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Hábito y repetición

por Adriana Testa

 

La adicción definida en relación a una matriz de goce, como un hábito que da forma a una repetición compulsiva ( Wiederholungswang), es uno de los ejemplos más acabados que pone en evidencia la antítesis entre hábito y repetición. El hábito no es una repetición. Entre el hábito y lo que se repite a través del hábito hay una diferencia que podemos formular también así: la repetición que sostiene el hábito de una adicción no es la misma repetición que hace fracasar ese hábito. ¿En qué consiste entonces la repetición? ¿Cuál es su relación con el hábito?

Hay dos tiempos diferentes en la elaboración de Freud: 1914, Recuerdo, repetición y elaboración, y luego el giro de 1920 en  Más allá del principio de placer. La indicación freudiana: recuerde, elabore el recuerdo para no repetir … repetimos porque reprimimos … encuentra su propio límite en Freud quien nunca se contentó con este esquema negativo en el que la repetición se explica por la amnesia. En Más allá del principio del placer, la pulsión de muerte no es descubierta en relación con las tendencias destructivas, ni en relación con la agresividad sino en función de una consideración directa de los fenómenos de repetición. Freud advirtió en un segundo tiempo que el síntoma no desaparecía sino que volvía como un "cometa", aunque con un ciclo más corto (reacción terapéutica negativa). Con el síntoma obsesivo, vio que el fundamento mismo del síntoma era la repetición, la repetición compulsiva (Jacques-Alain Miller, 1997). La relación entre represión y repetición se invierte: “No repito porque reprimo. Reprimo porque repito, olvido porque repito. Reprimo porque, en primer lugar, no puedo vivir determinadas cosas o determinadas experiencias más que sobre el modo de la repetición.”

"No hay repetición de un primer término” (Gilles Deleuze, 1968). En relación a la regla de la discontinuidad o instantaneidad en la repetición, este autor plantea: "el uno no aparece sin que el otro haya desaparecido; ¿cómo podría decirse el segundo, el tercero, y es el mismo, puesto que la repetición se deshace a medida que se hace, carece de en-si?"

"La repetición como diferencia fundante es el nombre de goce de lo imposible" (Germán García, 2006).  Este aserto induce a seguir otra vía freudiana,  en relación a una diferencia fundante: la tendencia a la “identidad de percepción”  en  la primera experiencia de satisfacción, es decir a obtener de nuevo la percepción de la experiencia de placer (identidad de placer), punto de real donde no se diferencia la representación de la percepción [Freud, Traumdeutung (1898/9): VII. "Psicología de los procesos oníricos", C) "La realización de los deseos”].

 

 

 

 
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