Germán García - Archivo Virtual / Centro Descartes, Buenos Aires

Un fantasma recorre la Argentina

# (2000). Un fantasma recorre la Argentina. Por Caroline Newton. En Etcétera N°14, Buenos Aires.

De Río Gallegos a Jujuy se extiende una red de ciudades que configuran el mapa actual del Instituto Oscar Masotta (IOM), creado el 23 de julio de 2000, presidido por Jacques-Alain Miller y auspiciado por el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII.
Bariloche, Neuquén, Puerto Madryn, La Plata, Junín, Pergamino, Salta, Tucumán, San Juan, Santiago del Estero, son algunas de las ciudades donde se crean en este momento los Centros de Investigación y Docencia (CID). Ciudades a las que han pedido sumarse Corrientes, Comodoro Rivadavia y otras. Caroline Newton entrevistó a Germán García, uno de los integrantes del Comité de Iniciativas del IOM.

¿Cómo fue posible crear una red extensa en tan poco tiempo?
No surgió de la nada, sino de la reunión de unos cincuenta colegas de Buenos Aires que desde hace años viajan a esas ciudades. El IOM es nuevo, pero surge de un trabajo de años.
Poner de acuerdo a personas que actúan en ámbitos dispares no es una tarea sencilla, más entre analistas que tienden a la dispersión, al aislamiento… La creación fue impulsada por Jacques-Alain Miller que, como usted sabe, anudó disparidades más disparatadas que las pueden darse en el territorio de un sólo país, entre personas que compartimos una misma orientación lacaniana y que pertenecemos a una misma Escuela. Además, en cada una de esas ciudades hay colegas que también siguen esa orientación.

¿Cuál es, entonces, la propuesta del IOM?
El IOM no está presente en ciudades donde existe una instancia de nuestra Escuela, me refiero a la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL). No está en Rosario, en Córdoba, en Santa Fe. Se trata, entonces, de impulsar una orientación y de anudar entre sí ciudades que están aisladas, para potenciar el trabajo.
Un ejemplo, las publicaciones. Los problemas de distribución son inmensos. Lo que se publica en una ciudad suele no llegar a otra ciudad, de manera que el trabajo se desconoce, lo que no deja de ser poco alentador. El IOM puede hacer que una revista hecha en una ciudad sea presentada en los CID de las demás ciudades, lo mismo vale para la información, la publicación de actas, la realización de jornadas que pueden, de esta manera, hacerse regionales, nacionales, etc.

El nombre Oscar Masotta, que parecía ser el pivote de una divisoria de aguas, pasa a ser un elemento de unión…  ¿es un cambio en la sensibilidad? 
En verdad la divisoria no era el nombre de Masotta, sino cierto uso que se hizo del viaje de Lacan a Caracas. Algunos creyeron que por haber "visto" una vez a Lacan podrían prescindir de lo que se había realizado durante las dos décadas anteriores. En verdad, unos creían que podrían prescindir, y otros que podía expropiar ese trabajo. Un manantial de nombres franceses se desbordó sobre nuestros cansados "líderes" locales. De esos nombres, dos décadas después, no quedan demasiados. La mayoría de ellos comparten los estantes de librerías con otros rezagados, sin que nadie piense encontrar nada allí. Es decir, la época de la importación salvaje, concluyó con la fundación de la EOL. Y, tanto en Barcelona como en Buenos Aires, Jacques-Alain Miller reconoció la obra de Oscar Masotta, su trabajo, los efectos que produjo, su muerte en el exilio, el rescate de su nombre, etc.
Creo que ahora que Jacques-Alain Miller preside el Instituto Oscar Masotta con el auspicio del Departamento de psicoanálisis de la Universidad de París VIII, ya nadie podrá ignorar lo que significa el desplazamiento de fuerzas que se encarnó en el nombre de Masotta.

Hablar de Masotta lo exalta…
No, no… hace tiempo que dejé de hablar de Masotta. Basta ver el libro de Marcelo Izaguirre para saber que existen muchos otros, no sólo en Argentina, que pueden decir algo. También el libro Masotta, Lecturas críticas donde hay trabajos de Piglia, Laforgue, Jacoby, Correas… Masotta es parte de nuestra cultura, no sólo del psicoanálisis. Me alegra. Hice lo que pude para que su exilio y muerte fuera del país, no lo hundiera en el olvido. No era justo, nada más.

¿Jacques-Alain Miller puede dirigir también el IOM?
Tiene a bien presidirlo, lo que es mucho. No está solo. El IOM tiene un Comité de Iniciativas, al que pertenezco, donde está Mónica Torres, Samuel basz, Jorge Chamorro, Roberto Mazzuca, Juan Carlos Indart… cada uno de ellos con una larga y singular experiencia en la configuración del psicoanálisis de orientación lacaniana en la Argentina. Entonces, estoy seguro de que con nosotros Miller puede dirigir también el IOM: la autoridad se genera donde se delega y se coopera. Cuando no se delega no hay circulación, no hay equívoco, no hay nada de verdad… cuando se delega y no se coopera hay fracaso.

¿Por dónde comienza cada CID (Centro de Investigación y Docencia)?
Como el propio Cid Campeador, poniéndose en marcha… Tenemos un programa para realizar una enseñanza sistemática, gradual y detallada (tríada aporética propuesta por Eric Laurent). Ese programa sabe que la invención está del lado del psicoanálisis puro, del lado de la Escuela, del pase… y que la innovación está del lado del Instituto, es decir, del ingenio que se ponga en la difusión práctica, aplicada, de esa invención. En lo que hace a la práctica, la innovación de Lacan fue la sesión breve y la interpretación como puntuación -en lugar de la interpretación metalingüística-.

¿Qué más se innovó?
Eso pasó a la enseñanza como ciertos nudos, ciertas letras, cierto vocabulario.

¿Quién propuso el nombre de Oscar Masotta?
Graciela Musachi, la asamblea lo aceptó.

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