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Lacan: tan lejos, tan cerca

por Cecilia Fasano

I

Elegí utilizar la primera persona del singular para este comentario, no porque considere que tenga el valor de un relato testimonial sino porque es un tiempo verbal que me permite contar mejor lo que me interesa transmitir.
En el año 1984 (a tres años de la muerte de Jacques Lacan) integré la Comisión por la reapertura de la carrera de psicología en la Universidad Nacional de La Plata, finalmente abierta ese mismo año. Recordemos que el gobierno militar había decidido “limitar su cupo de ingreso”, lo cual era un eufemismo para no decir que, concretamente en el año 1976 esa facultad cerraba sus puertas.
Desde la reapertura, a instancias de los analistas que integraron el cuerpo docente, esa carrera mantuvo enunciados con una fuerte impronta lacaniana. La enunciación docente podría ser formulada del siguiente modo: “difícilmente ustedes lleguen a leer todo lo que quien les habla, ha leído”, como dice Pablo Luchelli: "Se trata, como se ve, de gente que lee” (1)
Además de la confusión generalizada entre psicología y psicoanálisis, se vislumbraba que era imprescindible leer, no obstante el interrogante comenzaba a deslizarse: ¿leer qué? y ¿leer cómo?
Encontré la respuesta extracurricularmente, en el apartado de un texto de Oscar Masotta, que me facilitara Enrique Acuña en el año 1992, con la siguiente pregunta: “¿Cómo leer a Lacan?”. Allí se enumeraba “el orden de los temas y la secuencia de las razones”, al tiempo que se indicaba casi al pasar, en un pie de página, como no había que leer a Lacan: “(...) no nos referimos a las fechas de los artículos de Lacan sino a un orden que depende de un criterio que procuramos justificar mientras lo proponemos” (2)
De este modo “Aprender a leer” fue una consecuencia directa del encuentro con la enseñanza de Jacques Lacan que me permitió salir de aquel analfabetismo, y que no hubiera sido, en los términos en los que “fue siendo”, sin el encuentro con Germán García.

 

II

Cuando Jacques Lacan en Radiofonía & Televisión decía: “Aquel que me interroga sabe también leerme” (3) estaba diciendo, entre otras cosas, que “saber leer” es algo que debería interesar a los psicoanalistas lacanianos porque no va de suyo que sepan de que se trata.
Lo cierto es que Lacan es sumamente agudo al referirse al concepto de lectura. Por ejemplo, Monsieur Jourdain, uno de los personajes cómicos más famosos de Molière, es citado en El psicoanálisis y su enseñanza para señalar el valor de la necesidad de leer. Monsieur Jourdain es un burgués que gracias a cierta bonanza económica se relaciona con la nobleza, anhelando pertenecer a ella. El hombre definitivamente es un ignorante y su mayor virtud consiste en saber aparentar, es alguien que lee aunque no sabe qué quiere decir eso que lee. La cita precisa de Lacan es la siguiente: “lo que leerá no será nunca tan estúpido, con tal de que lea, aunque fuese como Monsieur Jourdain sin saber lo que es leer”. (4)
Es indudable que la exigencia de leer está planteada desde el inicio, el tema es ¿leer qué? ¿leer cómo? ¿leer para qué? Y luego ¿qué hacer con eso que se lee?
Podemos tensar un arco que vaya desde 1953 con Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis (texto inaugural en la enseñanza de Lacan) hasta 1973, con El Seminario 20 Aún (texto correspondiente al último período de su enseñanza) y comprobamos que durante 20 años Lacan le otorga un lugar de privilegio al valor de la lectura. Razón suficiente para considerar que el tema merece toda nuestra atención.
Cabe aclarar que toda vez que Lacan menciona el término “lectura”, sea como sustantivo, sea como verbo, “leer”, en ningún caso se refiere a una actividad que pueda identificarse con “ser erudito”. Por el contrario se trata de una lectura que, lejos del erudismo está más cerca del planteo de Graciela Musachi cuando dice: “Algo pasa al leer…”, donde destaca de manera precisa el nudo del asunto: “Lo que pasa al leer es, entre otras cosas, algo del orden de la inutilidad (risa, exaltación, alivio, angustia...)” (5)
Si subrayamos el término inutilidad tenemos una lectura más afín al goce que a la adquisición de conocimientos.
Entonces en un extremo del arco, en Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis se muestra bien que el psicoanálisis toma su punto de partida de la función de la palabra y que opera precisamente en esa distancia entre hablar y escribir. Y en la otra punta del arco en El Seminario 20 Aún, Lacan complejiza su análisis sobre el asunto y dice: “En el discurso analítico, ustedes suponen que el sujeto del inconsciente sabe leer. Y no es otra cosa todo ese asunto del inconsciente. No sólo suponen que sabe leer, suponen también que puede aprender a leer” (6) Subrayemos, “ustedes suponen”, dada la triple reiteración del término, y podríamos inferir qué en verdad está diciendo: “no den por supuesto nada, simplemente lean”.
Que estaría en la línea de la indicación realizada unas páginas más adelante en ese mismo Seminario cuando dice: “… la primera cosa que debemos hacer es partir de lo siguiente: que estamos frente a un decir, que es el decir de otro, quien nos cuenta sus necedades, sus apuros, sus impedimentos, sus emociones, y que es ahí donde ha de leerse ¿qué? -nada que no sea los efectos de esos decires. Vemos muy bien cómo esos efectos agitan, remueven, preocupan a los seres que hablan.” (7)
De este modo queda planteado, por supuesto muy sucintamente (explayarnos excedería este comentario) dos aspectos del mismo problema: la lectura del propio inconsciente y la lectura del decir de otros seres que nos hablan.
Entonces si en un psicoanálisis se produce una operación de lectura del inconsciente, necesariamente el aprendizaje de la lectura, será parte de la formación del analista, además de la tarea de leer textos psicoanalíticos. Porque es precisamente la lectura del inconsciente la que funda en el psicoanálisis un método de investigación propio.
Tal vez por algún motivo vinculado a lo que estamos comentando se deba esa reiteración, cual gota que orada, y que encontramos en los títulos de los libros de Oscar Masotta: Lecciones de introducción al psicoanálisis / Lecturas de psicoanálisis Freud, Lacan / Introducción a la lectura de Jacques Lacan.
A propósito de este aspecto de la lectura, Oscar Masotta en la contratapa de Radiofonía & Televisión dirá: “Hay en Lacan, en efecto, una promoción de una cultura del oído y de la lectura, más que una vocación de los valores del texto y la escritura (...). Textos lagunares resultados del bien escribir... el lugar desde donde Lacan habla. ¿Para quién? Para psicoanalistas en primer lugar, pero también para quien haya sabido, podido o querido leerlo” (8) Así lo que para muchos significó un muro infranqueable, para otros un desafío y una apelación a esa curiosidad, imprescindible para cualquier investigación que se precie. Como dice el refrán “Al que le quepa el sayo que se lo ponga”.

 

III

Para concluir. En primer lugar me interesa retomar el “después” del título de la convocatoria de este Coloquio -Lacan 30 años y después- y siguiendo la línea de mi planteo de hoy, podemos pensar que una posibilidad para que el ejercicio de la lectura de Lacan no sea una lectura religiosa, conservadora y sin consecuencias, consiste en darse una organización que incluya y promueva la diversidad de intereses heterogéneos (filosóficos, literarios, artísticos, históricos, antropológicos, etc.)
Si pensamos la historia en escansiones temporales, la primera década, posterior a la muerte de Lacan, contó para nosotros con la fundación de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) es decir un trabajo de política institucional y una enseñanza sistemática, la segunda década contó con la creación del Instituto Oscar Masotta (IOM), es decir con la propuesta de una red para anudar ciudades y de ese modo potenciar el trabajo. Tal vez la tercera década deba contemplar que la incidencia del discurso analítico en la sociedad en su conjunto exige la inclusión de los múltiples intereses culturales.
Entonces, primero leer y luego que el leer se hizo carne, darse una organización política en torno a un programa, como dice Germán García “con fuerza vinculatoria”, epistémico-político y con un objetivo común, por encima de las vanidades individuales. Sabiendo que en psicoanálisis un programa es siempre la articulación de un deseo.
Para finalizar: contarles que el título de este comentario -“Lacan: tan lejos, tan cerca”- está inspirado en la dedicatoria de Jacques Lacan a Oscar Masotta en la primera página de los Escritos en el año 1966: “A Oscar Masotta amigo de mi pensamiento tan cercano aunque su residencia es tan lejana”.
En suma, una vez obtenido, allá lejos, el título profesional habilitante, comenzó una formación que podría sintetizar así: “aprendí a leer cuando deje de estudiar”.
Tan lejos, además, de aquella catarata logorreica de slogans con los que tejí hace 25 años una “camiseta lacaniana” que defendí con pasión sin saber exactamente qué implicaba y tan cerca de saber que no alcanza con mencionar a Sigmund Freud, Jacques Lacan, Oscar Masott, Jacques -Alain Miller o Germán García, para que el ejercicio de la práctica clínica y la enseñanza de psicoanálisis, sea psicoanálisis.

Cecilia Fasano
12 de noviembre 2011
XXV Coloquio Descartes

 

Notas
1. Lucchelli, Pablo: Masotta Lector. Conferencia pronunciada el 29 de junio de 2006 en París en ocasión del Homenaje a Oscar Masotta realizado, en la Maison de l’Amérique Latine, por la Asociación Franco-Argentina de Psiquatría y Salud Mental. Publicada en http://www.descartes.org.ar/masotta-lucchelli.htm
2. Prólogo a “Las formaciones del inconsciente
3. Lacan, Jacques: Radiofonía & Televisión “Televisión” (1974) Editorial Anagrama, Barcelona, 1977. Traducción y notas de Oscar Masotta y Orlando Gimeno-Grendi. -Pág. 81
4. Lacan, Jacques: El psicoanálisis y su enseñanza (1957) Escritos 1, Buenos Aires, Siglo Veintiuno editores. -Pág. 437
5. Musachi, Graciela: Demasiada literatura Publicado en: http://liter-a-tulia.blogspot.com
6. Lacan, Jacques: El Seminario 20 Aún (1972-1973) Ediciones Paidós. Buenos Aires-Barcelona-México. -Pág. 49
7. Lacan, Jacques: El Seminario 20 Aún (1972-1973) Ediciones Paidós. Buenos Aires-Barcelona-México. -Pág. 59
8. Masotta, Oscar: Radiofonía & Televisión Contratapa. Editorial Anagrama, Barcelona, 1977.

 

 

 
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