LA CASUÍSTICA DE LACAN: RESEÑA DEL COMENTARIO DE GERMAN GARCIA
por Carlos Luchina
Algunas puntualizaciones
En el espacio sobre la casuística de Lacan en la reunión de julio, Germán García comentó el análisis que Lacan realiza en el Seminario 7, en la clase IX. La clase se titula “De la creación ex nihilo”. Lacan comenta un caso comentado por Melanie Klein que le sirve de crítica a la teoría de esta autora y, a la vez, ejemplifica lo que está planteando: la función que hace desempeñar a la Cosa en la definición de la sublimación.
García toma este trabajo que hace Lacan a propósito de la manera en que Lacan explicita la descripción clínica y su relación con la explicación (hipótesis) clínica.
También se propone desarrollar algunas cuestiones relacionadas con el concepto de sublimación que Lacan tematiza.
Me propongo puntualizar algunas cuestiones para contextualizar los conceptos trabajados por García del comentario de Lacan.
- Resumen del artículo de Klein comentado por Lacan
En “Situaciones infantiles de angustia reflejadas en una obra de arte y en el impulso creador” (1929) Klein desarrolla su teoría sobre la sublimación.
Está dividido en dos partes:
i) en la primera Klein comenta el relato de una ópera de Ravel (“El niño y los sortilegios”) donde se escenifica a un niño que, en relación a una transgresión, es reprendido por su madre. A partir de ahí se desarrollan los fantasmas de agresión a su madre y la contra-agresión respectiva. Klein utiliza esta obra para ejemplificar su teoría.
ii) La segunda parte es un relato clínico desarrollado por Karen Michaelis, comentado por Melanie Klein. Para Lacan esta es la “parte mas llamativa, y divertida”.
Klein comienza tomando el relato de Michaelis, quién describe a la enferma, Ruth Kjar, mediante rasgos de su personalidad: mujer de notable sentido artístico… pero que no tenía pronunciado talento creador. Describe sus rasgos y actividades: hermosa, rica e independiente, viajaba mucho, y dejaba su casa, que había decorado con tanto cuidado y gusto. Para describir el síntoma Klein cita textualmente a Michaelis. Son accesos de profunda depresión: “Había solo un punto negro en su vida. En medio de la felicidad que era natural en ella y que parecía sin perturbaciones se hundía repentinamente en la más profunda melancolía. Una melancolía suicida”. Para explicar Michaelis cita a su enferma: “Hay un espacio vacío en mi que nunca puedo llenar”.
Prosigue el relato con “peripecias biográficas”(dice Lacan):“Se casó y parecía perfectamente feliz. Pero luego de poco tiempo reaparecieron los accesos de depresión”. “El maldecido espacio vacío estaba, una vez más, vacío”. Continua con la descripción de su ambiente:”El hogar era una galería de arte moderno. El hermano de su marido era uno de más grandes pintores del país” y “les había prestado” varios cuadros.
Aparece la situación desencadenante: uno de ellos fue vendido para Navidad.
“Esto dejó un espacio vacío en la pared, que en alguna forma inexplicable parecía coincidir con el espacio vacío dentro de ella…Cayó en un estado de la más profunda tristeza. El espacio en blanco de la pared la hizo olvidar su hermoso hogar, su felicidad, todo…El espacio vacío se burlaba horriblemente de ella.
Marido y mujer estaban sentados uno frente a otro en la mesa del desayuno. Sus ojos estaban velados de desesperanza. Pero de repente su rostro quedó transfigurado por una sonrisa, decide que va a pintar ella misma en la pared hasta conseguir un nuevo cuadro. Apenas el marido parte en un perfecto rapto pidió por teléfono pinturas, pinceles y paleta de los que solía usar su cuñado. No tenía idea de cómo empezar, nunca había sacado pintura de un tubo, o mezclado colores en la paleta”.
Esa tarde al retornar su marido corre a recibirlo con “brillo febril en los ojos…¿es que estaba por enfermarse?”. Sorprendida, lo lleva a ver, él “no podía apartar la mirada, no podía entender, no lo creía. Ella…exhausta, desfallecida, exclama, ¿lo crees posible?”
Entonces llaman al cuñado, quien “exclamó inmediatamente: No te imaginarás que me vas a convencer que tú lo pintaste? Qué mentira infame! Este cuadro fue pintado por un artista experimentado. Si tu lo pintaste, yo voy a ir a dirigir una sinfonía de Beethoven en la Capilla Real mañana, aunque no sé ni una nota de música”
El relato continúa esa noche en que ella no pudo dormir, “el cuadro había sido pintado, no era un sueño… estaba febril, devorada por un ardor interno”.
Este cuadro era un retrato en tamaño natural de una negra desnuda. Luego pintó a “una anciana que lleva la marca de los años y de las desilusiones. Su piel está arrugada y su pelo descolorido sus ojos suaves y cansados muestran pesadumbre. Mira ante si con la resignación desconsolada de la ancianidad.
La última obra es el retrato de su madre, delgada, imperiosa, desafiante, da el efecto de una soberbia mujer de tiempos primitivos…El espacio vacío ha sido llenado!”
- Reseña del Comentario sobre la Presentación Clínica
García comienza su comentario resaltando las objeciones que hace Lacan de la descripción clínica:
- por la manera en que es descripto no se puede hacer diagnóstico seguro de depresión melancólica;
- la descripción clínica no es apropiada para conocer la función del espacio vacío;
- hay tal falta de crítica en el orden de lo escuchado que da cuenta de un inadecuado tratamiento de los datos.
García plantea cuales son las condiciones de una descripción para poder formular hipótesis analíticas que permitan transformar una historia de vida en un caso clínico. Parte, para empezar, de aprehender la Cosa mediante una lógica que implica a quien la construye, en el sentido de la forma de producir la indagación por la Cosa.
Toma la cuestión por separado: la descripción clínica y la manera de construirla (descripción y explicación). Los comentarios sobre la descripción de los hechos clínicos dirigen la trayectoria de la indagación clínica válida para su aprendizaje (refiriéndose al espacio de Enseñanzas de la Clínica).
Cuestiona el relato empírico basado en los hechos ya que la manera de leer la Cosa tiene relación con la hipótesis analítica que se maneja.
Objeta la descripción cuando los hechos no tienen relación con las hipótesis sobre los mismos. De esta manera la descripción de los hechos está en paralelo con la explicación sobre los mismos: no tienen relación de implicación la explicación con la descripción. La consecuencia es que, entonces, este error se repite de manera automática, inadvertidacon la brecha siempre presente entre explicación y descripción y la imposibilidad de avanzar en una enseñanza fundamentada de la clínica.
García puntualiza que es necesaria la pregunta sobre qué y cómo sabemos acerca de la cosa en cuestión, planteando la pregunta por la cosa como una cuestión ontológica en cualquier tópico en cuestión. La indagación por la Cosa entendida como acontecimiento o hecho, abre la cuestión. La pregunta por la Cosa permite acceder, para dar cuenta de ella. Contornearla de manera de poderla definir, a diferencia de describir, objetos del mundo.
En la dirección de despejar la Cosa implicada en un hecho, García utiliza el ejemplo de la Revolución Francesa planteando que una explicación de la Revolución Francesa es una descripción de la misma y toda descripción se basa en un análisis de lo que ocurrió, un tratamiento de los datos para dibujar sus contornos y límites, definirla.
Una descripción de un hecho es una manera de dar razón de él: al decir que la Revolución Francesa es la toma del poder por la burguesía, esta proposición es tanto una explicación de los motines que tuvieron lugar como la calificación del fenómeno observado. “Al explicar la Revolución con un análisis marxista la haré empezar y acabar de un modo distinto a como lo haría si suscribiera a una explicación de tipo tocquevilliano que se basa en el fenómeno de concentración de Estado iniciado bajo Luis XIV”.
Una objeción significativa para la enseñanza es que García cuestiona el tratamiento sociológico de los datos en la descripción clínica, como el uso de los hechos familiares, separación de los padres p. ej., sin puntualizar la Cosa en cuestión. La descripción sociológica lleva a construir una historia de vida.
Un error frecuente es el uso del sentidocomún, señala García .
Describir usando el sentido común lleva a anular la pregunta por la Cosa en cuestión. Considerar que p. ej. Para una mujer de cierta edad y poco atractiva, una separación afectiva va a ser difícil de tolerar. La cuestión por la Cosa queda anulada por la respuesta que se otorga: ser de edad y sin atributos no califica para separarse.
En cambio, si en la indagación surge el dato de como se desdibuja su imagen de si, en relación a una separación no buscada por ella, se abre entonces la cuestión clínica. La indagación se abre con el cambio de perspectiva, al ir más allá del sentido habitual.
El comentario de García apunta a como en psicoanálisis la Cosa es la hipótesis que nos hacemos de ella. Destacando la hiancia entre lo real de la Cosa y la representación que nos hacemos de ella.
Puntualizaciones acerca de la Cuestión sobre la Cosa
Q(x) = X?. La pregunta ontológica sobre la cosa
Decir Q de x es abrir la cuestión, a que se refiere x. De qué se trata exactamente.
- ¿x es y?
- X es Y pero hay que decir por qué.
La explicación verifica lo que es, al dar a x el predicado y, que sirve de calificación a la vez que de explicación para decir de x que es x, mas bien que z o y.
Meyer da un ejemplo muy interesante para ilustrar la cosa en X?.
Parte de negar una afirmación como “las serpientes son venenosas”, negar una proposición en el sentido de abrir una cuestión en ella.
O bien niego que x es una serpiente ( el sujeto), admitiendo a la vez que las serpientes son venenosas, y si x es una serpiente, entonces esta x no es una x, sino una y.
O bien niego que esto, aunque sea una serpiente, sea venenoso ( el predicado). Esta x es realmente una x, una serpiente, pero no es y.
Afirmar que x es y es responder a una doble pregunta: esta x es realmente una x que es y.
La x a que nos enfrentamos plantea una cuestión en cuanto tal, y lo que ella es, y, viene a responder a esa cuestión: x es y .
La cuestión que se abre en la indagación sobre la cosa permite articular una lógica de la cuestión que ordena y verifica de qué se trata.
Meyer introduce lo que llama la problematología o la cuestión sobre la cosa en controversia con el realismo y el idealismo.
La relación entre el sujeto y los objetos de su entorno es abordada de distintas manera. El acento puesto en el sujeto desemboca en el idealismo; la preexistencia del mundo objetivo refuerza el realismo y el empirismo. “El psicoanálisis no es ajeno a esta problemática: la referencia es un tema crucial -sobre todo porque determina la noción de realidad psíquica” (2).
Para Meyer “el idealismo privilegia las cuestiones, y por ende el punto de vista de la accesibilidad a lo real, y por tanto del saber. El realismo da prioridad a las soluciones” (3). Ecuación que termina en el binarismo problema – solución.
“El discurso sobre el mundo emerge más bien como respuesta a las cuestiones que se nos plantean” (3). La cuestión entonces se plantea en términos de las preguntas sucesivas que se van haciendo y las respuestas que se van logrando.
El binarismo se desplaza a los términos cuestión – respuesta.
“La realidad se convierte en ese conjunto de respuestas que valen para nosotros, pero que, al ser diferentes de las cuestiones, adquieren un estatuto diferente u “objetivo” respecto a las problemáticas que nos definen”.(3)
Otra cuestión destacada por Meyer es el sentido común que “es circular en sus explicaciones ya que no cuestiona las explicaciones admitidas aun cuando las pida”.
Meyer cuestiona la circularidad en la explicación, que para que X sea Y debe haber una respuesta sobre la relación entre X e Y. Que no enuncie Y, que es lo que se supone (sino se daría una circularidad), sino en que sentido X es Y.
Para que no haya circularidad, la respuesta no puede simplemente repetir la calificación, tiene que ir más allá, y esto es lo que hace que se disocie la doble lectura de una cuestión: la que se dirige al hecho mismo y la que se refiere al discurso que se mantiene sobre el hecho. La circularidad se define como relación por la que se introduce la respuesta en la cuestión, anulando ésta (la cuestión) como tal en una respuesta previa, lo que hace a la cuestión meramente retórica y ficticia.
- Comentario de García sobre el caso
Retomando el caso García resalta la ironía de Lacan quien destaca el hecho exitoso de sus logros, el casamiento y su felicidad, como algo que explica el trabajo analítico mas allá de la lógica analítica del caso. En esa línea García resalta los pasos de Lacan quien “saltea las peripecias biográficas”, busca la lógica del caso y no los hechos en si, o los hechos como logros.
La queja de la enferma, referida al espacio vacío en ella, persiste a pesar de que el análisis la “ayuda” a casarse: reaparecen los accesos melancólicos.
García resalta lo que lleva a Lacan a formular que se trata de “el dominio de las maravillas del psicoanálisis”, no hay indagación, no aparece el contexto ni los dichos de la paciente. Ante el asombro y admiración de los logros sociales el sentido común predomina, los logros son contundentes, el trabajo analítico se detiene.
García retoma a Lacan, quien vuelve a insistir sobre la falta de claridad de la descripción ya que no aparecen cuestiones que permitan saber porque “la casa de los jóvenes esposos está tapizada con los cuadros del cuñado”; como se controla que éste es un pintor talentoso.
Este cuñado decide vender un cuadro y aparece un espacio vacío en la pared que para la enferma “desempeña un papel polarizante, precipitante, en las crisis de depresión melancólica que vuelven a aparecer”. García puntualiza que el espacio vacío de la percepción es homologable a su espacio vacío, y retoma a Lacan que plantea que su función en la enferma “nos gustaría conocer contando con una mejor descripción clínica”. En el intento de rellenar el espacio vacío Lacan vuelve a usar la ironía: va a pintarrajear, embadurnar un poco.
García toma el espacio vacío como un deja- vu en el sentido que Freud le da. Cómo una representación que falta de un suceso previamente acontecido que vuelve a aparecer como algo ya vivido. Freud relata el suceso de una analizada que “teniendo doce años fue a visitar una familia que tenía un hermano enfermo de muerte y su propio hermano se había hallado en esa situación, pocos meses antes. Este elemento común se enlazó en la segunda situación una fantasía incapaz de conciencia: el deseo de que su hermano muriese, por esta razón no podía hacerse consciente la analogía entre ambas”. La sensación de dicha analogía quedó sustituida por el fenómeno de haber vivido ya aquello”.(5) Como una representación que desaparece en uno para aparecer afuera como representación que falta.
Insiste García sobre como en el caso continúa la descripción que es la explicación misma: “Imitando a su cuñado, intenta una pintura lo mas parecida a las otras telas”, “busca los colores de la paleta de su cuñado y se pone a trabajar con un ardor que nos parece característico de un movimiento de fase que se inclina mas bien hacia el sentido depresivo”. Resalta la identificación con su cuñado, y el trabajo con ardor como respuesta maníaca que anuncia un cambio de fase, a la depresión.
Frente a la pintura el cuñado se indigna y cuestiona. Lacan toma la falta de crítica en el orden de lo escuchado para ubicar que no hay Cosa en juego, hay relato. No hay cuestión de cómo eso surge: aparece.
Lacan ironiza el relato como “un tal milagro de la técnica, que merecería ser sometido a algunas interrogaciones primeras”, aunque para Melanie Klein, es un encuentro con la confirmación de la estructura que le parece adecuada a su teorización. García ubica la detención en la explicación de Klein, quien maravillada del logro pictórico de la paciente ve ahí confirmada su teoría de la sublimación.
La cuestión del caso termina ahí, ya que no hay hipótesis; por iluminación de una novicia a experta pintora. Klein se maravilla, no se pregunta mas y sutura toda cuestión de la continuación del análisis. Hubo un vacío; pintó, apoyándose en la identificación con el cuñado. Pintó (de manera milagrosa) una negra desnuda y luego una vieja y por fin una mujer, su madre, deslumbrante. Toda la curva de la depresión, joven mediana edad y la vieja. Tres edades, tres mujeres, podría homologarse a los tres cofrecitos de Freud (la amada , la madre, la muerte) señala García.
Demostrada su hipótesis no hay mas datos, no se puede contrastar por que no hay elementos clínicos que nos permitan producir conclusiones.
- Puntualizaciones teóricas
De ahí en adelante Lacan desarrolla la cuestión de la sublimación, García retoma el papel de la Cosa que así se vuelve perceptible, como inquietud que lleva a hacer cosas.
“Para la doctrina kleiniana se ubica allí el cuerpo de la madre, situando en él las fases de la sublimación, incluyendo sublimaciones tan milagrosas como este acceso espontáneo por iluminación de una novicia a los modos mas expertos de la técnica pictórica”.(6)
Para Lacan “ a nivel de las Vorstellungen la Cosa no sólo no es nada , sino literalmente no está – ella se distingue como ausente, como extranjera” A su vez señala en el capítulo Das Ding II que:. “ No existen el objeto bueno y el objeto malo, existe lo bueno y lo malo y después la Cosa”(7). Mas adelante plantea su tesis central en ese momento: “todo lo que se desarrolla a nivel de la interpsicología madre-hijo y que se expresa mal en las categorías llamadas de la frustración, de la gratificación y de la dependencia, no es mas que un inmenso desarrollo del carácter esencial de la cosa materna, de la madre en tanto que ocupa el lugar de esa cosa, de das Ding”. (8)
Para Lacan la madre ocupa en lo real el lugar de la Cosa, como operación de sustitución en lo real, señala García, puntualizando que la Cosa no tiene representación, vuelve perceptible algo que no es del orden de la percepción.
Lacan en el Objeto y la Cosa, pag. 131, plantea respecto a la articulación kleiniana “que consiste en haber colocado en el lugar central de das Ding, el cuerpo mítico de la madre.
La tendencia agresiva, transgresiva, mas primordial, las agresiones primitivas y las agresiones retaliativas, se manifiesta en primer término en relación a él”.
Lacan comenta un artículo de quien hace de la sublimación “un esfuerzo de reparación simbólica de las lesiones imaginarias introducidas en la imagen fundamental del cuerpo materno”(9). Lacan puntualiza que la reducción de la noción de sublimación a “un esfuerzo restitutivo del sujeto en relación al fantasma lesionado del cuerpo materno no es ciertamente la mejor solución de problema de la sublimación ni del problema topológico, metapsicológico mismo”. Aunque rescata la ”tentativa de abordar las relaciones del sujeto con algo primordial, su ligazón con el objeto fundamental, el mas arcaico cuyo marco da mi campo operacionalmente definido de das Ding”.(9)
Con respecto a la sublimación Lacan señala: “se supone que el conjunto de lo que se coloca bajo la rúbrica de las Bellas Artes- cierto número de ejercicios gimnásticos, danzantes y otros- puede aportarle al sujeto satisfacciones, un elemento de solución de sus problemas, un equilibrio”.
“La lectura confirmará la reducción qué sufre el problema de la sublimación desde esta perspectiva y cierta puerilidad de los pretendidos resultados obtenidos por esta vía. La misma consiste en valorizar actividades que parecen situarse efectivamente en el registro de la explosión, mas o menos transitoria, de dones supuestamente artísticos, que parecen, en los casos considerados, mas que discutibles”(9)
Lacan retoma a Freud para señalar el acento en lo concerniente a la producción artística: el reconocimiento social.
Cuestiona lo que la sociedad reconoce como “verdaderamente satisfactorio ahí”, para plantear que “el problema de la sublimación, en tanto creadora de cierto número de formas”, “en tanto creadora de valores socialmente reconocidos, debe ser juzgada en función del problema ético”. (10)
Lacan retoma el problema de la sublimación en relación a la satisfacción pulsional, con la Cosa en tanto que ella es diferente del objeto.
“El objeto en relación a los fundamentos narcicísticos, en la medida que especifica las direcciones, los puntos de atracción del hombre en su apertura, en su mundo, en la medida en que le interesa el objeto, en la medida en que él es mas o menos su imagen, su reflejo- ese objeto, precisamente, no es la Cosa, en la medida en que en ella está el núcleo de la economía libidinal. Y la forma que les doy de la sublimación es la siguiente: ella eleva un objeto a la dignidad de la Cosa”. (11)
Con respecto a la Cosa dice Lacan que no es simplemente la transformación de un objeto en una cosa: que “para nada es la Cosa”.
“Si la Cosa no estuviese fundamentalmente velada no estaríamos con ella en esa forma de relación que nos obliga –como todo el psiquismo se ve obligado a ello- a cercarla, incluso a contornearla, para concebirla. “ella se presenta siempre como unidad velada”.
“La segunda característica de la Cosa como velada-por su naturaleza, ella está representada, en los nuevos hallazgos del objeto, por otra cosa”.(12)
Toma el vaso creado por el alfarero, no en su dimensión de ser, sino de “su uso como utensilio y de su función significante”. Ese nada de particular que lo caracteriza en su función significante es precisamente su forma encarnada” “Es justamente el vacío que crea, introduciendo así la perspectiva misma de llenarlo”. “el alfarero crea el vaso alrededor de ese vacío con su mano, lo crea igual que el creador mítico, ex nihilo, a partir del agujero”. (13)
García avanza en la conceptualización de la creación, de la Cosa, toma el concepto de mediación señalando que la Cosa en psicoanálisis tiene la función de la mediación en Hegel. A través de la mediación, por ejemplo, podemos colocar a Cristo ente Dios y los Hombres. Al aceptar la mediación de Cristo estamos aceptando la creación de Dios.
Lacan plantea la cuestión (de la Cosa) como “irreductible en la tendencia en el horizonte de una mediación, como aquello que la reificación (noción marxista creacionista a partir de la cosa por medio de un acto, como la transformación de un objeto en mercancía) no llega a incluir”(14). Es decir sostiene el concepto de mediación entre la función y el objeto, sin la Cosa no habría mediación entre pulsión y objeto.
García puntualiza la dimensión de la experiencia analítica señalando la mediación que hace el individuo entre el sujeto y el análisis. El individuo en el plano de los problemas de la necesidad y el sujeto en el plano del deseo.
BIBLIOGRAFIA
- M. Meyer, Por una Historia de la Ontología, Idea Books, Barcelona , 2000
Pag.162
- S. Tendlarz, comp. , Análisis de las Alucinaciones, Paidos Bs.As.1995, pag 9
- Freud S. , La “fausse reconnaissance” (“deja raconte”) durante el psicoanálisis, 1914 Obras Completas Tomo II, pag 1679 Ed. Biblioteca Nueva Madrid , 1973
- Lacan J. 1988,, Seminario VII, Paidos Bs As. 9ª reimpresión 2005 pag. 145
- Lacan J. Idem pag. 80
- Lacan J., Idem pag. 84
- Lacan J., Idem pag. 132
- Lacan J. Idem pag. 133
- Lacan J. , Idem pag. 139
- Lacan J., Idem pag. 146
- Lacan J., Idem pag. 149
- Lacan J., Idem pag. 165
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