Módulo de investigación: Sofistiquería, entre sofisma y sofisticación. Mujeres y lenguaje en la experiencia clínica.
Responsable: Graciela Musachi.
Coordinadoras: Graciela Fabi y Gisèle Ringuelet
Participantes: Karen Monsalve, Myriam Soae, Esmeralda Miras, Silvia Bruno, Ruth Dyan.
Titulo del trabajo:” De Gorgias a la experiencia analítica”.
Lectora: Gisèle Ringuelet
Como punto de partida consideraremos las tres tesis principales de Gorgias (sofista), desarrolladas en el tratado Sobre el no ser, con el fin de ubicar qué concepciones del lenguaje conllevan y establecer diferencias - si es que las hay - con el psicoanálisis en la experiencia analítica.
A diferencia de otros sofistas, Gorgias ha dejado documentos escritos de su puño y letra como son el Encomio de Helena y Defensa de Palmades. Además, quedaron dos resúmenes del tratado Sobre el no ser; uno de un anónimo y el otro de Sexto Empírico (escéptico perteneciente al siglo III d.C.).
El titulo del tratado de Gorgias, es ya un índice del cuestionamiento a la ontología representada en el siglo V antes de Cristo por la doctrina de Parménides.
Parménides distingue dos vías: la del ser y la del no ser, en las cuales el ser (éstin) es asociado a la verdad (alétheia) y a la persuasión (peithó), mientras que el no ser (ouk éstin) se asocia a la incognoscibilidad (panapeusthéa) y a la imposibilidad de la enunciación, dualidad que Gorgias elimina. Pero Parménides lleva a cabo la operación de erradicar el no ser, no sólo de la realidad sino del discurso concluyendo que “todo es”; de ahí que la afirmación de Gorgias “todo discurso dice lo que no es” es el reverso de la de Parménides “todo discurso dice lo que es”
Además, según Sexto Empírico, el titulo de la obra que reza: Sobre el no ser o sobre la naturaleza, es una provocación a los presocráticos ya que rompe con la equivalencia que éstos establecían entre naturaleza y ser. Posteriormente, Platón y Aristóteles cimentarán gran parte de su doctrina, contrastando sus posiciones con los argumentos vertidos por Gorgias. Uso de las referencias gorgianas que nos permite adentrarnos aun más en las ideas de este sofista. Por ejemplo, según Aristóteles, el sofista había afirmado que “hay que destruir la gravedad de los adversarios con humor y su humor con la gravedad”. Palabras que - como indica Pilar Spangenberg - revelan el carácter corrosivo que para Gorgias tenía la burla o el humor, siendo él quien nos sumerge en la compleja relación entre palabras y cosas.
En un primer momento, tomando como referencia lo vertido en los encuentros del modulo que se sucedieron desde 2009, principalmente por lo investigado por Graciela Fabi y plasmado en su investigación titulada “El peso de la cosa” (1) y el estudio introductorio de Pilar Spangenberg, delimitaré algunas conceptualizaciones que, considero, son de suma importancia para nosotros.
I Tesis: Nada es.
Esta primera tesis de Gorgias, que a simple vista aparece como claramente ontológica, su carácter ha sido discutida ya que, en la base de un desarrollo ontológico habría un planteo gnoseológico. Para argumentar esto Untersteiner dice que lo que intentaría probar Gorgias, es que ni el ente ni el no ente pueden ser objeto de experiencia. Y Kerferd, siguiendo la interpretación de Calogero, asume una posición similar, al considerar que esta primer parte como las dos posteriores se refieren explícitamente a la incognoscibilidad y a la incomunicabilidad y por ende es también un planteo gnoseológico.
En esta tesis, la cuestión a tratar no es tanto la existencia o no del ser, sino la de si el verbo “ser” puede ser predicado sin incurrir en contradicciones, introduciendo, de esta manera, además el logos.
Hay, entonces una mutua relación entre las dimensiones ontológica, gnoseológica y lógica que operarían para Gorgias sobre el pensamiento, el ser, y el lenguaje.
Con la afirmación “nada es” se estaría expresando la inexistencia de un sujeto posible para el verbo ser. Gorgias analiza los predicados que deberían corresponder al ente, en el caso del ser, pero que sin embargo no le caben (uno/múltiple, generado/inengendrado, en reposo/en movimiento).
Las dos posibles ramificaciones son que haya sido generado a partir de lo que es, o que haya sido generado a partir de lo que no es. Pero estas dos alternativas serán desechadas. Además, como los eleáticos, Gorgias parece haber asumido que “uno” y “múltiple”, “lo que es” y “lo que no es” son categorías incompatibles.
Su tesis implica la reducción del ser a una mera categoría lingüística y por ende la imposibilidad de asignar al ser una referencia extra discursiva. La soberanía absoluta del discurso fija las pautas por las cuales, el discurso mismo es el que instituye el lugar que le corresponde al ser. El ser, para Gorgias, no es más que una categoría lingüística.
II Tesis: Aunque algo fuera, seria incognoscible para el hombre.
En esta tesis el sofista no puede admitir que algunas cosas que pensamos tengan un correlato con la realidad y otras no. Afirma que “si las cosas pensadas son entes, todas las cosas pensadas son”, frase que indica que el pensamiento aprehende ciertas cosas que son pero no tales como son. Hay una disolución de las nociones de verdad y falsedad
Los sentidos no son criterios adecuados para determinar la verdad o falsedad del pensamiento, las cosas que se ven y se oyen son, por el hecho de ser pensadas, de ahí se desprende que el pensamiento parece instituir su propio objeto y en consecuencia resulta inefable.
En la versión del anónimo, se evidencia una falta de correspondencia entre pensamiento y realidad sensible con la imposibilidad de encontrar una adecuación del primero respecto al segundo. Dicho en otros términos Gorgias considera imposible la aprehensión de la “cosa en si” ya que la cosa será tal como el sujeto se la represente.
La noción de verdad, según la tesis de Gorgias, queda vaciada de sentido ya que no se refiere a nada exterior al pensamiento. Es la fantasía la que crea su propio objeto.
De esta manera, la versión del anónimo manifiesta una tesis sofística básica, en la que el pensamiento y también el discurso producen su propio discurso. Tesis a la que Platón y Aristóteles dirigirán sus argumentos.
III. Tesis: Aunque pudieran ser conocidas, no podrían ser comunicadas
En esta tesis, Gorgias habla de la imposibilidad de dar a conocer los objetos sensibles a través del discurso, argumenta el por qué de la escisión entre ser y lenguaje Si bien, en ningún momento pone en tela de juicio la comunicación entre los hombres considera que nunca puede haber una transmisión cabal de las cosas a través de las palabras.
Para Gorgias hay un hiato entre los objetos sensibles que son aprehensibles a través de los sentidos (vista, oído, etc.) y el lógos que implica el discurso. No niega el contacto entre cosa sensible y logos sino que niega la posibilidad de reemplazar la experiencia sensible por el logos.
Dice Gorgias: Quien dice no dice un sonido o un color, sino un discurso. Es decir, desarma una visión ingenua en donde habría una correspondencia que podría reemplazar a la experiencia sin pérdida alguna. Este argumento conduce a Mourelatos a considerar que Gorgias refuta la concepción referencial del sentido, aquella que considera que el sentido de la cosa esta dado por la cosa misma. Gorgias considera que el encuentro con una percepción, por ejemplo el sabor, genera el discurso que emitimos sobre esa cualidad. Pero no es el discurso el que expone el afuera sino que el afuera se convierte en revelador del discurso. El discurso, para el sofista, se constituye a partir de la percepción.
Además, Gorgias niega la posibilidad de que otra persona tenga en mente lo mismo que uno; lo mismo – dice Gorgias – no puede estar a la vez en varios que además están separados; pues lo uno sería dos. Las dos razones que da son a) que dos hombres no pueden ser semejantes en todo y b) por ser dos están necesariamente en situaciones diferentes (espaciales). Pero no solo dice que es imposible que dos personas puedan percibir las mismas cosas sino que es imposible que una misma persona tenga dos percepciones idénticas (aquí agrega que la alteridad en el tiempo impide que la misma percepción sea reiterada). .
De esta manera, Gorgias plantea no solo que la palabra no puede mostrar la cosa, sino que subraya que ésta es objeto de una percepción personal, individual e intransferible. Cada persona tiene un objeto que le es propio y no puede ser aprehendido por ningún otro.
Mientras Parménides desecha cualquier versión espuria del pensamiento y el discurso, en función de la normatividad, Gorgias subraya la imposibilidad de entrar en contacto con lo sensible, la imposibilidad de distinguir entre verdad y falsedad. Para el sofista hay que considerar los efectos que el discurso causa en el alma., su potencia creadora.
Nos encontramos, entonces, que en la tercera tesis Gorgias argumenta la imposibilidad de que el discurso comunique algo que es. En ésta tesis, libera al discurso de todo vínculo con el ser. Pero va a ser en su escrito el “Encomio de Helena”, que el sofista describe al discurso como un “poderoso soberano”. Este dominio asignado al discurso, el discurso persuasivo, el que tiene la capacidad de hacer hacer, o de producir una reacción en el auditorio y que reemplaza el lugar de verdad en un discurso descriptivo, Gorgias lo evidencia con claridad en el escrito sobre Helena. Ahora bien, ¿por qué es Helena, nombre de mujer, a quien Gorgias transforma en epónima de un discurso sofístico?
Este breve recorrido, permite a mí entender, establecer una coincidencia sorprendente entre las ideas de Gorgias sobre el discurso y las perspectivas que Freud y luego Lacan argumentaron sobre el inconsciente. Considero, entonces, que una pista a seguir para aprehender los caminos argumentativos dados por los sofistas y por el psicoanálisis, es lo dicho por G. García (en reiteradas oportunidades), cuando afirma que el descubrimiento de Freud no es el inconsciente, sino la función del analista, la inédita experiencia analítica en donde se pone en juego el deseo del analista.
Daré un salto abrupto en el tiempo para considerar el lugar privilegiado que el fundador del art decó da a la letra. Esmeralda Miras (2) en mayo de 2011, nos habló de él, de Romain de Tirtoff quien decide (en 1912-1914) firmar sus producciones con el sonido de la primer letra de sus nombres: el sonido er y el te transforman su firma en Erté. Luego en 1929, como nos indicó Esmeralda, comienza a trabajar en la elaboración de un alfabeto humano, enlazando este alfabeto con la expresión y la expansión del cuerpo en movimiento. Pero esta vez, para el artista cada letra está representada por las vestiduras de una mujer, cada una de ellas posee un cuerpo sensible a la definición de sus contornos. Con una mirada particular se detiene en cada letra y distingue los divinos detalles con los que queda fascinado. Su intento es atrapar una mujer encarnándola en una letra, que como tal, carece de significado y desarma la totalidad.
Fue a partir de esta manera singular de considerar cada letra que Graciela Musachi ciñó una pregunta: ¿qué relación hay entre las mujeres y la función de la letra?
Es con la elaboración de los cuatro discursos que Lacan va puliendo los tres registros: imaginario, simbólico y real. Y se detiene a considerar si es posible un discurso que no fuera del semblante.
Que todo discurso solo puede presentarse como semblante, es lo que Gorgias, precisamente, nos mostró con la retorica, al disolver la noción de la verdad. Lacan, advertido, subraya que la verdad no es más que medio decir ya que decirla toda, es materialmente imposible, faltan las palabras y precisamente por este imposible la verdad aspira a lo real. Tomando a Freud en Más allá del principio de placer indica que el nudo entre repetición y goce que se encuentra en este texto es una guía para poder entender en qué consiste éste no fuera de semblante.
En el seminario que lleva su nombre De un discurso que no fuera de semblante, Lacan hace notar, que no por casualidad inició sus escritos con el análisis de la carta robada “porque si esta carta puede, llegado el caso tener una función feminizante es que el mito escrito Tótem y tabú, está hecho exactamente para indicarnos que es impensable decir La mujer”.
Encontramos, entonces, como Lacan anuda una lectura del escrito de Freud de Tótem y tabú con una interpretación de un cuento de Poe, para argumentar que es impensable decir La mujer. Para Lacan, Freud muestra que es imposible que el padre posea todas las mujeres. De ahí que Lacan insista en considerar que el en sí de La mujer, como si pudiera decir todas las mujeres no existe. Por lo tanto, la mujer es justamente el significante que indica que no hay Otro, S (A), siendo su función la letra que agujerea los semblantes.
En el cuento de Poe, Lacan señala, que la carta, de la que no importa el contenido, feminiza a quien la detenta. Posición femenina que Miller ubicará como la “mascarada femenina”.
Para finalizar, dado lo complejo del tema, considero que uno de los aspectos para bucear en el nuevo modulo que se ha constituido: “La posición femenina en la clínica psicoanalítica. La experiencia de un discurso no universalizable“, puede girar en cernir cuáles son las consecuencias clínicas de la diferencia que Lacan establece entre la escritura, la letra y la palabra, teniendo en cuenta que en el 71, considera que la escritura es lo que llovió del semblante en la experiencia analítica.
Marzo 2012.
Bibliografía:
- Gorgias, Sobre el no ser. Estudio introductorio y notas de Pilar Spangenberg. Traducción: María Elena Díaz y Pilar Spangenberg. Ed. Winograd. Año 2011, junio.
- Gorgias, Encomio de Helena, Traducción y notas Graciela E. Marcos. Traducción María Cristina Davolio y Graciela E. Marcos. Revisión del texto griego y de la traducción: Esteban E. Bieda. Ed. Winograd. Año 2.011, junio.
- Lacan Jacques: El Seminario, Libro 18 De un discurso que no fuera de semblante. Paidos, Buenos Aires. 2.009.
- Miller Jacques-Alain Síntoma y nominación Colección Diva. Mayo 2.002
Notas:
1) Fabi Graciela, El peso de las cosas (circulación interna) Febrero de 1012
2) Miras Emeralda, investigación en curso, tomando como referencias lo obvio y lo obtuso de Roland Barthes y Arte y modernidad de Charles Baudelaire.
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