freud, implica lo contrario. Freud dice: que se defienda la capilla cuando se ataca una ciudad, no quiere decir que eso sea el depósito de municiones de la ciudad; puede querer decir solamente eso: que se defienda la capilla para que no se sepa dónde está el depósito de municiones. Eso no lo entendió nunca el llamado análisis de la resistencia.
Tomar un significante puntualmente es encabalgar el concepto de significante sobre la vieja idea del “análisis de resistencia”. Es renovar el discurso sin modificar la escucha del analista. No se modifica ahí la manera en que el analista está implicado en el discurso que dice. Sí un significante es a la vez ésto que al querer retornar idéntico deja caer una diferencia, esa diferencia se llama en Lacan: el objeto “a”, es decir, la causa del deseo mismo de hablar. La pregunta es: ¿qué causa el deseo de hablar?. Dejar abierto el lugar del análisis y separarlo de cual quier maniobra institucional, no es, entonces, hacer una masa. Una masa, como dice Lacan por ahí, de iguales, donde algunos son más iguales que otros ... , sino al revés, instituir los cortes simbólicos que hagan posible que el sujeto testimonie por su palabra de la relación de su ser con el análisis. Testimoniar con la palabra es lo opuesto a "monografiar". A mi me parece que no se evita la monografía evitando la cita. La monografía es simplemente una cierta coherencia del yo. Hay siempre un examen en juego. Cada vez que evito un riesgo, lo haga como lo haga, estoy haciendo una monografía. Cuando no hago una monografía, cuando doy testimonio, mi texto, mi palabra puede ser mi “pase” ... Porque … ¿Por qué los analistas tendrían que juntarse y hablar ... ? Esta es la pregunta … ¿Qué causa el deseo de hablar de los analistas entre sí ... ?
Lacan dice: si yo desfalleciera ahora, quedarían nada más que los desperdicios de mi enseñanza. Estos desperdicios tienen nombres; se llaman: Mannoni, Laplanche, Leclaire, etc .... ¿Por qué desperdicios de mi enseñanza? ... Porque no se cambia la estructura de un discurso modificando sus términos. Para decir en los términos de Russell, el problema no es nominal; si el problema es estructural, no hay un discurso consistente estructuralmente diferente al de Lacan, hay variaciones sobre el discurso de Lacan. Son variaciones que confunden más de lo que aclaran.
Hay un libro de Leclaire que se llama “El objeto del psicoanálisis”, que Uds pueden leer, donde él intenta substituir la idea de significante por la idea de letra. Para hacer ésto se apoya en Derrida, no se apoya en su experiencia clínica; y al apoyarse en Derrida, saca la conclusión de que la letra se inscribe en el cuerpo, con lo cual hemos vuelto a Rousseau: hay un cuerpo al que encima se le escriben letras. Esta idea roussoniana es lo opuesto al sujeto del psicoanálisis. El sujeto del psicoanálisis es el cociente de la remisión de un significante a otro.
Por eso yo prefiero mezclar los dos temas mientras hablo ... para que nos demos cuenta de que sí está en juego ta transmisión del psicoanálisis, no es el problema de la información de lo que está en juego, es el problema de la pérdida de información. Esta pérdida de información quizás sea lo necesario, pero una pérdida de la información no es igual a la represión ni al ocultamiento de la información. Para perder una información, primero hay que tenerla. Uno puede perder toda la información que quiera, pero debe tenerla primero. Porque el que abra un texto de Lacan y no sepa Topología, no entiende nada ... sólo asocia sobre el texto.
Se ha creado una poética lacaniana. Hay muchos poetas del lacanismo ... es una poética basada en hablar, como si se pareciera, con otras palabras.
En ese sentido pienso que debemos escapar de cualquier invento liberal que nos haga creer a nosotros que el saber es la suma de las opiniones de los agentes del saber. Yo prefiero decir, como Lacan: no hay diálogo. El diálogo por excelencia es el platónico ... que consiste en llevar a uno mediante preguntas a hacerle encaminar las respuestas que ya tenemos.
Voy a agregar una precisión monográfica para definir en intensión, con “s”, y en extensión, una escuela. Hay que definir en extensión qué elementos la componen: textos, personas, circulación de cuerpos, dinero, etc .... y en intensión: qué es el análisis.
Para Lacan, liberar el problema del didáctico era dejar abierto el análisis para que de ahí surgiera la respuesta a “qué es el análisis”, y la escuela, en tanto se propaga, se define en extensión por el limite que su discurso instituye ... Cuando digo discurso quiero decir intercambio de cuerpos, dinero, palabras, regulado por algo que se llama: la transferencia del cuerpo producida por la articulación del significante, donde el nombre de cada uno es la recuperación imaginaria de ese cuerpo. En tal sentido, una institución es el amor a un cuerpo perdido, siempre. Esto es demasiado monográfico … pero lo quería agregar.
De Gregorio: Creo que la expresión que el inconsciente freudiano es el discurso de Lacan ... estoy de acuerdo, si ésto es una metáfora disfrazada de afirmación …
Garcia: “ ... O una afirmación disfrazada de metáfora ... ?
De Gregorio: “Si es una afirmación disfrazada de metáfora, plantea el problema del concepto ... pero si fue una afirmación disfrazada de metáfora, el asunto ya es serio desde el problema de que tendríamos que ubicar dentro de un marco conceptual que es lo que llamamos el inconsciente freudiano … Entonces, quizás ya tenemos tiempo ... Creo que al tiempo lo podríamos desperdiciar en decisiones y planteas de ideas no todas de acuerdo ... , si no aprovecháramos este tiempo que a su vez corresponde al Dr. García que nos aclare a lo mejor planteas oscuros ... (puntos oscuros) del discurso, que pueden, por el valor metafórico, haber quedado, quizá a mi gusto, demasiado abiertos en su significación. Si ésto pudiera ser esclarecido conceptualmente podríamos quizás aprovechar mucho tiempo de una discusión posterior … Entonces, un primer aspecto, yo lo centraría en esta afirmación disfrazada de metáfora, Y entonces pregunto: Pero, en conclusión, qué es lo inconsciente freudiano? ... Primer punto: qué es hacer masa ... ? Una masa es posible hacerla? ... y quién la hace? ... No es la masa ta que hace al líder ... ? Podemos pensar que existe alguien que puede hacer esa masa si esa masa ya no es preexistente? ... Y cómo podría transmitirse un saber en una institución considerada como masa si nos atenemos al concepto de Psicología de las masas en donde “masa” es sinónimo de neurosis, ya que el funcionamiento psíquico de una masa -Freud se atiene a los trabajos de Lebón- muestra similitudes enormes con la neurosis y el delirio” .
“También en un marco metafórico entiendo que uno de los conceptos de análisis didáctico y quizás uno de los más pobres, en el mundo del psicoanálisis, es aquel que ha hecho afirmar que el candidato a psicoanalista termina su análisis cuando se identifica con su analista” .
“Como a la vez, aparte de director del ‘Seminario Freudiano’, también soy analista didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. En tal función también realizó análisis didácticos, hago entrevistas de admisión para la institución, y también soy profesor del ‘Instituto de Psicoanálisis’ ... , es decir, estoy ubicado en todos los lugares en que se realiza el llamado psicoanálisis didáctico, desde ésto que habló -García como “hacer masa” y como “pase”. De acuerdo a ésto, vuelvo a hacer la misma pregunta que hice para lo inconsciente freudiano: cuál es el concepto de análisis didáctico que García tiene ... porque no me reconozco en ese concepto ... y sí reconozco metafóricamente la extensión que realiza..
García: La expresión “hace masa” está usada a propósito; como se dice “hacer un cortocircuito”, y para subrayar un acto que está en la constitución de una masa. Efectivamente, la masa no se hace, si por hacer, pienso, que la palabra no implica al sujeto: hacer masa, como decir, leer algo, implica un deseo ... A mi me parece que lo que usted plantea es ésto: la masa -empiezo por este segundo punto -es el goce del esclavo. Lo que se puede deducir en el discurso de Freud es ésto. Si hay un deseo que no soporto, habrá entonces alguién que se hará cargo de los demonios que ese deseo me provoca; ése será el líder de la masa. En ese sentido, cuando un didacta “hace masa” se encarga de defender a sus practicantes de los efectos demoníacos del psicoanálisis: ésta es mi definición.
“Hacer masa” se resume en un problema del tiempo lógico, que Lacan plantea
en tres tiempos: instante de mirar, tiempo de comprender, momento de concluir. Es una discusión muy interesante, un sofisma que hace Lacan que está en “Escritos 1” en castellano. Ahí Lacan dice que ésto, aplicado a una masa quiere decir lo siguiente: - (hay que partir de la idea de que la masa es la psicología del Yo; entonces voy a decir que en donde la psicología del Yo sea fuerte, se hace masa. -No que alguien lo haga voluntariamente ... quiero decir “hacer masa” en este sentido).
Hacer masa es decir: un analista sabe lo que no es un analista: instante de mirar; los analistas se reconocen entre si,: tiempo de comprender; me apresuro a decir que soy un psicoanalista para que los demás analistas no digan que no soy un psicoanalista: momento de concluir.
Me he precipitado imaginariamente en la identificación a otro. Esto le pasaría a cualquiera que razonara de esta manera su carrera analítica. En este sentido, yo digo que las instituciones «hacen masa» porque además Freud lo quiso así en un momento; designó líderes que decían: éste, Janes, sabe lo que no es un analista; Janes y los otros se reconocen entre sí. Nosotros, “los de los anillos”. Apresúrate a decir que eres un analista porque sino, podrás no ser reconocido como un analista. Para Lacan ésto instituye tanto la asimilación, como la segregación; ésto estructura, como usted decía, el goce en tanto se relaciona con el esclavo.
Lacan invierte a Hegel y dice: el goce no es del amo, es del esclavo. Que el goce es del esclavo es algo que se puede entender si ustedes revisan un poco los problemas del derecho. En el derecho se dice: el goce de la cosa ajena, porque el dominio se divide en propiedad y arriendo ... lo que está arrendado no se goza. En la masturbación el sujeto arrienda su pene, no es en tanto su pene que él puede gozar del órgano.
Repito qué es el inconsciente Freudiano, ya que he afirmado que “el inconsciente freudiano es el discurso de Lacen”, entonces voy a responder con el discurso de Lacan. La primera definición dice: et inconsciente es un discurso real, llamado así por ser imposible. Hoy escuché también aquí un deslizamiento de la palabra imposible hacia lo imaginario de la impotencia; lo imposible no es la impotencia, lo imposible es uno de los cuatro silogismos.
Cuando Lacan dice que el lugar del analista es imposible, quiere decir que el lugar del analista es real, o dicho de otra manera que el analista es una mierda, tomando mierda en el sentido del objeto “a”; es un requecho que causa el deseo del otro, pero no puede ser nunca lo que devuelve, obviamente, al otro, una imagen. El analista, dice Lacan, es el síntoma más grave del psicoanálisis.
Entonces, para definir este inconsciente, yo digo que el inconsciente es un discurso real, llamado así por ser imposible, imposible quiere decir para Lacan que lo real no se muestra sino que se demuestra; no se percibe sino que se calcula. Esto que se demuestra y que se calcula se hace con letras ... Lacan le llama “mathemas”. Los mathemas serian estas unidades, estas letras con las cuales el discurso analítico dice lo que tiene de real. Lacan inventó hasta ahora cuatro letras. Esas cuatro letras y sus permutaciones dan para Lacan cuatro discursos, y estos cuatro discursos tendrían que ver también con la definición de inconsciente freudiano. El discurso del amo, o si quieren del maestro, también por qué no del esclavo, porque un “maitre” en la Argentina es amo para el mozo y esclavo para el patrón. El discurso del amo, el discurso universitario, el discurso histérico y el discurso analítico. Para hacer estos cuatro discursos Lacan se inventa cuatro lugares: el lugar del agente, el lugar de la verdad, el lugar del Otro y el lugar de la producción. A su vez, define estas letras: significante 1, significante Amo del goce; significante 2, el saber; a, plus de goce, resto de goce; S sujeto dividido ... Con estos cuatro lugares y estas cuatro letras él va a ir variando de lugar y va a decir: el discurso universitario se caracteriza por tener como agente el saber. Se supone que el otro, el que escucha, quiere saber. El discurso del amo tiene como agente al falo. El discurso histérico tiene como agente at sujeto dividido y el discurso analítico tiene como agente al objeto a.-
En una época, en nombre de Lacan, se decía: analista es el Otro, con mayúscula. Si analista fuera el Otro con mayúscula, seria un padre paranoico. El analista, no es el Otro, el analista es lo que viene a ser el soporte, pero no a soportar, porque eso no se soporta ... es lo que viene a ser el soporte del objeto a, lo que causa -dice Lacan -, con el silencio, el deseo de la palabra.
Volviendo a Freud, hay un pequeño texto para responder al inconsciente freudiano, se llama: “Algunas observaciones sobre el concepto de inconsciente en el psicoanálisis”. En este pequeño texto, Freud dice la clásica definición de que el inconsciente es dinámico, etc. y después de decir todo eso dice que el inconsciente no es nada; rápidamente concluye en que después de todo, el inconsciente no es sino lo que le falta al discurso consciente; y agrega, incluso que la palabra inconsciente le molesta, y por eso va a abreviar lnc .. Entonces esta definición quedaría: el lnc. es ésto que falta al discurso consciente. Pero que algo falte al discurso consciente no implica que ese discurso tenga ninguna falla, implica que alguien escucha la caída de una diferencia en la identidad de lo que el otro dice. Si yo quiero llevar más allá la definición de inconsciente en Freud, cualquier buen lógico me diría: si te acepto una línea todo lo demás, sino sos tonto, es cierto. Entonces todo el problema del inconsciente freudiano es esta línea, no entre un significante y significado, sino entre un significante y otro significante. Pero además, un significante que no es un significante, sino un conjunto de significantes. Freud les llamaba a los primeros trabajos “el núcleo”, la resistencia aumentaba cuando nos acercábamos al núcleo, decía Freud.
Yo creo que se podría seguir sumando cualquier tipo de definiciones. En el acto analítico yo digo: el inconsciente es la escucha de lo diferente en lo que el otro dice como idéntico. En la historia del psicoanálisis se han querido hacer tablas de diferencias: seria el simbolismo. Después tenemos el problema del psicoanálisis aplicado, es decir, hacer concordar una teoría con el discurso de un paciente, el problema de la psicobiografia, al estilo Bleger ... Este se imaginaba que todo lo que dijera se podía explicar por los primeros acontecimientos de mi vida, con lo cual él hacía psicobiografia, no hacia psicoanálisis. Cuando remito un discurso a una causa que son los acontecimientos de una vida, ese se llama psicobiografia. Freud lo hacia muy bien, pero no lo hacia siempre.
La historia esa, dice Freud, es producto de ese fantasma. Esa seria una definición que yo daría del inconsciente en el acto analítico, y creo que aquí esta “en el aire, como se dice, en todas las prevenciones respecto al problema de la escucha analítica misma. Creo que estaba en acto, en su intervención respecto a un caso. Eso para mi es escuchar la diferencia en la identidad, incluso en sus aclaraciones sobre la palabra “esterilidad”. Eso para mi define al acto de escuchar lo diferente en lo idéntico. Pero creo que hay un error que es hablar de concepto.
Hablar de concepto es un error, el concepto no existe; y el primer problema conceptual es hablar de «conceptos». Que el concepto no existe quiere decir que no hay ningún metalenguaje que se pueda construir sobre un lenguaje; el lenguaje que se pueda construir sobre un lenguaje; el lenguaje tiene en si mismo, la causa de su consistencia, cada lenguaje es el mismo, primero y último y consistente. Por lo tanto, remitir un discurso de si mismo a la diferencia que tiene consigo mismo, no es plantearse el problema del concepto. Yo creo que el problema del concepto es definitivamente un problema de “oscurantismo universitario”.
Conozco también un trabajo que se llama “El concepto de concepto en Hegel”. Está publicado en un cuadernillo de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de Méjico). El autor no lo recuerdo .. Pero ustedes podrían pensar que el concepto es una palabra ... no quiere decir nada y el psicoanálisis es más bien aconceptual. Aconceptual no quiere decir que el psicoanálisis no sea consistente, sino que su consistencia es del orden del delirio. El psicoanálisis, dice Lacan, es un delirio del que se espera una ciencia, lo cual es mucho, dice Lacan, porque no de cualquier delirio se espera una ciencia ... De la religión, uno espera otra cosa; del espiritismo, espera otra, o sea que el psicoanálisis es esta escucha y esta espera. Esto es lo que yo me imagino de lo que puedo leer. Todo lo que yo estoy haciendo ahora es una incitación a la lectura. Me parece peligroso decidir nada con respecto a Lacan sin conocer exhaustivamente lo que dice. Desde Francia nos llegan en la “oleada”, toda la segunda mano francesa, que vive de los requechos del discurso de Lacan y que aquí juegan de maestros, por una dependencia cultural ridícula. Si hay que ir a las cosas, vayamos a las cosas. Si uno quiere saber que pasó con el psicoanálisis en la Argentina, pasó algo muy sencillo: un estudiante de filosofía, bastante loco, llamado Oscar Masotta, se le ocurrió en 1958 enseñar Jacques Lacan ... Quince años después llegan los psicoanalistas. Estos son “problemas candentes”.
Menendez -”Hay una serie de conceptos, diríamos nuevos para mi, que vos vertís de Lacan ... Yo no soy un conocedor de Lacan; leo a Lacan y tomo algunos puntos, pero sin que involucre, ni la pretensión de una importación lo uso como concepción más que como concepto; y me baso en la experiencia clínica de los “Ateneos de los miércoles”, y en la experiencia que tengo como analista,, .
“Cuando uno juega con los términos de los conceptos se pueden hacer realmente cosas muy interesantes. Cuando uno no conoce el código del otro es muy difícil discutir. Yo no puedo discutir en tú código. Yo lo que traté de hacer es dar una evocación y en evocación trataba de plantear el “exceso operante” que hay cuando aparecen “coágulos ideológicos” del sistema o formaciones del sistema, que también puede tener Lacan. Y en este sentido, no digo que la tenga, sino que lo puede tener. Ahora, si ya se construye el maestro de ésta manera, habría que pensarlo. Yo hablaba de maestro... que un psicoanalista aprenda al lado del maestro”.
“Quería decir algo con respecto al maestro. Podría ser así: parece que una maestría estuviera ahí, un punto que haría compleja incluso la transmisión”.
“Yo me refería también a otra cosa: a la experiencia clínica, donde puede verse que el maestro es aquel que se deshace como tal para que advenga el conocimiento del inconsciente”. “Entonces, en mi discurso no traté de personificar ningún sector del psicoanálisis, pues creo que eso exigiría toda una jornada de síntesis, de muchas acumulaciones. “Todo lo que vos decís me hace pensar ésto”.
“Hay cosas que he tomado nota, que las voy a pensar ... me parecen interesantes ... me dan una visión un poco más allá de la que yo tenia, pero siempre he hecho una lectura muy cuidadosa en el sentido de entender que uno hace una traducción”.
“El único punto que a mi me preocupa es si Lacan ya no deviene en un sistema muy rígido. Yo te digo que pongo en duda esta situación ... Habría que verla…
Garcia -Una pequeña respuesta: yo hoy hice un chiste .. dije: Jorge debe tener de paciente a Hegel, porque todo lo que decías que se basaba en tu experiencia clínica, yo lo había leído en algún lado ... yo ya lo había leído.
De Gregorio - “Con respecto a ésto yo quisiera volver a las fuentes, y quisiera interrogarme si las ‘Jornadas’ van a transcurrir por Lacan o por la “formación
psicoanalítica”. Creo que ésto es importante tenerlo en cuenta. Porque si nos vamos a centrar en la discusión, llámese Lacan, Freud, Klein, De Gregario, García, Palito, es decir quién sea, cambia inmediatamente la mira de nuestra reunión, lo cual no quiere decir que no sea útil ... quizás sea más útil. Pero ante ésto, yo me pregunto: cuando fui el autor de la pregunta acerca del inconsciente freudiano es porque entendí que en la afirmación había un concepto, por más que estoy totalmente de acuerdo que concepto, después de todo, es una convención, y al mismo tiempo, el rótulo de una fantasía, y que toda ciencia se basa en conceptos fundamentales que a su vez tienen que soportar la crisis de toda ciencia para poder advenir a un desarrollo de lo mismo que propone como investigación, a una crisis de sus conceptos fundamentales que dejarán de serlo. En ésto estoy totalmente de acuerdo, pero cuando se dice: “lo inconsciente freudiano es el discurso de Lacan”, ésta ya no es una metáfora, y entonces “inconsciente freudiano” está convocado como concepto” .
“Por ejemplo, en la cita que hacia García en Freud, no leemos para nada lo mismo; Freud en ningún momento dice que el término inconsciente no le sirva. Voy a aclarar “el concepto” de lo que digo: Freud, en 1914, en el desarrollo de su sistema, se encuentra que dentro de lo que él llamó inconsciente, que después de todo es el rótulo por la negativa -seria lo no consciente -, se encuentra con una estructura. Es ahí cuando plantea el problema de diagnóstico diferencial entre neurosis de transferencia y neurosis narcisista, neurosis de transferencia y psicosis ... pero no recurre al lnc. porque no le sirva la palabra inconsciente, sino que necesita crear una nueva palabra, un “concepto” para dar cuenta de una estructura en su teoría; algo que después advendrá con el nombre de Ello ... que paulatinamente fue progresando o retrogresando, depende de donde se mire su pensamiento, hasta donde necesitó crear un concepto fundamental: lnc. Por eso, la palabra inconsciente, ya por su valor fenoménico descriptivo, no rendía cuenta del fenómeno clínico al que estaba enfrentado. Entonces, dentro del sistema teórico de Freud, inconsciente es un concepto, dentro de ese sistema de pensamiento. Esto no quiere decir que nosotros nos adscribamos a él o no podamos redescubrir en la clínica este fenómeno; vuelvo a la afirmación: “lo inconsciente freudiano es el discurso de Lacan. Creo que cuando García nos propone que en la lectura de Lacan hay que hacer un reduccionismo elíptico, casi basado en un delirio, en donde uno advenga real tomándose como una ilusión delirante del espejo para decir que el analista es el Otro. Este es uno de los rótulos de lo absurdo, pero habría que pensar quién ésta en este discurso: «lo inconsciente freudiano es el discurso de Lacan ... “quién está en función de analista, porque yo oigo desde mi escucha analista, que Lacan está convocado en el lugar del
Otro desde la propia teoría Lacaniana. Por lo tanto, Lacan, muerto ilustre desde su cuadro en la pared, está convocado corno analista ideal a realizar el análisis del sujeto que afirma: “inconsciente freudiano es el discurso de Lacan”.
¿Quién me analiza? “Lacan, desde su fotografía ... “Creo que éste es un problema quizás para aclarar. El otro aspecto por centrar mas, es la discusión en el tema que nos ha convocado Ateipi. Yo preguntaría a García, después de haberlo oído con atención: cuál es el lugar que ocupa en la formación psicoanalítica el análisis del analista. Hago esta pregunta porque para mí los psicoanalistas no llegaron a la Argentina quince años después de Masotta. Creo que el psicoanálisis en la Argentina le debe muchísimo a sus pioneros, por más que podamos volver a sus conceptos fundamentales y volver al discurso de lo que podríamos llamar nuestros “padres analíticos”, y encontrar ahí puntos que pueden ser comprendidos desde otras perspectivas. Creo que mostraríamos un desagradecimiento enorme si pensáramos que los analistas somos nosotros, porque estamos quince años después de ese estudiante de filosofía, y que hace quince años atrás, el psicoanálisis no había hecho nada en la Argentina” .
García -Quiero hacer una breve respuesta: yo dije que hablan llegado después a Lacan, no al psicoanálisis, me estaba refiriendo al discurso de Lacan. La afirmación de que “el inconsciente freudiano es el discurso de Lacan”, no implica que Lacan esté como imagen, porque sino, diría: el inconsciente freudiano es Lacan. Dije que Lacan se perdía en su discurso al punto de recuperarse por la cita. Esto me parece importante, pero me parece importante otra cosa en nuestro diálogo, que es lo siguiente: yo notaba hoy aquí, la ausencia de la palabra padre, incluso cuando el material lo exigía. Usted habló ahora de padre y de deuda, ésto me parece que es importante ... pero parece que no somos todos hijos del mismo padre, lo cual no implica ponerse a discutir quién tiene padres mejores. Quiero decir: tener padre es importante porque digo: el análisis es la historización del deseo por la pérdida del origen. He trabajado mucho sobre historia del psicoanálisis y me he peleado con mucha gente que quiere a otro porque no lo lee. Yo escribo un articulo sobre P. Riviere y dicen: “¡¿Cómo decís eso de P. Riviere?!” Yo les digo: vos qué leíste de P. Riviere, y me dicen: “ah!, yo no lo leí, pero cómo decís eso!”. Entonces creo que no hay otra ética posible que la de tratar de leer el discurso de los demás y de responder como uno piensa de ese discurso. En ese sentido yo creo que si, que el pensamiento psicoanalítico en la Argentina tiene importancia fundamental, pero también reprimí otra cosa ... : que el psicoanálisis comenzó en la Argentina en 1910 ... que había en Rosario un “lacaniano” en 1936. Cuando llegó la Asociación Psicoanalítica, en el primer número de la revista hay una carta de Janes que dice claramente: ese alemán -pero acá pensamos que no es el idioma sino el mismo Freud -, ese alemán, todavía deseable, ahora no es prescindible. La cosa pasa por Londres, así que a estudiar y relacionarse con nosotros: es el saludo de Janes a la Internacional: Primer Número dedicado a Alexander.
Todas las líneas que se fueron tendiendo estuvieron minadas por el culturalismo norteamericano, por la psicología concreta, por el pensamiento Kleiniano … todo ésto no es que esté ni mal ni bien. Yo lo que digo: hay un retorno a Freud. Nos encontramos en ese retorno a Freud y es ahí donde debemos nombrar las cosas que ocurren. Pienso que ese retorno no se produjo desde adentro de la APA, sino que se le impuso a la APA desde «afuera», desde el mercado, desde la Universidad, desde todos lados.
Los primeros grupos en la APA que comienzan a trabajar con Lacan lo hacen después que habían unos cinco mil estudiantes “lacanianos” en Buenos Aires - “lacanianos” quiere decir que repetían su discurso -. Esta presión exterior obligó a la APA a modificarse. No me parece que esté mal, me parece que está muy bien, pero obviamente, yo voy a seguir tirando para el mismo lado.
Cuando hoy se planteaba tal opción de Lacan o de la formación analítica, no podía hablar de otra manera, porque para mí hablar de Lacan es hablar de la formación de analista.
Digo: todo el discurso que circula en este momento en la Argentina tiene la marca del discurso de Lacan; incluso usted recién, para explicar que no era “lacaniano”, usaba conceptos “lacanianos”: la alienación del espejo, etc .... En ese punto, mi intención es menos polémica de lo que parece. Yo estoy contento por el tono que tomó la cuestión en el sentido de poder hablar con franqueza.
Pienso que hay miles de temas a trabajar que hoy se podrían enumerar. Hablamos del significante ... yo no podría desarrollar ese problema ... creo que es un problema complicado para todo el mundo.
Lo que yo intentaba decir acá es ésto: a mí me parece que no hay que equivocarse respecto a la lectura de Lacan. Yo comentaba hoy que hice un comentario en una revista de Adeba, que aparecen muchas metáforas como la “institución madre”, y cosas por el estilo ... Por qué en Adeba se condenaría a que “lo francés” esté representado por Bel a Grunberger, cuando existe Lacan. Nadie traducía psicoanálisis francés, hace quince años; pero hoy, hay que tenerlo claro: no hay una “escuela francesa …” Laplanche es un imbécil ... no tiene nada que ver con la escuela francesa ni nada por ei estilo. Acabo de leer un libro sobre la angustia donde puede citar a Freud de pe a pa para decir exactamente lo opuesto. No es que hay una escuela francesa, que estamos todos en ella.
El análisis del analista es el fundamento del análisis. Pero yo pienso así: el análisis del analista es su experiencia del inconsciente; pero nadie me ha demostrado, si el inconsciente habla, que los pacientes de Garma estén mejor analizados que Góngora, es decir, que tengan “mayor” experiencia del inconsciente ... -
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