Germán García - Archivo Virtual / Centro Descartes, Buenos Aires

Psiquiatras, en contra del nuevo manual de desórdenes

# (11 de enero 2012). Psiquiatras, en contra del nuevo manual de desórdenes. Por Josefina Edelstein, en La voz del interior, Córdoba. Recuperado de https://www.lavoz.com.ar/psiquiatras-contra-nuevo-manual-desordenes

A partir de mayo de 2013, buena parte de los profesionales de la salud mental del mundo se regirá por un nuevo manual que define las enfermedades de la psiquis y cuyo borrador viene levantando polvareda. Será la quinta versión que publicará la Asociación Psiquiátrica Americana del conocido DSM, forma abreviada de su nombre en inglés que refiere a Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales.
Esta Biblia que también se utiliza en Córdoba –contemplada por la nueva Ley de Salud Mental– para presentar ante las obras sociales el diagnóstico y tratamiento de un paciente, ha recibido fuertes críticas por las nuevas enfermedades mentales que clasifica, ya que muy pocos seres humanos estarían en condiciones de ser considerados normales o saludables.
Inquietos por el futuro de la salud mental en relación a lo que depare el DSM-V, dos psicoanalistas cordobeses miembros de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL), César Mazza y Pilar Ordóñez, apor­tan a la controversia el hecho de que el manual “al codificar, reduce el acto médico a encasillar en una clasificación y recomendar un medicamento, con lo que se promueve el consumo de una pastilla, sin tener en cuenta la singularidad de cada persona”.
Al mismo tiempo, consideran que “es funcional a los sistemas de salud y de seguridad social, en particular de Estados Unidos, y a intereses de la industria farmacéutica, ya que los trastornos mentales se solucionarían con una pastilla y con terapias comportamentales que prometen regularizar desórdenes en pocas sesiones”.
“Dónde queda la escucha del especialista, la escucha orientada para que la gente resuelva o pueda acomodar los problemas que tiene”, plantean los psicoanalistas.
Por su parte, el psicoanalista porteño Germán García –miembro de EOL y presidente de la Fundación Descartes– aseguró que el DSM tiene un trasfondo “mercadológico, que responde a los laboratorios farmacéuticos y a las prepagas y obras sociales que le extienden graciosamente a un profesional un manual de las terapias cognitivo-conductuales que promocionan ‘en seis meses usted se curará’ y el psicólogo le da indicaciones como se las podría dar la madre del paciente”.
Según García, un psicoanalista “no podría trabajar con una prepaga, porque si le preguntan qué resultado dará, no sabe; cuánto tiempo durará, no sabe; porque todo eso es una cuestión entre el analista y el analizante y no se da cuenta a una empresa de este tipo de cosas”. “Las prepagas –continúa– exigen a los psicólogos que sean baratos, que se pongan a trabajar y que se pongan en contacto con un psiquiatra que medica y chau, mientras que el paciente es un cliente”.

–En este escenario, el psicoanálisis parece una opción de élite.
–Bueno, si a usted le parece que una villa miseria es más habitable que un chalet, habí­tela. Depende de la calidad de lo que se ofrece. El psicoanálisis no es sanitario, no se ocupa de la salud de la población, eso es seguro; pero los otros tampoco se hacen cargo, se ocupan de explotarla, que es otra cosa. El psicoanálisis es para el que lo pueda pagar y tenga ganas de ir a conocerse, y del analista que tenga ganas de atender a alguien que le parece valioso, cobrándole poco como le cobro a cualquiera, porque gratis no hay nada, nada que valga la pena, quiero decir”.

–¿Qué ofrece el psicoanálisis a las personas para recuperar su salud mental?
–La salud mental puede ser un problema de la psiquiatría, no del psicoanálisis. Freud nunca habló de salud mental.

–Entonces, ¿qué propone el psicoanálisis para los trastornos psicológicos ha­bituales?
Al paciente que llega se le responde sobre la coyuntura y circunstancias que plantea. Eso es respetar la singularidad y eso es el psicoanálisis. No es que yo tenga en el bolsillo un saber ya codificado que le voy a encajar en la cabeza.

–¿El psicoanálisis es una vía de autoconocimiento?
–No exactamente. Es más bien una confrontación. Los psicoanalistas trabajan sobre una hipótesis: que los síntomas que tiene cada uno de nosotros son el efecto de los deseos excluidos, rechazados, etcétera. Esa es la hipótesis de Freud para decirlo de manera muy simple. Esa hipótesis qué significa: qué posibilidades, qué capacidades tiene un tipo para reintegrar a sí mismo los deseos que ha excluido a lo largo de su vida. Eso no se sabe porque hoy tenga un problema con la novia o problemas en la cama. Entonces, para ir a la clasificación del DSM: ataque de pánico es una generalidad –inventada por los yanquis que son muy dramáticos– que designa un conglomerado de cosas que puede ir desde un brote psicótico, un trance obsesivo, lo que fue llamado la ‘angustia automática’. Puede designar cualquier cosa porque esa etiqueta no describe nada, sino que el tipo súbitamente se pone de una manera angustiosa, irrefrenable, o le agarran temores a morirse, o lo que sea. Por lo tanto, cuando se trata de atender masivamente, lo que se busca es simplificar.

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