● Novedades
● Programa
● Círculos
● Coloquios
● Amigos de la Fundación Descartes - Archivo
● e-texts
● Biblioteca
● Librería
● Publicaciones
● Invitados
● Trayectoria
● Consejo de Administración
● Enlaces

 
German García
Archivo Virtual

 
Centro
Descartes
● Agenda
● Jornadas
● Curso de Germán García
● Enseñanzas de la Clínica
● Lacan-Freud, idas y vueltas
● Lecturas Críticas
● Cursos Breves
● Conferencias y debates
● La demanda institucional. Ateneo
● Actividades anteriores
● Consejo de Gestión



 
 
 

La eficacia de otras prácticas

Barbara Bielski

 

El tìtulo completo del abordaje que me propongo hacer es: La eficacia de otra pràctica que no es el psicoanàlisis.

Para desarrollar este trabajo en principio interrogarè el concepto de eficacia, luego la eficacia desde el psicoanàlisis y su verificaciòn y la otra pràctica que introducirè como contrapunto, que es la pràctica de la meditaciòn budista.

Me pareciò pertinente incluir la lectura de F. Jullien: “Conferencia sobre la eficacia”  en tanto que desarrolla este concepto comparando la posiciòn de China y la del pensamiento greco romano heredado por Europa.

El anàlisis de estas posiciones conlleva una profunda revisiòn de las formas de pensamiento y con ellas la postura filosofica y polìtica tanto en oriente como en occidente. No irè a detenerme en todo esto. En un salto probablemente arbitrario, les transmitirè aquello que supongo ùtil a este trabajo.  

"La concepciòn de eficacia en occidente en relaciòn a China, dirà Jullien, se confrontan e iluminan mutuamente".

La manera europea de concebir la eficacia consiste en construir un modelo ideal (que Jullien llamarà modelizaciòn) al cual se le adjudica un objetivo.

De modo que tenemos la forma modelo expresada como objetivo. Esta es la teorìa. Luego el plano de su realizaciòn, constituye la pràctica.

Aristóteles, quien alude permanentemente a la pèrdida que implica el pasaje de la teoría a la pràctica, elaborò una facultad intermedia: phrònesis que se traduce por prudencia y que servirìa para vincular la modelizaciòn con la aplicación y reducir de esta manera la brecha que casi siempre las separa.

Este pensamiento centrado en la modelizaciòn ha conducido a considerar la eficacia en tèrminos de medio-fin. La forma ideal que sirve de plan es percibido como el objetivo, el medio para alcanzarlo es el que conduce mas directamente al objetivo deseado.

El pensamiento chino, igualmente lògico, no ha desarrollado ninguna de esas dos ideas. En cambio consideran la nociòn de situación.

Ellos han pensado en el interès y el beneficio. Si el beneficio se persigue en escala mundial produce un sabio, en una escala mas reducida produce un estratega.

Siempre tienden a sacar partido de la situación, para bien de todos los hombres y con una intenciòn moral.

El fin u objetivos constituyen obstáculos para la evolución de una situación Un gran estratega identifica en una situaciòn los factores que le son favorecedores para luego incrementarlos al tiempo que disminuye los que seràn favorables para su adversario: “solo me lanzo al combate cuando el adversario ya està derrotado con lo cual, ya lo he vencido”.

La gran victoria no se ve, no hay espectacularidad ni grandiosidad como en las victorias occidentales. Porque el gran general es aquel que ha sabido detectar tempranamente los factores favorecedores. No hay mèritos ni elogios.

“El pensamiento chino ha aprendido a no construir un modelo heroico para imponer al mundo, sino a contar con el proceso infinitamente gradual y silencioso del crecimiento que es conveniente acompañar”

No hay que guiar, ni conducir que serìa ir por delante, sino secundar, estar en segundo plano, modestamente, sin gloria, sin llamar la atención. En palabras de Lao-Tsè: “ayudar a lo que viene solo”. Esta fòrmula alude a la tensiòn entre el hecho de no forzar y el de no abandonar.

La eficacia china se caracteriza por operar de manera indirecta y discreta por influencia.

El no actuar chino debe ser leìdo como: no hacer nada, pero (de suerte que) nada deje de hacerse.

No es la acciòn lo que se busca sino la transformación ya que èsta es la verdaderamente efectiva.

La lecciòn china reside en que la eficacia es siempre el resultado de un proceso para lo cual es necesario un desarrollo.

La nociòn del tao (la vìa) nos lleva en occidente a relacionarla con un final.

En tanto que en su concepción el tao es la vìa por donde la cosa pasa, por donde es posible, viable.

Podrìamos pensar que el psicoanálisis se inscribe del lado de esta perspectiva? El modo de funcionamiento de este esquema no evocarìa de algun modo la posición que Lacan sugiere para la posición del analista?

La eficacia del psicoanálisis se traduce principalmente en el efecto terapéutico que sucede en la vida de un sujeto por la entrada y permanencia en un dispositivo analìtico. Al tiempo y apres coup, el sujeto se sorprende por algún cambio operado en su cotidianeidad que hablarìa del modo en que èl, como analizante, usa lo que ha podido extraer de su experiencia analìtica.

El apaciguamiento, la sorpresa, cierta alegrìa testimonian de una eficacia que se desarrolla en el interior de la cura sin trascender el dispositivo analìtico.

Cuando el sujeto desea transmitir el recorrido de su análisis, hay un modo de verificar su eficacia, testimoniar sobre èl: a travès del pase.

Cito a Mauricio Tarrab, analista de la EOL: “… para un pasante, la elaboración de saber sobre su posición, sobre su goce y los efectos terapèuticos que han pacificado su vida, son el resultado de haber obtenido en y por el análisis, un anudamiento que le permite una ganancia sobre lo insoportable de la angustia”.

Y sigue: “…me voy a referir a la eficacia que el dispositivo permite capturar. Sus consecuencias se aprecian cuando el acto analìtico conmueve el sentido de la palabra y revela el goce-sentido que afecta al parletre en su cuerpo y en su pensamiento…ya no se trata de la palabra sino de lo escrito y es donde el pasante testimonia de un aligeramiento que paradojalmente implica para èl reconocer el fuera de sentido del real que lo ha atrapado”

La experiencia analìtica que deriva en un testimonio revela los muchos años de travesía y varios análisis que incluyen el pasar una y otra vez por los mismos lugares, que nunca son los mismos en tanto que cada pasaje señala diferencias.

Dice Lacan en el Seminario XXIV: “El psicoanálisis particularmente no es un progreso. Es un sesgo pràctico para sentirse mejor”.

Esta afirmación tan impactante aparece como solidaria de la posición china en el sentido de que los resultados que arroja un proceso no han de ser ni espectaculares ni gloriosos.

Esta dimensiòn de la eficacia tan simple, tan pragmàtica que plantea Lacan se encuentra ligada en ese momento y en el tramo final, al tiempo de hacerse al síntoma cuya consecuencia tendrìa que ser lo que llamò: un savoir y faire producto de su identificación al síntoma. Como dirà en la clase anterior a la citada: “conocer su síntoma quiere decir hacer con, saber desembrollarlo, manipularlo”.

Tomo ahora el tramo final para entrar en el terreno de la meditaciòn.

Según Walpola Rahula, monje budista disciplinado monàstica y universitariamente, la palabra meditaciòn es un pobrìsimo sustituto del tèrmino original bhavana que significa cultura mental. Su propòsito es limpiar la mente de toda suerte de impurezas y perturbaciones.

Existen dos clases de meditaciòn. Una apunta al desarrollo de la concentración o fijación unificadora de la mente.

La otra clase de meditaciòn (aquella de la penetración en la naturaleza de las cosas) conduce a la completa liberación, a la percepción directa de la Verdad Ultima.

Esta meditaciòn consiste en un mètodo analìtico basado en la atención, la toma de conciencia y la observación.

Esta verdadera meditaciòn budista està dividida en cuatro secciones principales:

-La primera guarda relaciòn con el cuerpo.

-La segunda con las emociones y las sensaciones.

-La tercera con la mente.

-La cuarta con diversos asuntos morales e intelectuales.

Una de las formas mas difundidas de la pràctica es la atención en la respiración.

Otra consiste en permanecer alerta a todas las acciones verbales o fisicas que se realizan, es decir vivir el momento presente. Es necesario en esta pràctica olvidarse de sì mismo y sumergirse en la acciòn para obrar con la màxima habilidad. En este tipo de meditaciòn se apoya la pràctica de tiro con arco.

Estos dos modos de meditaciòn estàn en relaciòn con el cuerpo.

El modo de pràctica respecto de las emociones y sensaciones señala la necesidad de ver con claridad por què han surgido tal o cuàl sensación. Es preciso examinarla desde el exterior sin reacciones subjetivas.

Me parece importante señalar que el pensamiento oriental, a diferencia del nuestro, permite tomar distancia del pensamiento, romper con sus filiaciones e interrogarlo desde afuera, en sus evidencias, en lo que tiene de impensado.

La meditaciòn relacionada con la mente señala que uno deberìa ser suficientemente valiente y sincero para mirar la propia mente del mismo modo que mira su cara en el espejo. Se trata aquì de observar y examinar como cientìficos y no como jueces.

La forma de meditaciòn sobre temas èticos, espirituales e intelectuales incluye la posibilidad de estudiar en los textos o reflexionar asì como pensar acerca de los cinco impedimentos o en los siete factores de la iluminación.

La pràctica de la meditaciòn, que no ha de ser necesariamente religiosa, deriva en un profundo conocimiento acerca de los mecanismos de la mente.

El ejercicio disciplinado de esta pràctica revela la verdadera naturaleza de las cosas: impermanencia, insustancialidad y no yo.

Cuando algo està continuamente cambiando, puede decirse tambien que està vacìo.

Cuando se percibe ese algo como plenamente capaz de inducir a la desilusión, puede ser descripto como vacìo de cualquier entidad a la que podamos tener la consideración de apegarnos.

En esta pràctica se trata de lograr una visiòn que posibilite entender que tanto nuestro cuerpo, las facultades que posee como la mente, nos engañan permanentemente.

Esta pràctica deriva en la experiencia de pensar y elegir con una mente que ya no se engaña y cuya visiòn clara, al mostrarnos què es què, permite entender que nada vale la pena tener o ser.

Este planteo encierra en sì mismo una eficacia cuyo testimonio puede darlo el practicante a travès de los actos que realiza en su vida cotidiana, con los cuales se beneficia, sorprende y alegra al igual que un analizante sin que esos cambios trasciendan de manera espectacular.

Finalmente, como dice Lacan en La ètica del psicoanálisis: “ el final de análisis es lo que se nos demanda? Lo que se nos demanda debemos llamarlo con una palabra simple, es la felicidad…una demanda de felicidad, de happiness…de eso se trata”.

Y es detràs de ella por donde va el hombre.

Bibliografía

Jullien, Francois: Conferencia sobre la eficacia. Editorial Katz

Tarrab, Mauricio: Las eficacias del psicoanálisis. En las huellas del síntoma. Jornada de la Eol “Psicoanálisis aplicado”.

Rahula, Walpola: Lo que el Buda enseñò. Editorial Kier.

Lacan, Jacques: Seminario XXIV, inèdito.Clase del 14 de diciembre de 1976.

Lacan, Jacques: Seminario VII: La ètica del psicoanálisis. Editorial Paidòs.

 

 

 
Billinghurst 901 (1174) Ciudad de Buenos Aires. Tel.: 4861-6152 / Fax: 48637574 / descartes@descartes.org.ar