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La historia entre repetición e invención

Breve comentario de “El desencantamiento del mundo” de Marcel Gauchet

por Gustavo Gonzalez

En los últimos años la irrupción en occidente bajo formas de extrema violencia de lo que se ha llamado fundamentalismo religioso, ha hecho coagular la idea de un retorno de lo religioso. Varios años antes en 1985, Marcel Gauchet escribe " El desencantamiento del mundo" donde, en oposición a esta perspectiva, habla de desvanecimiento de lo religioso y ubica a esos fenómenos como resultado del fin de un proceso en el que lo religioso se deshace. En esta perspectiva el fundamentalismo será una tentativa de recomponer la organización religiosa según el papel que ha tenido en la estructuración de una sociedad, tarea imposible que en su impotencia sólo intenta golpear esa modernidad intrusiva .(1)

La intención de este breve comentario es retomar el proceso descrito en el texto y planteado allí en términos de oposición y de sustitución de uno por otro, entre religión y estado (ver esquema). Esto por un lado permitirá ubicar en uno de sus polos, al que menos valor explicativo se la ha dado hasta el momento siendo quizá esta inversión de la perspectiva uno de los puntos que hace a la originalidad del texto, lo que podemos llamar esencia del fenómeno religioso, la herencia que queda actualmente del mismo y establecer alguna relación con la repetición en el sentido analítico del término. En el otro extremo, y en relación con la problemática actual, la disolución de lo religioso, sus efectos en la subjetividad y el resabio de la operación.

El fin de la religión

Cuando Marcel Gauchet dice que el cristianismo es la religión que permite el fin de la religión, mas allá de lo provocativo de la frase, esto no está referido a lo que piensan o creen los miembros de una sociedad, ni a la mayor o menor decadencia de las instituciones religiosas. Tampoco es el fin de ese "sentimiento religioso" del cual hasta el propio Freud quiso dar cuenta, ese núcleo subjetivo al parecer irreductible, que implica en el hombre un rodeo por lo invisible, punto de anclaje en el que se apoya la creencia colectiva como sistema de representaciones fijadas en un dogma compartido socialmente. Esta religiosidad potencial puede funcionar sin religión: ser sustituida por otra cosa, funcionar como religiosidad individual y hasta funcionar en vacío. Será el resto no eliminable de ese proceso en el registro personal.

Esta muerte de la religión, así como Michel Foucault, en la línea de la muerte del hombre plantea la muerte del autor pero advierte que guarden los pañuelos, no se trata de un anuncio mas de este fin, sino que se trata de despejar en esa muerte su función(2). El vacío dejado por los Dioses que ya no viven en la ciudad y que, muertos o aún con vida, seguro han perdido su poder, permite captar la función que cumplían. La religión en su origen ha sido una economía general del hecho humano, estructurando su vida material, social y mental, es lo que Gauchet llama dependencia y atadura jerárquica, siendo el fundamento de la vida de los hombres algo exterior a la misma. Ya nada de eso ocurre y el proceso se ha invertido, lo que la religión ubicaba como exterioridad ha pasado al vínculo mismo entre los hombres. Esta inversión actual es producto de un proceso histórico en el que es inscripta la religión y a partir del mismo tendrá un comienzo un desarrollo y un fin. Mas allá del desarrollo de un proceso, hubo en el mismo rupturas, acontecimientos (como tales solo en parte explicables por las condiciones previas del proceso) que conmovieron esta organización religiosa, como el nacimiento del estado, luego en relación con ésta, esa gran bifurcación de la historia religiosa que es el monoteísmo, y por último el cristianismo que permite llegar al final de esta inversión.

Qué es la religión

No es acá ni un sentimiento, ni una respuesta al problema de la muerte, ni un velo en el sentido de una justificación que intenta legitimar algo producido en otro campo como propondría por ejemplo el marxismo. A pesar de que no hay ni hubo sociedades sin religión, incluso las proclamadas ateas, más allá de la universalidad del fenómeno, de su apariencia a-histórica, siempre igual a sí misma, que llevaría a pensarla como inmanente a la esencia de lo humano, será planteada como una "elección", con todas las reservas que merece el término, (la respuesta religión no está en las premisas iniciales de la naturaleza humana sino como una virtualidad entre otras, se agrega algo mas). Esta "elección" de lo religioso consiste en una negación de lo que será definido como potenciales del hombre, su capacidad transformadora de la naturaleza, de sus semejantes de la cultura en que se inserta y fundamentalmente de sí mismo. Es la negación de su negación (aufhebung) transformadora, el hombre contra sí mismo.

En este acto, si es que es posible de hablar de acto colectivo, nace plena, no hay estado embrionario de la misma y al final del proceso se deshace, de ahí que cualquier estado de lo religioso considerado como punto elevado del mismo, por ejemplo el monoteísmo, será una versión degradada del fenómeno original. No hay acá contradicción con Freud quien habla del culto monoteísta como el valor mas grande de la cultura, cuando acá es degradación en relación al fenómeno religioso puro.

Lo que hace a la esencia de éste fenómeno religioso, fenómeno que es total en las sociedades anteriores al Estado, consiste en la operación de división entre el universo de los vivos y su fundamento, todo lo que acontece en la esfera visible, lo que lo causa y justifica es exterior misma. Este fenómeno de rechazo de su capacidad transformadora es llamado desposesión, todo lo que ocurre será explicado por un fundamento que tiene una anterioridad y lo que es fundamental, es intangible y por lo tanto inmodificable, inmutable, ningún hombre puede atribuirse el hecho de tener alguna relación especial con el mismo, lo que asegura su eficacia. Esto no acontece por alguna regla o prohibición sino que hace a la constitución de ese fundamento, su inmanencia implica una escisión irremediable con el fundamento mientras que el posterior pasaje a la trascendencia lo volverá accesible. Acá hay que aclarar que el hecho de que esta igualdad en relación con el fundamento, no implica que no haya divisiones de clase y de poder, de hecho hay un jefe pero su papel se limita por la vía del rito a celebrar y actualizar la sabiduría de los ancestros creadores. También en relación con esto, la figura del chamán presente en estas sociedades, es alguien que en apariencia tendría alguna relación con lo intangible. Éste, con sus capacidades y su entrenamiento, tiene acceso al mundo de los muertos, pero esa travesía por el mismo lo devuelve igual, sigue viviendo con el resto y no será ninguna representación de lo invisible en lo visible, Si el pudo mirar algo de ese mundo podemos decir que, a diferencia del Dios omnividente del que habla Lacan en el seminario la angustia y que ya implica la trascendencia, los dioses no lo miran a él, el fundamento sigue siendo intangible. Esta relación con lo invisible es uno de los ejes que tendrá distintos desarrollos pero que hará entrar lo Divino en la esfera humana, será tangible y su dialéctica terminará con él. Para aclarar un poco esto, lo intangilble del principio implica su presencia y cercanía como principio uno con lo naturaleza y lo sobrenatural, difuso en la misma, a diferencia del dios único ya concentrado y separado y nombrado. J A Miller comentando su lectura del Tratado fundamental de la fé de Karl Rahner, señala que este comienza con una meditación acerca de la palabra Dios, que ésta existe en todas las lenguas y que es un sustantivo que tiene efecto de nombre propio, Dios es un significante.

Religión- Estado

Según vimos, esta forma de plantear el hecho religioso hace necesario reconstruir los escenarios sociales anteriores, no solo al apogeo de las religiones, sino anteriores a algo que es central en esta explicación, la aparición del estado. Será este último el que superponiéndose a lo religiosos irá sustituyendo su función. La desposesión inicial, el no tener nada que ver con la regla de vida, la sumisión a un fundamento sustraído a cualquier influencia, ese intento- seguro fallido- pero eficaz por miles de años de repetición pura y de anulación de la historia que asegura una identidad definida, y sostiene la unidad del ser;(el fundamento aunque inaccesible, la naturaleza, lo sobrenatural y el hombre responden a un único principio) será conmovido por la aparición del estado. Este y la lógica que introduce dará lugar al desarrollo de los grandes imperios y luego en relación con uno de ellos se producirá esa bifurcación en la historia de la religión que el Dios único.

L a división que lo religioso primero instala entre el mundo de los seres vivos y su fundamento intangible con el cual ninguno tiene alguna relación especial mantiene la unidad del grupo. La aparición del estado y su lógica, implica en un primer momento la división entre hombres, dominadores y dominados, aparece la política tal cual la entendemos actualmente como acción del hombre, algo imposible en el esquema anterior, y también lo que se ha llamado inicio de la historia, como historia de los cambios. Hay que aclarar acá que no es que antes no hubiera cambios sino que el tema es la subjetivación de los mismo, un ejemplo es el período llamado Neolítico en el que se inventa la agricultura con todos los reordenamientos en lo material que eso implica, pero estos son neutralizados, no atribuidos al hombre sino a los antepasados y en oposición a otros sistemas explicativos, un cambio en relación con la producción no trajo ningún cambio en lo religioso.

Entre la multiplicidad de fenómenos relacionados con la aparición del estado hay uno de especial interés para nuestro tema y es que ya no se puede mantener el principio anterior de que ningún hombre tenía alguna relación especial con el fundamento. En un primer momento la figura del dominador, por ejemplo el déspota de la época imperial será una figura, aunque todavía poco elaborada, de algo de lo invisible en el mundo de lo visible, si bien comienza a conmoverse la naturaleza intangible del fundamento, de todas formas éste será aún la figura que une el cielo con la tierra, no implica todavía su separación. Freud en Moisés dice “Dios era el espejamiento de un faraón que gobernaba sin restricciones sobre un vasto imperio universal”.

El Dios único

En el máximo desarrollo de uno de los grandes imperios habrá de producirse esa bifurcación en la historia de la religión que es aparición del Dios único. Las relaciones entre este acontecimiento y la lógica imperial es tomada también por Freud en Moisés y la religión monoteísta. Ahí su respuesta a como se produce el traspaso del “esbozo” de monoteísmo que representó el faraón Akehnaton (Iknahton en el Moisés), luego muerto y prohibida su religión, a la religión de Moises es que Moisés era egipcio.

Para Gauchet lo de Akehnaton no es un verdadero monoteísmo, falta el rechazo absoluto de otras divinidades, ya que en la perspectiva imperial con la conquista de otros pueblos sus divinidades se sumaban a lo existente y aunque extrema es una solución dentro de la lógica imperial que no implica separación de principios entre el cielo y la tierra .EL dios de Israel está en oposición cualquier otro dios, no es que solo que es mas fuerte que los otros sino que es inconmensurable con los dioses egipcios, está aparte. El monoteísmo es entonces una ruptura, una respuesta particular a la opresión imperial, el pueblo de Moisés un poco dentro un poco fuera del imperio, amenazado y sometido por el mismo, “inventa” el Dios único mas fuerte que cualquier poder terrestre, toma la lógica de lo imperial pero la invierte. Se produce su desplazamiento a ultramundano con el consecuente rechazo de este mundo en pos de ese "otro mundo, se diferencian apariencia y verdad. Con la aparición de lo trascendente si habrá accesibilidad al fundamento, la separación ya no es temporal (las cosa fundadas en el origen solo se repiten idénticamente) sino espacial , por mas que se amplía cada vez mas la diferencia entre el hombre y esa voluntad divina, ésta está en algún lado y será posible relacionarse por vía de la interioridad, y será necesaria una travesía interior, ya que el sentido deja de ser dado, la voluntad de Dios es problemática e implica un sentido a descifrar e interpretar. Es un punto paradójico que la construcción de ese Dios único, separado y poderoso en relación a la multiplicidad de pequeños dioses implique una reducción de la alteridad, una degradación del fenómeno religioso puro.

Se producirá un doble fenómeno, por un lado habrá en lo visible un representante de lo Divino, que tendrá una relación con él y que hasta hablará por él. Por otro lado en la medida en que se elabora más lo Divino, como el Dios de Schreber, menos sabrá de lo humano, más alejado de sus asuntos y más se acelera el proceso de reapropiación de lo que el fenómeno religioso eligió perder, el hombre deberá ocuparse de sus asuntos de los cuales es causa. Recordemos que en la opción religiosa el fundamento, la regla, es anterior a los hombres, pasando ahora a estar primero el hombre y después la regla dependiendo de él mismo (2). El resultado es que de la división entre los hombres se pasará a una división interna del hombre, se divide el ser y entonces el pensamiento irá hacia lo uno, la elaboración del Dios único es justamente la elaboración de un principio único por el cual todo es explicado, en oposición a la multiplicidad del pensamiento salvaje y su aparente incoherencia. Recién son posibles categorías que pensamos instaladas desde siempre, por ejemplo la interioridad, la división del ser implica una travesía interior para captarla, se pasa de lo inmanente a lo trascendente. Como se ve, aparecen las potenciales que permitirán los desarrollos posteriores de un modo de pensamiento, una relación entre los hombres, una acción sobre la naturaleza cuyo resultado será la ciencia y la técnica.

Quedaría por ver, en una segunda parte más detalladamente, por qué será el cristianismo lo que permitirá la inversión total de este proceso en que lo religioso, como estructurante de la sociedad, ha dejado lugar a otra cosa. Cuáles son las especificidades del mismo, esa "caña flexible" como lo llamó Freud, ese "enemigo del progreso" que paradójicamente en ese momento se había convertido en su aliado ante un enemigo más peligroso como el nazismo. Cuáles sus "potencialidades dinámicas", según Gauchet, las que han permitido que en su seno se desarrolle lo que podemos llamar elementos de la modernidad como la ciencia y la técnica. Su afinidad con los valores del progreso a pesar de que parece haberlo combatido.

Final

Este proceso que, aunque lineal en su exposición, tiene sus marchas y contramarchas y donde desde lo religioso sobre lo cual se posa en un comienzo el estado para ir desplazándolo hasta su totalidad, muestra además de dos polos de un proceso, dos disposiciones del hombre siempre presentes en su orientación. Si bien, en oposición a las sociedades primitivas, hay hoy una disposición donde el hombre es anterior a la norma y ésta es producto de su acción, con las consecuencias sobre si mismo (dualidad) y sobre su entorno en este mundo producido por él (ciencia y técnica), por otro lado, hay también en él una disposición de sumisión a la norma, esencia del fenómeno religioso, con la negación que hemos visto de su capacidad transformadora y su consecuencia la unidad del ser en la coincidencia consigo mismo. Polo que ha mostrado su efectividad en la historia ( muchos miles de años en comparación con los 5000 años de historia) de esta movilidad del hombre al servicio de lo inmóvil. El autor describe muy bien esto a partir de lo que llama "el equívoco constitutivo de la experiencia del tiempo", que lo divide entre un ya ahí y un todavía no advenido, y con las resonancias que tiene para el psicoanálisis el inscribirse en eso ya ahí, y el no advenido que implica la invención de lo particular. El texto de M Gauchet muestra ese bascular de la historia del hombre de la desposesión a la reapropiación, de la sumisión a estar a cargo de sí, de la repetición a la invención.

 

  • Quería señalar que en los últimos tiempos han aparecido otros intentos de explicar el fundamentalismo religioso por la pérdida de consistencia de la religión. Un ejemplo de esto es un artículo de Fehi Benslama aparecido en una compilación de textos que hace Paul Laurent Assoun llamado “Lógicas del síntoma lógica pluri-disciplinaria”. Curiosamente “El desencantamiento del mundo” no aparece mencionado y el eje del proceso es el desarrollo del capitalismo y del discurso médico- científico de los últimos años con los cambios que introduce a nivel de la lengua árabe.
  • Seguramente no es posible tratar el fin de Dios sin relación con el concepto de Hombre del “humanismo”. Alain Badiou partiendo del planteo de Dostoievski “que es el hombre si Dios ha muerto” analiza los distintos tratamientos que ha recibido la articulación Hombre- Dios en Descartes, Kant, Hegel y Nietzche para llegar a Sartre y Foucault como dos respuestas a la muerte de Dios. En el primero con su propuesta antropológica (la antropología como relevo de la filosofía clásica) intenta reactivar el humanismo, el hombre ocupará el lugar del Dios muerto. Para Foucault y su antihumanismo el concepto de hombre impide lo que llama el pensamiento próximo.
  • Cabe señalar que este libro que ha sido también un intento por ver la génesis de la democracia, se publica en 1985. Si hay en él un énfasis es este pasaje de religión a estado, de religión a política, el fenómeno que mas se ha acentuado en los últimos años es la independencia del poder financiero en relación a lo político, lo económico desvinculado de países y proyecto político. Si las grandes ideologías que tomaron el relevo de la trascendencia religiosa han fracasado, la salvación ya no es posible ni en cielo ni en la tierra, lo que llamaría crisis de sentido da lugar a nuevas formas de religión que vemos actualmente.

 

 
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