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La angustia y las resonancias del lenguaje en el niño

por Claudia Castillo

Antecedentes:

En marzo de 2005 comenzamos en el módulo Referente/infancia una investigación que tiene por título “La angustia en la clínica con niños y adolescentes.”

Hicimos una lectura bastante rigurosa de la angustia en Freud, sobre todo en textos no tan frecuentados, revisamos algunos artículos de Winnicott, y otros de Melanie Klein que comenté en mi trabajo del 2006, en esta misma Jornada. La lectura de la concepción de la angustia en el niño en los Seminarios IV y V de Lacan nos permitió entre otras cosas, distinguir la angustia de la fobia, y esta del miedo en el análisis del caso Juanito. En estos seminarios se trata fundamentalmente de la angustia de castración. Todo este recorrido nos condujo a la lectura del Seminario X de Jacques Lacan, al que Germán García había dedicado su curso de los años 2004 y 2005 que también sirvió de marco a estas lecturas.

Otra vuelta de tuerca de Lacan sobre la angustia: el Seminario X.

Tal como ya ha sido señalado(1) en el Seminario X (1962-1963) se trata de la angustia como “concepto” que Lacan toma de Kierkegaard. Lacan abandona el punto de vista neo-hegeliano, para ocuparse de una “puntuación de resto”.

Se trata de la inscripción del sujeto en el campo del Otro como lugar significante y consecuentemente de la división del Otro por el sujeto, y toda esta operación deja un resto que Lacan escribe como objeto a.

En el Seminario X se descompone el campo especular, aquel donde el sujeto estaba más “asegurado” frente a la angustia, ya no se trata de la fobia como aquello que protege al niño de la angustia. La angustia tiene un objeto, articulable, nombrable, real.

El punto de vista de Lacan nos obliga a apartarnos de toda lectura psicológica para afirmarnos en una visión del niño absolutamente novedosa que incluye diversos aspectos - la angustia del niño ante la presencia demasiado cercana de la madre, que no permite la falta; el monólogo infantil y las resonancias del lenguaje en pequeños que aún no hablan, otros.

Las variaciones que Lacan introduce respecto del lugar de las mujeres cambia la trama donde pueden pensarse ciertas cuestiones sobre el niño. Hace un elogio de la feminidad, planteando una superioridad, que obedece a una simplificación de la posición subjetiva.

En el goce copulatorio el sujeto femenino no pierde nada y en cuanto al deseo, mantiene una relación directa al deseo del Otro, una relación que no tiene como intermediario y

sin embargo, la angustia afecta más fácilmente a la mujer, dice Lacan siguiendo a Kierkegaard.

Sorprende también, que al referirse a “su modo de enseñar”, a su pedagogía psicoanalítica, sugiera un procedimiento que podría utilizar la pedagogía escolar, y que define de la manera siguiente: “adelantarse a las llamadas capacidades mentales del niño mediante problemas que las sobrepasan ligeramente”. De manera que se pueda obtener “un efecto de prisa en la maduración mental” y “verdaderos efectos de apertura, casi de desencadenamiento”. Comienza allí una discusión con Piaget que luego se hará más explícita.

El monólogo del niño y la incorporación de la voz

Lacan va a partir de un texto de Theodor Reik, publicado en Imago, sobre el Shofar para explicitar el objeto voz. El Shofar, cuerno en el que se sopla y deja oír su sonido en ocasión de ciertas fiestas judías. El sonido del Shofar es mencionado en el diálogo atronador entre Moisés y el Señor, luego es el pueblo el que percibe el sonido del Shofar. Lo que le interesa a Lacan es que este objeto nos presenta la voz como potencialmente separable. Incluso, desecha el mito del asesinato del padre para abordar la relación con aquel objeto esencial que desempeña la función de a, la voz y las dimensiones que aporta su función en la relación del deseo con la angustia.

En el capítulo XX, titulado por J.A.Miller “Lo que entra por la oreja”Lacan vuelve sobre la construcción del objeto voz partiendo del campo del deseo que se engendra en la relacion de S con A. El sujeto tiene que constituirse en el Otro y el asurge como resto de la operación.

En esta relación de S con A, hay diversos modos uno de los que Lacan señala es el monólogo infantil. Dice: “Creo que aquí hay suficientes madres no afectadas de sordera como para saber que un niño muy pequeño, en la edad en que la fase del espejo está lejos de haber dejado de operar, monologa antes del sueño en cuanto posee algunas palabras”.Luego Lacan apela a Jackobson y a los monólogos primordiales(obtenidos de las grabaciones de sus alumnas) y lanza una provocación hacia los desarrollos de Piaget sobre el monólogo egocéntrico, que suscita, a su entender, toda suerte de malentendidos ya que se trata de un monólogo que el niño profiere pero cuando se lo pone con otros camaradas a realizar una tarea en común. Es un monólogo dirigido a sí mismo pero que sólo puede producirse dentro de cierta comunidad.

Es interesante, porque Lacan indica el grafo como aquello que puede servir de referente a los problemas de génesis y de desarrollo. Aclara que el monólogo al cual él se refiere “nunca se produce cuando hay alguien más”.

Se producen entonces varias vías de lectura, por un lado desde la lingüística, hay que revisar los desarrollos de Jackobson, del lado de la psicología conviene volver sobre las explicaciones de Piaget sobre la aparición del lenguaje en el niño, incluso en su discusión con Vygottsky que hemos abordado ya alguna vez (2).

Por otra parte, parte del cognitivismo actual retoma a estos autores refiriéndose a cuestiones de la infancia. Es preciso destacar la diferencia fundamental que separara estas argumentaciones de la psicología, respecto del psicoanálisis, que ubica estos monólogos, del lado del inconsciente, al estilo de la función sueño, ocurriendo en el campo de La Otra escena y que puede introducirnos en la constitución del a como resto.

Tal como lo subraya J.A.Miller en su comentario del Seminario, Lacan está allí más del lado del organismo, y esto es evidente cuando se refiere al funcionamiento del oído, específicamente al caracol como resonador, que no resuena ante cualquier cosa. Es el Otro la caja de resonancia que hace de vacío donde la voz resuena no como sonoridad sino como articulación. “La voz como imperativa, en tanto que reclama obediencia o convicción”.

Es interesante al respecto una cita de Jakobson:

“Los verdaderos inicios del lenguaje infantil están precedidos –como es bien sabido- por la que se ha convenido en llamar el período del balbuceo, durante el cual se asiste en numerosos niños a la producción de una asombrosa cantidad de los más diversos sonidos. Un niño es capaz de articular en su balbuceo una suma de sonidos que nunca se encuentran reunidos a la vez en una sola lengua, ni siquiera en una familia de lenguas”.(3)

Mas adelante agrega: “Los observadores comprueban entonces, con gran sorpresa, que el niño pierde prácticamente todas sus facultades de emitir sonidos cuando pasa de la etapa prelingüística a la adquisición de sus primeras palabras, primera etapa lingüística propiamente dicha.” (Pág.32, obra citada)“No se puede explicar, pues, la selección de los sonidos retenidos en el momento del balbuceo al lenguaje”

¿Como el niño pasa de gozar de lo que “resuena” a querer decir algo?

Jakobson lo plantea del siguiente modo: “Así, paralelamente al monólogo egocéntrico y sin finalidad, se forma y desarrolla poco a poco en el niño una intención de comunicación que va a sustituir ese “delirio de la lengua” aún anclado en lo biológico.” (Pág. 35 obra citada).

En cuanto a la psicología, Vygotsky en su libro: Pensamiento y lenguaje resume bien la postura de Piaget, su discusión con este autor y construye su propia concepción.

Respecto del egocentrismo en Piaget, dice que ocupa genética, estructural y funcionalmente una posición intermedia entre el pensamiento autista y el dirigido.

El pensamiento egocéntrico del niño “se encuentra a mitad de camino entre el autismo en el sentido estricto de la palabra y el pensamiento socializado”

En el lenguaje egocéntrico: el niño habla solo sobre sí mismo, no toma en cuenta a su interlocutor”

En el lenguaje socializado el niño intenta un intercambio con los demás, ruega, ordena, amenaza, transmite información, hace preguntas.

Vygotsky postula una unidad de pensamiento verbal que llama significación de la palabra que está sujeta a un proceso evolutivo. En el lenguaje se distinguen dos planos: un aspecto interno, significativo y semántico y uno externo y fonético que forman una unidad. “Para adquirir el dominio del lenguaje externo, el niño arranca de una palabra, luego conecta dos o tres y luego pasa de frases simples a otras más complicadas y finalmente a un lenguaje coherente formado de oraciones”

Para Vygotsky ,a diferencia de Piaget, para quién el habla egocéntrica no cumple ninguna función, el pensamiento egocéntrico es un fenómeno de transición que va desde lo interpsíquico a lo intrapsíquico, desde la actividad social y colectiva del niño a una más individualizada. El lenguaje egocéntrico se transforma en lenguaje interiorizado.

Sin lugar a dudas el debate es más amplio y conviene extraer las consecuencias específicas que atañen al psicoanálisis.

La voz( lexis,phoné)

En las actas del Seminario deestudios analíticos dado por Germán García, en 1997 y recopilado por Alicia Alonso(4), encontré (por recomendación de la misma Alicia) un apartado que lleva por título “Phoné, lexis” ,Germán García recomendaba un libro de Lyotard Lecturas de infancia. Allí Lyotard denomina in-fans a los niños que no tienen los medios para replicar la frase articulada que se les dirige. Decía Germán: “Introducir la idea de inconsciente es introducir la idea de otro tipo de referente, esta phoné. Lo que afecta al niño es la voz a partir de la cual le llegan las frases articuladas. Llegó al mundo de la lexis, inmediatamente referido, incluso antes de nacer y dirigido por los adultos. Es según Lacan un polo de atribuciones. Lyotard describe el encuentro de phoné con la lexis como algo traumático, seductor.(Lacan hace aparecer esto en el grafo como la voz)Los adultos que le hablan ó hablan de él son a su vez rehenes de antiguas frases y de los afectos que ellas comportan. La phoné transita a través de las generaciones, el azar y la necesidad” Entonces está la voz articulada, lexis y la phoné la voz del tono que no se deja flexionar, la voz como timbre.

Otro modo de pensar e investigar estos temas es a partir del esquema de Lacan donde él sitúa como el grito se transforma en llamado a partir de la respuesta del Otro, pero en un momento de su desarrollo, a partir de “Posición del inconsciente” (ver fecha) Lacan va a decir que no se trata de que eso grita sino que eso habla de él , lo cual sitúa de inmediato la dimensión significante. Lo primario es la respuesta del Otro. La respuesta es primera y el sujeto es efecto. El advenimiento del sujeto es producto de la intimación del Otro. En este caso nuestra referencia son los desarrollos de Jacques-Alain Miller en los Signos del goce.(4) Seguimos en la Orientación lacaniana, y concluimos con una pregunta que Germán García suele proferir: “¿De que goza el niño como Uno mientras parlotea según el Otro?”

 

Notas:

(1) Jacques-Alain Miller : “Introducción a la lectura del Seminario de la Angustia de Jacques Lacan en Revista Freudiana Nº 42
(2) Autores varios “Gramática de la infancia” trabajo del Módulo de investigación Tratamientos de la infancia en la Argentina publicado en libro de Editorial Atuel del Centro pequeño Hans.
(3) Roman Jakobson : Lenguaje infantil y afasia. , Editorial Ayuso España 1974
(4) Germán García : Curso del año 1997 Actas realizadas por Alicia Alonso y publicadas en Revista El Murciélago, nueva época Nº 7 octubre-diciembre 1997.
(5) Jacques-Alain Miller Los signos del goce, Paidós 1998 Cap.XI “El tiempo en análisis”

Bibliografía:

Leu S. Vygotsky: Pensamiento y lenguaje. Editorial Lautaro Bs. As. 1964.
Jacques Lacan: El seminario X La angustia Editorial Paidós Bs. As. 2006

 

 
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