a) Ubi sunt. iDónde están los demócratas? El poeta Villon en su
Ballade des Dames du Temps Jadis utiliza un antiguo refrán (ya antiguo cuando escribió, en el siglo XV): "Mais oú sont les neiges d'antan?" Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003 parece responderle que están en el sur de la República Argentina, donde las nieves de antaño configuran el majestuoso glaciar Perito Moreno. Llegó desde allí y se puso la banda presidencial, mientras jugaba con su imagen pero no con las palabras de su discurso.
Ubi sunt? ("Dónde están?"), palabras de apertura de ciertos poemas escritos en latín medieval, clasifican en la actualidad un tipo particular de poesía que lamenta la naturaleza transitoria de la vida y la belleza.
"La transitoriedad" (Vergänglichkeit) es una respuesta de Sigmund Freud al tema propuesto por el ubi sunt, en ocasión de un homenaje a Goethe al que fue invitado por el Berliner Goethebund, en 1915.
Como el homenaje incluía un volumen colectivo que se publicaría al año siguiente bajo el título de Das Land Goethes ("El país de Goethe"), Sigmund Freud aprovechó para responder al acontecimiento de la guerra que "robó al mundo su belleza" y, además, "quebrantó también el orgullo que sentíamos por los logros de nuestra cultura, nuestro respeto hacia tantos pensadores y artistas, nuestra esperanza de que finalmente superaríamos las diferencias entre pueblos y razas".
Recordemos que es un mensaje desde Viena a una institución de Berlfu, de manera que Freud se despide de Goethe. La guerra, dice, "ensució la majestuosa imparcialidad de nuestra ciencia, puso al descubierto nuestra vida pulsional en su desnudez ... Nos arrebató harto lo que habíamos amado y nos mostró la caducidad de muchas cosas que habíamos juzgado permanentes."
El ubi sunt de Freud referido a sus ideales ilustrados, a su identificación con Goethe y a su desencanto de la cultura alemana, concluye en un nuevo arrebato romántico: "No es maravilla que nuestra libido, así empobrecida de objetos, haya crecido de súbito el amor a la patria, la ternura hacia nuestros allegados y el orgullo por lo que tenemos en común." La libido, viene a decir Freud, también sigue el proverbio: Une de perdue, dix de retrouvées.
b) El sueño de K. El 25 de mayo Néstor Kirchner pronunció el discurso correspondiente a la asunción del mando de la Argentina. El nuevo presidente, como suele ocurrir, describió los problemas que se presentan para el futuro de su gestión y expresó el anhelo (Wunsch) de encontrar soluciones adecuadas.
Aunque quiso hablar del futuro, no pudo dejar de evocar el pasado. Ya desde su campaña situó los setenta como la década de los ideales: la militancia política, el final de los estudios, el encuentro con la mujer que aún lo acompaña. Pero los setenta, para cualquier argentino, fueron también la década de un golpe militar, la década de los "desaparecidos" y de los exiliados políticos.
El ubi sunt de Néstor Kirchner está atravesado por esta tensión: el "¿dónde estarán?", cuando se refiere a esa década, es equívoco. Por eso el presidente concluyó con la reiteración de la palabra sueño. Volver a soñar, volver a creer.
Este ''volver'' está advertido, suponemos, de que la repetición no es la identidad. Néstor Kirchner recordó que hace treinta años, también en el Día de la Independencia, asumió Héctor Cámpora en nombre de Juan Domingo Perón.
Fue otro sueño que, en poco tiempo, se convirtió en pesadilla.
Volver a creer, volver a soñar... ¿Donde estarán los que ya no están? ¿Qué que quieren los que nacieron después? Una parte de los que fueron excluidos retoman, con más años, y con el peso de los que ya no están.
La transfiguración presente coloca a la derecha de Kirchner fuerzas apenas desplazadas, y a su izquierda una expectación recelosa. Y por cualquier lado la falta de trabajo y sus consecuencias. Kirchner también es peronista, como Duhalde que se va, y Menem que se negó al ballotage. Las consecuencias de esta pluralizacion, que podría leerse como similar a la descripción hecha por Jacques-Alain Miller en la "Tombeau de l' Homme-de-gauche", son poco previsibles, y parece que producirán un deslizamiento del "peronismo" al '"justicialismo" (término cuyas resonancias disuelven la consistencia del primero).
El proceso, como se llamó al golpe militar de 1976, fue el despertar de la generación K, como le empiezan a decir al presidente. Por eso no podemos gritar, en memoria del padre Ubú "iViva la democracia porque si no, no existirían los demócratas!" Jacques Lacan advirtió que la democracia no puede limitarse al derecho a desear en vano. ¿Dónde están los demócratas que lo entienden? Quizá los encontremos cuando se derrita la nieve de antaño, y nuestra libido sustituya el pretérito perfecto por el futuro anterior, que es el tiempo verbal que corresponde al deseo.