Perspectivas: Teniendo en cuenta que el eje de este número corresponde al Múltiple interés del psicoanálisis, nuestra Biblioteca se ha propuesto difundir las consecuencias del psicoanálisis poniendo en juego las referencias actuales de Jacques Lacan, ¿cree usted que el estado actual de la investigación del psicoanálisis, en relación al estudio de otras disciplinas responde a una necesidad o más bien a una contingencia?
G. L. García: La investigación en psicoanálisis, como cualquier otra actividad que no responda a una "necesidad”, depende del deseo de quienes la realizan. Las contingencias se enmarcan en coordenadas institucionales, históricas, etcétera. De manera que la pregunta plantea un vel que se puede investigar, pero no puede convertirse en aut. Por otra parte, recordemos que Jacques Lacan decía que muchas veces se busca en un lugar y se encuentra en otro, de manera que el hallazgo es algo diferente al esfuerzo, el trabajo y lo demás.
Perspectivas: Uno de los temas que en la actualidad instala el debate dentro de la comunidad analítica concierne al lugar que le cabe al psicoanalista en la subjetividad contemporánea. Las condiciones de goce que determina el discurso capitalista, ya sea a partir de los fenómenos de globalización o de la proliferación industrial de los semblantes, parecen derivar en la consolidación del fantasma, es decir en la comunión del sujeto con su goce. ¿Cuál es su posición frente a este problema? ¿Cree que la progresiva "especialización” del psicoanálisis en relación a las nuevas formas de presentación del síntoma responde a esta situación planteada?
G. L. García: Las nuevas formas del síntoma pueden ser el retorno de lo viejo. La vulgata lacaniana sobre el capitalismo, la globalización, etcétera, tiene un tono de tía escandalizada que no me gusta. El momento exige más precisión. En estos temas recurro a otros autores-Giddens, Thurrow, Rifkin.
Para el psicoanálisis la partida se juega entre dos límites: en tanto no médica carece del apoyo de los laboratorios; en tanto no se adapta al tiempo regular de los placebos institucionales tiene dificultades para volverse "verosímil" en los planes generales. Frente a esto existen dos posiciones, seguramente convergentes: ganar espacio en la acreditación universitaria- cosa que gusta a los pobres de espíritu- y extender sus redes en la ciudad, con lo que implica de histerización y de efectos incalculables. Por razones históricas/histéricas, me inclino por lo segundo, pero no descarto lo primero.
Perspectivas: Sabemos que desde hace un tiempo se encuentra investigando acerca de la problemática del lenguaje y del objeto, en relación a la constitución y a la pérdida del objeto (fetiche- melancolía). Nos interesaría saber por qué considera usted que este tema requiere de un nuevo tratamiento.
G. L. García: Hamlet, el héroe moderno. En un momento Lacan dice que no se trata de histeria, ni de obsesión, sino de la estructura misma del deseo. Hace de Hamlet algo homólogo al grafo del deseo. Bien. La melancolía fue para Freud un problema que condujo a una nueva definición del yo en 1923. La costumbre es oponer fetiche/"objeto" fóbico. Me parece que es mejor oponer fetiche a melancolía para aclarar la función de la identificación en la elección de objeto. Lo que sigue lo cuento cada jueves en la nueva sede del Centro Descartes, Jean Jaurés 916, a las 20 horas.
Perspectivas: Si es cierto que los 90 se caracterizan fenomenológicamente por una "sexualidad plástica" tal como lo formula A. Giddens en su libro Transformaciones de la intimidad, en relación a una gradual tolerancia a las diversas "identidades sexuales", ¿cómo conviene seguir sosteniendo desde el psicoanálisis la premisa fundamental de "la no relación sexual"?
G. L. García: Las identificaciones cristalizan en" identidades" y eso es una consecuencia de la ausencia de relación sexual, si entendemos por eso los puntos suspensivos entre un cuerpo de goce y otro, los puntos suspensivos que son cubiertos por el fantasma y por las identificaciones. La sentencia de Lacan se anticipa en mucho a cualquier cosa que ahora se plantee sobre el tema.
Más allá de todo el enredo que hace Freud entre identificación y bisexualidad, Lacan pudo situar la “feminidad" de tal manera que dejó sin argumento las críticas feministas... Estudiamos cristalizaciones, estabilidades... no identidades.
Perspectivas: Con respecto a la situación actual del psicoanálisis en la Argentina, más precisamente, la que corresponde al interior del país y en la cual nos incluimos, la creación de una Red de intercarteles regionales y la puesta en marcha del procedimiento del pase a través de la Escuela de la Orientación Lacaniana, parecen consolidar por un lado a la comunidad analítica, pero al mismo tiempo generan nuevos significantes que desestabilizan y renuevan al conjunto. ¿Se trata de la estabilidad de los enunciados versus la novedad? ¿O tal vez estamos frente a un movimiento dialéctico que solo es posible por ambos mecanismos (cartel- pase)?
G. L. García: Cartel/Pase designan sin duda la aceptación institucional del "programa" de Jacques Lacan, tal como Jacques Alan Miller lo prosigue mediante la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y las Escuelas que la configuran. Es, entonces, una política.
La red de Intercarteles surge de una contingencia: responder a cierto aislamiento entre ciudades de provincia, conectarlas entre sí y también con Buenos Aires. El cartel como modo de trabajo es anterior al “producto". Primero cartel, después "producción", como se dice.
Por otro lado, es verdad que cartel y pase atentan contra el se, contra la habladuría de los grupos. El cartel hace proliferar modos de lectura, el pase introduce la singularidad. Por un lado y por el otro se trata de poner en juego el deseo, de evitar la consolidación de una ilusión identificatoria: si decimos lo mismo, pensamos igual. Nada es menos cierto.
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