El encanto de los cuentos de hadas
Un tratamiento de la repetición
por Alicia Dellepiane
Algunas políticas quieren hacer de este mundo un objeto cada día más mensurable y previsible, con la globalización del mercado y la medicalización de los síntomas subjetivos; pero todos los días vemos estallar en un sinnúmero de fenómenos totalmente ajenos a lo que la racionalidad occidental pretende imponer. La obsesión por el control de todas las variables, el acaparamiento del poder económico y territorial, hace estragos que, paradójicamente, resultan inconmensurables.
A ese pensamiento, supuestamente racional, se opone el pensamiento mágico, aunque habría que poder cuestionar si esta oposición realmente existe. La magia puede estar presente en quien que espera de la ciencia o del Estado una resolución perfecta, sin fisuras, un discurso totalitario, que cubra todas las hiancias de la existencia: un mundo sin sorpresas.
Pero ¿Por qué se siguen escuchando, leyendo y difundiendo los cuentos de hadas? ¿Cuál es el encanto que poseen y los hace continuar vigentes, pese a las transformaciones que han sufrido a lo largo de los siglos?
Levy–Strauss pensaba que occidente había englobado en la categoría “totemismo” una variedad de formas identificatorias de distintas culturas, ahorrándose así el trabajo de entender sus diferencias y entronizando a la vez el eurocentrismo.
En esta línea de racionalidad fueron pensados los cuentos de hadas como productos destinados a mentes simples y sugestionables con facilidad, como los niños. Su origen, sin embargo, se ubica en las veladas del Antiguo Régimen, donde participaban los adultos junto con los niños, sin preocuparse por el contenido erótico que portaban, ya que la categoría de infancia no estaba todavía conceptualizada.
La repetición de formas, temas, personajes y estructuras, en las distintas versiones que los literatos de épocas posteriores han recogido, les otorga una pervivencia y universalidad que habría que estudiar en profundidad, antes de apresurarnos a afirmarla.
La repetición no modifica nada en el objeto que se repite, pero cambia algo en el espíritu que lo contempla
Hume (citado por Deleuze)
Dentro de las recopilaciones más conocidas se encuentra la escrita por Charles Perrault ( 1628 a 1703), quien publica Cuentos de antaño o Los Cuentos de Mamá Oca en 1697 en donde aparecieron La bella durmiente del bosque, Caperucita Roja, Riquete el del copete, El gato con botas, Cenicienta y Pulgarcito. Los hermanos Grimm, Jacob Grimm (1785-1863) - Wilhelm Grimm (1786-1859) interesados en los antiguos cuentos folclóricos alemanes, que recolectaron de muchas fuentes, publicaron "Cuentos para la infancia y el hogar" (2 volúmenes, 1812-1815). La colección, aumentada en 1857, es conocida como "Cuentos de hadas de los hermanos Grimm". Ya en siglo XIX (Odense, Dinamarca, 1805 - Copenhague, 1875) el poeta y escritor danés Hans Christian Andersen, el más célebre de los escritores románticos daneses, quien fuera un hombre de origen humilde y formación esencialmente autodidacta, en quien influyeron poderosamente las lecturas de Goethe, Schiller y E.T.A. Hoffmann, realiza una obra monumental de más de 150 cuentos recopilados. Esteescritor tiene también producción propia, como los cuentos El soldadito de plomo; El patito feoy La sirenita, que, como todos saben, inspiró una conocida escultura que adorna la ciudad de Copenhague.
Una de las obras más maravillosas de la literatura infantil, publicada en 1865, Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí de Lewis Carroll, seudónimo del genial matemático inglés Charles Lutwidge Dodgson (1832 – 1898) cuenta también aquí pues, aunque tiene autor y no es recopilación, se alinea perfectamente como una de las producciones más extraordinarias de la literatura, que apasiona tanto a niños como a adultos. Fue una producción considerada subversiva por muchos y poco recomendada para los niños ya que carece moraleja y la protagonista es una niña sin que ningún adulto intervenga en el relato. La niña que crece y se encoje es considerada también una forma de negar el crecimiento.
También tendríamos que nombrar en esta serie, de producciones propias, a la escritora sueca Selma Lagerlöf, nacida en 1858 en Marbacka y fallecida en 1940. Su obra El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia, de 1907, más sus Leyendas de Cristo, le valieron la obtención del premio Nóbel de literatura en 1909 y el de la Academia Sueca en 1914. En esta saga el protagonista es encogido por un duende, y transformado en duende, como castigo ante su maldad. Al final recupera su tamaño normal por reparación de sus faltas.
Otro personaje famoso en los cuentos maravillosos es Peter Pan, de sir James Matthew Barrie (1860 – 1937), escritor y periodista, quien en 1896 hace aparecer al héroe en El pajarito blanco, que llega al teatro en 1904 como Peter Pan, el niño que no quería crecer. Barrie recoge este mito del niño, feliz de ser niño, de la literatura inglesa y escocesa.
El historiador Robert Darton en su artículo “Los campesinos cuentan cuentos: el significado de mamá Oca” dice que estos escritores modifican los cuentos folklóricos, contados en las veladas alrededor del fogón, durante el Antiguo Régimen, según el estilo de una época posterior, que es en la que ellos vivieron. Perrault los adapta al gusto de los refinados salones parisinos de les précieuses. Al pasar a Alemania los Grimm le quitan el afrancesamiento, le ponen final feliz y así pasan a la tradición literaria alemana y luego inglesa.
Cuando analiza la interpretación psicoanalítica de estos cuentos, acusa de “exegetas psicoanalíticos” a Eric Fromm y a Bruno Bettelheim por realizar, sobre las versiones más actuales de estos cuentos “desconociendo las anteriores”, interpretaciones que universalizan cuestiones que sólo atañen a una sociedad determinada en un momento determinado. Sin embargo Bruno Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de hadas afirma “Como ocurre con la mayoría de los cuentos de hadas, existen múltiples versiones” (p. 235). Y es indudable que él toma la versión que más le conviene para realizar una operación política altamente exitosa, como fue el betseller producido por el texto, que fue traducido a múltiples idiomas.
Es interesante también advertir que, en su traducción al castellano, se agrega al título la palabra “psicoanálisis” no incluida en inglés y se condensa la frase. En el original dice The uses of enchantment. The meaning and importance of fairy tales, que en una traducción más literal sería “Los usos del encantamiento. Significado e importancia de los cuentos de hadas”. Esto muestra también la resonancia que el término “psicoanálisis” producía en esa época; publicado en 1975 en inglés y en 1977 en español.
Tomaremos el cuento de Caperucita Roja para ordenar estas cuestiones:
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1ª versión: El juicio de Pero Tueco, Hombre – Lobo. En esta versión el protagonista es el hombre – lobo totalmente lascivo e incestuoso. Data de 1590.
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2ª versión tomada en cuenta por DARTON, según texto de Delarue y Tenèze, no hay caperuza roja, la madre le da pan y leche para que le lleve a la abuela, el lobo (disfrazado de abuela en la cama) le pide a Caperucita Roja que se acueste en la cama con él y que tire su ropa al fuego porque nunca más la usará, no hay leñador y el lobo se come a la abuela y a la nieta. Pero C. Orenstein dice que esta versión es de 1885.
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3ª versión tomada por Perrault: la caperuza es roja, la madre le da una torta y una orza de manteca, el lobo le pide a Caperucita Roja que se meta en la cama y se desnude, no hay leñador y el lobo se come a nieta y abuela.
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4ª versión de los hermanos Grimm: la caperuza es roja, la madre le da un pedazo de pastel y una botella de vino, hay cazador que salva a la abuela y a la nieta abriendo la panza del lobo.
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5º versión de Tex Arvey en 1943, con dibujos animados, la presenta como una bailarina de un club nocturno que hace un provocador número frente a un lobo superexcitado.
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6ª versión Max Factor, en 1953, la toma como modelo para un juvenil lápiz de labios color “rojo Caperucita”.
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7ª versión Caperucita Roja al rojo vivo: en una canción de Robert Blackwell de 1966 donde dice “Eh, tu, Caperucita, estás sensacional. Eres el terror de todo lobo feroz. El lobo termina convertido en manso cordero.
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8ª versión en la película “Freeway”, de Matthew Bright, en 1996. Esta es una Caperucita Roja posmoderna, en un mundo desquiciado, pero que con una pulsión de vida asombrosa, sobrevive al lobo y a muchas otras cosas así de terribles.
Hay muchas otras versiones más pero nos detendremos aquí para explicar nuestros objetivos.
Hasta acá las diferencias pero ¿Qué se repite? Invariablemente, el lobo le dice que tiene ojos grandes “para mirarte mejor”, orejas grandes “para oírte mejor”, brazos grandes “para abrazarte mejor” y boca grande “¡Para comerte mejor!” El ojo, esa golosina caníbal, acompaña todas las versiones de la Caperuza, niña inocente o joven seductora, es allí donde lo ominoso entra en escena.
Nos proponemos desarrollar un curso, entre la Fundación Descartes y A.L.I.J.A. (en el mes de junio) donde trabajaremos contenidos relacionados con los cuentos de hadas, la literatura infantil actual, la influencia del psicoanálisis en las producciones literarias para niños en el siglo XX y XXI, el fenómeno Harry Potter.
Los cuentos de hadas traen una reminiscencia de la repetición. Producen satisfacción en tanto – no importa su contenido – repiten algo que insiste.
Entre transferencia y repetición se encuentra el campo específico del psicoanálisis. La repetición lleva por sí misma a la diferencia, pero la repetición no es ni identidad ni diferencia, aunque son estos dos conceptos los que se ponen en juego aquí.
¿De qué diferencias se trata en el psicoanálisis y en la literatura? De las diferencias sexuales que se representan en cada repetición y esa diferencia es irreconciliable, por eso su tratamiento produce tantas tensiones, oposiciones y pasiones.
BIBLIOGRAFÍA:
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Darton, R. “Los campesinos cuentan cuentos: el significado de Mamá Oca” en La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, FCE, México D.F. 1987.
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Soriano, M. La literatura para niños y jóvenes, Colihue, Buenos Aires, 2005.
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Enzensberger, H. M. “Estructuras topológicas en la literatura moderna” en Revista Descartes Nº 5, Anáfora Editora, buenos Aires, 1988.
Le Conte populaire français , Paris, 1976. (3 volúmenes)
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