En el número 2/3 de la revista Literal publicado en Buenos Aires en 1975, apareció un trabajo de Eugenio Trías. En el número siguiente publiqué algo de Alberto Cardín.
Vía Lezama Lima estábamos convencidos de que era necesario dialectizar nuestra relación con los españoles, abandonar la construcción de una identidad basada en la voluntad vacía de no ser España, de superar un juego de suma cero que se resuelve en una alternancia de ninguneas (palabra usada con acierto por Juan Goytisolo para designar una modalidad de la cultura española).
Aquello, como es sabido, naufragó en la violencia política y el terrorismo de Estado. En la época de Literal, no conocíamos a los autores que ahora tenemos la suerte de difundir, como un paso para transformar nuestro conocimiento de lo que se piensa en España. Hoy, nosotros los de entonces ya no somos los mismos. Algunos vivimos en España y volvimos, otros nos quedamos por allá. También hemos muerto, con algunos que murieron.
En un libro sobre el exilio literario de 1936, llamado Españoles en la Argentina, Emilia de Zuleta habla del "puente francés" que había mediatizado la expansión hacia América de la industria editorial española. También hoy ese puente está en juego: los españoles publicaron franceses en Buenos Aires, los argentinos transportamos el psicoanálisis francés a España.
El nombre de Osear Masotta, muerto en Barcelona en 1979, es el nombre del responsable de esa operación que continúa entre nosotros, ahora de otra manera.
Agradezco a Jorge Alemán Lavigne y a Ignacio Castro Rey la selección de trabajos que presentamos en este número especial de la revista Descartes.
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