"Freud y la gramática"
Por Bruno Masino
Me propongo en esta ocasión compartir algunas ideas que son el resultado de un año de lectura llevada a cabo en el marco del modulo “Sobredeterminación la práctica” del que formo parte junto a Ignacio Penecino que lo coordina y Sergio Piacentini.
La sobredeterminación permite comentar diversos aspectos de la teoría analítica y funciona como un principio necesario dentro de la conceptualización de Freud, al menos en dos puntos precisos: 1) la explicación de la causalidad del síntoma y 2) el “trabajo del sueño”, que aislaremos en el comentario del llamado “Sueño de la monografía botánica”.
Dice Freud: “Cualquiera que sea el sueño que…someta a una desarticulación…, siempre encuentro corroborados idénticos principios, a saber: los elementos oníricos se configuran desde la masa total de pensamientos oníricos, y cada uno de ellos aparece determinado de manera múltiple por referencia a los pensamientos oníricos” (pagina 292 IS)
Elemento onírico y pensamiento onírico son aquí los dos puntos de una relación, que si no es múltiple no será producto del trabajo del sueño. La sobredeterminación como condición inherente a la construcción de ciertos aspectos de la teoría es una solución al problema del determinismo, que se presentó a Freud por partir de un método signado por la ciencia de su época.
De manera que para comentar este tema se impone la mención de la relación determinismo - sobredeterminación, pues en ella podemos leer la reacción de Freud a su formación médica, y sobre todo, a los fundamentos epistemológicos de su práctica científica: ya que el desarrollo de su sistema es producto de la ciencia, pero no puede reproducir su método, dado el objeto que constituye. No es un tema sencillo, ni se explica en dos parrafos, pero debemos saber que partimos de él cuando abordamos la sobredeterminación.
Para Freud no había más ciencia que las Ciencias Naturales y siempre intentó presentar su descubrimiento en clave científica. Hay estudios muy detallados (como el de Paul Laurent Assoun, que leimos en el módulo) acerca de la transpolación de modelos físicos, químicos y anatómicos que utilizó para formalizar sus propias ideas. Sin embargo el psicoanálisis no termina de adaptarse a la matriz de la ciencia, y el principio de sobredeterminación es una prueba de esto.
Siguiendo esta línea de razonamiento podemos arriesgar a decir que la construcción de la teoría esta sobredeterminada, al menos por los tres modelos científicos mencionados, pero también por una metodología de lingüista, como se encarga de ratificar unas páginas después del sueño de la monografía botánica el mismísimo Freud: “…en cualquier lenguaje, en virtud de su evolución, los términos concretos son mas ricos en anudamientos que los conceptuales…”
En esta frase leemos, y sin entrar en detalles, al menos dos categorías de análisis lingüístico: la idea de evolución de un lenguaje, y la oposición concreto-conceptual. Así como la relación al determinismo responde sobre la posición de Freud con respecto a la ciencia de su época, introducimos la pregunta sobre aquello que se puede aprender de la relación de Freud, con la lingüística que lo precede.
¿En qué consiste la relación entre la sobredeterminación y el aspecto gramatical del sistema freudiano?
“La interpretación de los sueños” es el punto de referencia ahora. Sin embargo la metodología de lingüista se expande en “Psicopatología de la vida cotidiana”; “El chiste y su relación con el inconsciente”, así como en momentos posteriores: “Sobre el sentido antitético de las palabras primitivas” o “Moisés y el monoteísmo”
Agregamos a estos otra serie, y está compuesta por “Pulsiones y destinos de pulsión” y “Pegan a un niño”, textos centrales a la hora de pensar una gramática que contemple lo pulsional. Pues este es el punto que pone al lenguaje tal como se usa (formaliza) en psicoanálisis, más allá de la gramática: la pulsión. (La pulsión pone al lenguaje en psicoanálisis mas allá de la gramática)
Para comprender la relación entre Freud y la lingüística vale la pena seguir una indicación de Oscar Masotta: “No quisiera dar lugar a la polémica. Pero debo decir que no estoy de acuerdo con la proposición de Octave (Mannoni) de que en tiempos de Freud la lingüística no existía. Tampoco con la oposición entre lingüística y filología. Yo diría por lo mismo que la formación de Freud era altamente lingüística puesto que era filológica. Creo que Octave, en la línea de las afirmaciones de Lacan, reduce la lingüística al gesto saussuriano… No conozco demasiado sobre los textos de filología que Freud frecuentaba, pero me imagino que deberían estar plagados de lingüística presaussuriana.” Esta cita está tomada de la compilación “El psicoanálisis y las teorías del lenguaje” realizada en el año 1988 por Guillermo Koop y que reúne textos de Karl Abel, Hans Sperber y Wilhelm Von Humboldt. Sin embargo en las obras de Freud el tercer lingüista no esta citado, a diferencia de los otros. La pregunta se formula sola: ¿Qué relación hay entre Humboldt y Freud?
Lingüistica pre saussuriana.
Frecuentar esta literatura es esencial para pensar el contexto lingüístico vigente para Freud, y evitar dar por hecho rápidamente que toda la lingüística del psicoanálisis se introduce a partir del Lacan de lo simbólico. Permitiéndome además agregar dos preguntas que se orientan a la práctica (tal es el espíritu del modulo)
1 - ¿qué se puede decir de la transformación de la lengua en un análisis? y
2- ¿qué de esa lengua se puede leer como proposición gramatical?
Ahora bien, de donde saco este tema de la transformación de la lengua:
El tema de la “transformación de las lenguas” fue primario (fundacional) en la historia de la lingüística y ocupó el lugar central en la investigación previa al “Curso de Lingüística General” que constituye en 1916 un notable viraje metodológico.
Si el concepto de “estructura” existió siempre, tal como explica Oswald Ducrot en su artículo “Estructuralismo y lingüística”, podemos situar a Wilhelm Von Humboldt como un antecedente.
Antes del “Curso…” el eje metodológico consistía en situar (rastrear) en la evolución de diferentes lenguas aquellas partículas que se repetían, para deslindar de esa forma una gramática general. Los comparatistas negaban la especificidad de las organizaciones e intentaban calcar las gramáticas, unas sobre otras.
Lo contrario de esta idea es afín al uso psicoanalítico del lenguaje, pues supone que cada lengua posee una organización autónoma y específica.
En “La interpretación de los sueños”, se desarrolla un método. Se elucidan reglas de funcionamiento, se establecen relaciones lógicas y medios de figuración específicos. Ahora bien, este método, no es tan científico como gramatical, dado que el análisis de los sueños se realiza a partir de la descomposición en constituyentes sintácticos, elementos que se enlazan en secuencias y conducen a las vivencias generadoras del sueño a través de representaciones intermedias.
Freud persigue en estas secuencias una explicación de las razones del sueño, de aquello que lo causó, y devela en este proceso el descentramiento inherente al soñante, entre lo representado y lo que motivó el sueño.
Las representaciones son elegidas por su carácter multívoco, o sea por su capacidad para establecer contactos con la mayoría de los pensamientos oníricos. “El hecho que está en la base de esta explicación puede expresarse diciendo… Cada uno de los elementos del sueño aparece como sobredeterminado, siendo el subrogado de múltiples pensamientos oníricos”
La maquina freudiana, el aparato psíquico, es un sistema cerrado, y quizás aquí podemos anotar a Humboldt como el proveedor de un contexto lingüístico más afín al psicoanálisis, antes de Saussure. Claro está, Freud no lo explicita nunca como antecedente. No está en el índice de Amorrortu, pero Humboldt brinda una idea muy avanzada y cercana al psicoanálisis ya que estima que las ligazones entre sonidos y conceptos son arbitrarias, y que no pueden rastrearse evolutivamente en el pasaje de una lengua a otra.
Si la sobredeterminación funciona como un rechazo del determinismo o como una continuación de esta doctrina filosófica es la discusión que queda pendiente. Sabemos que la filiación a la ciencia del SXIX por parte de Freud fue total. Sin embargo su objeto de trabajo hace imposible la formulación de una ley científica. La relación causa efecto, para explicar la etiología de la neurosis o las vías de formación del síntoma, no es considerada dentro del esquema que Freud construye.
En el caso del sueño el principio de la sobredeterminación será fundamental para comprender las relaciones entre el pensamiento onírico y los elementos del sueño, así como también el hecho de que los pensamientos oníricos están subrogados en el sueño, por varios elementos.
El sueño de la monografía botánica: “Tengo escrita una monografía sobre una cierta planta. El libro yace frente a mi, y estoy hojeando una lámina en colores doblada. Acompaña a cada ejemplar un espécimen desecado de la planta, a la manera de un herbario”
A partir del sueño Freud procederá buscando las series de ideas que conducen desde los elementos del sueño a aquellos pensamientos oníricos que los determinan.
Este procedimiento le permite explicar en primer término el papel de lo indiferente en el sueño, o sea, por qué aquellas impresiones que sin haber tenido demasiada importancia durante el día, terminan en el sueño y, en el segundo comentario, situar con precisión la condensación como mecanismo básico del trabajo del sueño.
Este método hace surgir textos a partir de representaciones aisladas por la operación de análisis. Entre una representación y otra Freud enlaza recuerdos, fantasías y ocurrencias al modo de la asociación libre.
Sobre la oración primigenia y el desarrollo gramatical.
La descomposición en estas series muestra la vuelta de todo el desarrollo gramatical, sobre lo que podemos llamar siguiendo la lectura de John Forrester, en “El lenguaje y los origenes del psicoanalisis,” la “oración primigenia”, (y que Freud llama “expresión originaria”)
El análisis del sueño ubica el “núcleo de los pensamientos oníricos”, que luego se manifiestan con subrogaciones múltiples en el contenido del sueño.
En este caso “monografía botánica” funciona en ese nivel primario. ”
Desde esta representación podemos seguir la serie de transformaciones gramaticales que se desarrollan a partir del núcleo de los pensamientos oníricos y los sucesivos encadenamientos de constituyentes sintácticos.
Si bien es cierto que estas transformaciones tienen un desarrollo de naturaleza temporal resulta interesante perseguir el paso de lo inconsciente a la consciencia.
Cito a Forrester:
“Tenemos entonces dos dimensiones de interés teórico sobre las que se llevan a cabo las transformaciones gramaticales: del inconsciente al consciente, y de temprano a tarde en el desarrollo del sujeto.”
Siguiendo la linea de razonamiento de Forrester, “existen dos criterios abstractos o formales de lo que es primigenio en una de las secuencias: la cercanía a la pulsión y la simplicidad gramatical”
Las oraciones primigenias (expresiones originarias) se transforman en los derivados posteriores que aparecen en la conciencia mediante un proceso de distorsión y mediante la introducción de la complejidad sintáctica.
Lo que une a los elementos es su estructura gramatical común, una estructura que corresponde al núcleo o uno de los núcleos de la neurosis.
En este punto comenzamos a acercarnos a la siguiente cuestión: ¿Qué convierte a lo que se dice en un análisis en una oración o proposición primera? A esta cuestión no puedo mas que dejarla abierta, pero una primera respuesta sería la interpretación
En su segundo comentario Freud continuará el análisis simplificando las series e inclusive la escritura misma del sueño.
“Tengo escrita una monografía sobre una variedad (indeterminada) de planta. El libro yace frente a mí, y estoy hojeando una lámina de colores doblada. Acompaña al ejemplar un espécimen disecado de la planta”
En esta ocasión y a diferencia de la entrada anterior, el sueño no está usado para demostrar la función de lo reciente y lo indiferente en el sueño, sino para mostrar el trabajo de la condensación, lo que permite a nuestro desarrollo detenerse en la diferencia entre estos dos términos
Como mencioné anteriormente la sobredeterminación, como principio necesario de la gramática freudiana, se localiza muy bien en dos formaciones: el síntoma (gracias a las series complementarias) y el sueño. Ambas comparten su carácter de satisfacción de deseo.
Ahora bien, encontramos en la sobredeterminación un principio que por su propia lógica puede devenir en operación, mientras que la condensación lejos de devenir operativa (para quien analiza) debe ser desarticulada en la interpretación.
Perseguir las determinaciones múltiples conduce al grado cero del sueño, a su punto de relación con el origen y es por esto que se convierte en una clave para analizar. Es cierto, no por mostrar en el origen la explicación, sino por mostrar en el excitador del sueño lo intrínseco del descentramiento.
Si entonces tomamos en cuenta la dimensión temporal y la dimensión tópica que una gramática freudiana implica en las transformaciones de una proposición u oración primigenia, nos vemos obligados a considerar la sustitución de una relación causa efecto simple, por una determinación múltiple, solidaria con la censura, la represión y las vías de formación del síntoma.
Citando nuevamente a Forrester, es, “el habla estructurada del mismo modo que la neurosis” la que hace de la sobredeterminación una operación. Entre la libertad dialéctica de expresión y el carácter analítico fijo de las neurosis surge esta tercera clase intermedia, que relaciona las proposiciones gramaticales con sus manifestaciones habladas.
En este itinerario, algo desordenado quizá, la sobredeterminación no solamente nos lleva a indagar la relación con el determinismo, (empalmando con la filosofía de la ciencia) y la lingüística (revisando las influencias gramaticales de Freud) sino que se impone como crucial a la hora de escuchar: la sobredeterminación es una operación.