GERMÁN GARCÍA
Psicoanalista y escritor, director de la Fundación Descartes. Su último libro es La fortuna (2004).
1. En las diversas redes de intercambio coexisten diversas maneras de reconocer la "cultura" de alguien: hay una cultura digital en la que se reconocen jóvenes con acceso a las novedades técnicas; hay una cultura libresca con diferentes disciplinas; hay una cultura lectora de ficción, con sensibilidades diversas. Y, como siempre, la moda organiza las formas en que cada cultura se hace visible y propone su diferencia con las demás. No sólo la moda en la ropa, sino la moda del vocabulario, de los nombres propios, usados como "ficciones conceptuales".
2. En consonancia con la respuesta anterior existen diversas escalas de valores, entendidas como escalas de demarcación de lo que es positivo o negativo, aceptado o rechazado. Cada escala agrupa modos de gozar de algo, de simular o disimular ese modo de gozar. Es decir, los valores tienen su lado pulsional (lo deseable responde a configuraciones de singularidades deseantes).
3. Un erudito es alguien muy particular, reconocible y valorable. Por lo general se comete con ellos la misma injusticia que se comete con los traductores: usamos el trabajo que realizan y hacemos gestos de desdeñar la destreza y paciencia que implican. Una persona culta, como propongo en la primera respuesta, es alguien que ha encontrado la manera de gozar con lo que se produce en un circuito determinado (hay una cultura del vino, como hay una de la música). Un intelectual es alguien diferente, con una dinámica propia que varía de un país a otro, de una época a otra. Se ha escrito mucho sobre el tema: La república de las letras, de PasĀcale Casanova, tiene mucha información y agudas reflexiones al respecto.