● Novedades
● Programa
● Círculos
● Coloquios
● Amigos de la Fundación Descartes - Archivo
● e-texts
● Biblioteca
● Librería
● Publicaciones
● Invitados
● Trayectoria
● Consejo de Administración
● Enlaces

 
German García
Archivo Virtual

 
Centro
Descartes
● Agenda
● Jornadas
● Curso de Germán García
● Enseñanzas de la Clínica
● Lacan-Freud, idas y vueltas
● Lecturas Críticas
● Cursos Breves
● Conferencias y debates
● La demanda institucional. Ateneo
● Actividades anteriores
● Consejo de Gestión



 
 
 

Otra perspectiva

por Marcelo Izaguirre

Recalculando o lecturas de Masotta, podría haber llamado a este trabajo según la bibliografía que se tome. Decidí llamarlo otra perspectiva según una orientación indirecta de Sergio Ayas. Si se toma la versión del libro de Vezzetti sobre psiquiatría, psicoanálisis y cultura comunista (1), habría que decidirse por la versión gps. En particular en el comienzo y el final, se encuentran dos cuestiones curiosas, sobretodo al final, donde afirma que la facultad de Filosofía y Letras se transformó en algo más que un establecimiento de enseñanza, era un laboratorio de ideas que se prolongaba en los grupos de estudio de Oscar Masotta, Raúl Sciarreta y León Rozitchner. Y se vale de una afirmación, de Emilio de Ipola, para señalar que “los tres cumplirían un papel decisivo en la reinvención del psicoanálisis en las siguientes dos décadas”. Es conocida la diferencia entre enunciado y enunciación, quiero decir que quien escribe eso, es porque piensa que ha sido así. Damos con la confirmación de ello al leer el artículo de De Ipola, que no realiza ninguna alusión del papel de Rozitchner en la reinvención del psicoanálisis (2).

Y en el comienzo del libro aludido se afirma: “La hegemonía que alcanzó la disciplina freudiana y, sobretodo, la reorientación lacaniana, ha sustentado una suerte de fantasma de autoengendramiento o ha dado lugar a relatos fundadores sostenidos en la acción de algún héroe solitario, como Oscar Masotta”. Y, agregará “las visiones de un psicoanálisis autosuficiente han oscurecido el reconocimiento de lo que la formación psi recibía del pasado”. Y lo que está en el pasado, para nuestro autor, es la psiquiatría. Y de allí advino el psicoanálisis. Está en el título mismo del libro. Es como destacar que antes de Freud estaba la psiquiatría, pero sabemos desde Schorske con su Viena fin de siglo, Peter Gay con su Freud y el libro de Makari, Revolución en mente, que para Freud se trataba de otra cosa que la psiquiatría. En fin…hay otra perspectiva.

Y, al menos en lo que compete a la reinvención del psicoanálisis a partir de los años sesenta, que remite al psicoanálisis lacaniano como se afirmó en algún número de Conjetural, otra perspectiva se puede encontrar en una lectura citada por el ex decano normalizador. Marcelo Starcenbaum, lo hace en un trabajo donde presenta tres vías, y resulta interesante como lo hace: “las lecturas de Althusser al interior de tres comunidades interpretativas”, así tenemos el lugar ocupado por Althusser en Masotta y los nacientes grupos lacanianos, con sus lecturas de Althusser y los usos que del mismo hará en su disputa con Rodrigué; la separación de los grupos Plataforma y Documento de APA con su libro y la respuesta que tendrán en la revista Los libros por parte de Germán García y Juan Carlos Torre y Miriam Chorne; y finalmente, la posición de los que desde el campo de la psicología realizan lecturas de Althusser como Carlos Sastre y Roberto Harari (3). Si se presta atención, es un recorrido que se puede encontrar al hojear el anclaje de la enseñanza de Lacan.

También se mencionan diferentes bibliografías que se pueden leer sobre Masotta: las cercanas, donde ubica los textos de Correa y Germán García; las críticas, comprende entre otros el librito de Lecturas críticas, a Scholten con el libro sobre la fenomenología, el de Ana Longoni y Oscar Masotta el revés de la trama; y finalmente aquellas que deben ser leídas con reservas como la del diccionario de Roudinesco, acordando con la crítica que realizó en su momento Germán García, por la presentación de Masotta como antiperonista y qué quiere decir y qué aporta la afirmación de que sus amigos eran homosexuales, pero que a él le gustaban las mujeres. Otra coincidencia con García presenta el autor, que se encarga de aclarar que en términos de recepción, Lacan es presentado en el trabajo del año 1959, donde “Masotta advierte con un inocultable interés el cuestionamiento realizado por los lacanianos de la institucionalización del psicoanálisis y la penetración del culturalismo norteamericano”.

Al estilo usual de la época, podría recordar respecto a la crítica que realiza de Masotta como fundador solitario, otro texto de Vezzetti, publicado en el revés de la trama, donde afirma, al referirse a las décadas de los sesenta y setenta, que “Masotta parece haber sido el único que mantuvo una colocación destacada en ambas, sobre la base de un desplazamiento de rol y de público. Fundador del campo lacaniano y replegado sobre la política del psicoanálisis…” (4). Podemos enterarnos entonces, que en una de sus últimas producciones Vezzetti se encuentra criticando sus antiguas afirmaciones. Hay que decir que desde nuestra posición nunca se ubicó a Masotta como el único, a pesar de algunas críticas en ese sentido. En algún lugar citamos una frase de Masotta que aludía al encuentro con los Mannoni: “el principal responsable de esto soy yo, pero no el único”. Y basta recordar la presentación que hizo de la EFBA en París para darse cuenta que el mismo Masotta habló de otra gente, entre ellos Sciarreta y Rozitchner como parte del grupo de sofistas; pero hay que tener en cuenta la audiencia. Finalmente, para terminar con el trío traído podemos recordar el reportaje que le hace Rosángela Rodrigues de Andrade a Raúl Sciarreta, donde éste afirma que escuchó hablar de Jacques Lacan por primera vez a Oscar Masotta (5).

En cuanto a las afirmaciones sobre el papel de Rozitchner, que las comparte con Plotkin, Vainer y Carpintero, basta recordar que su mayor contribución a la revolución freudiana, fue su texto Freud y el individualismo burgués que recibió un comentario de Germán García en la revista Latinoamericana, bajo el título “Rozitchner y los límites del individualismo burgués”, donde se decía que Rozitchner como los psicólogos del yo, suponen al yo dueño del habla y que se trataba de hacer pasar por “el psicoanálisis (identificado con el sujeto) al marxismo (identificado con la historia)”, en un lenguaje más coloquial, gato por liebre. En este punto la confusión de nuestro autor es similar a la de un periodista, que ubica al otro Rozitchner en la revolución milleriana, de Jacques – Alain Miller. Parece que los Rozitchner siguen cumpliendo un papel fundamental, en diferentes décadas, en la reinvención del psicoanálisis. Al analizar el discurso del presidente argentino en la inauguración del año parlamentario, al comentar tanta pasión el periodista expresa: “Macri volvió a identificarse con el cambio, como una posición emocional. Rozitchner puro, ahora bajo la inspiración de Jacques – Alain Miller” (6). Difícilmente Alejandro Rozitchner esté inspirado por Jacques – Alain Miller.

En beneficio del Rozitchner revolucionario, hay que mencionar la defensa de Starcenbaum frente a la crítica de Plotkin, (que se puede extender a otros autores que se “proponen” realizar trabajos científicos) por su Freud…al señalar que realiza una lectura “muy personal” ante lo que dirá que ha pasado demasiada agua bajo el puente de la historia intelectual y de la teoría de la recepción para afirmaciones de las características de Plotkin, de que teorías antagónicas, al mezclarse, constituyen ensalada teórica lo que lo conduce a interrogarse: “Ahora bien, ¿qué lectura no es personal? ¿Y por qué a determinadas corrientes psicoanalíticas se le asigna la realización de ‘lecturas personales’ y la preparación de ‘ensaladas teóricas’ y a otras no” (3).

Para cambiar un poco de país, y ya que aludimos a un país central, y de lectura en lectura, o lectura sobre lectura, podemos pasar a leer un texto de Geoff Shullemberger, publicado por la Universidad de Nueva York, que llama “Oscar Masotta y la descentralización del psicoanálisis lacaniano” (7), donde se pueden encontrar varias cuestiones interesante ligadas al tema de la recepción, y se presenta otra perspectiva respecto a las fuentes del psicoanálisis (lacaniano), más del lado de las letras que de la psiquiatría y más específicamente, aunque parezca curioso, del lado de Borges.

Se encarga de discutir el modo que algunos autores han considerado a Masotta en su transmisión de Lacan. Cita, por ejemplo, el texto de Plotkin de 2001 quien ha criticado la identificación con el maestro francés al extremo. Y la caracterización que hace, cuando dice que llega un momento que no se sabe qué voz estamos escuchando, si el que habla es Masotta o Lacan.

También realiza el análisis de un texto que publicó un inglés, Phillip Derbyshire, “Who was Oscar Masotta” (en la revista Radical philosophy, en 2009). En principio, destaca que el de Derbyshire forma parte de los artículos que han redescubierto a Oscar Masotta como “pionero”, “fundador”, “maestro de una generación” y -recordemos el enojo de Vezzetti- “como fuente y origen del psicoanálisis lacaniano en la Argentina”. Afirmación realizada luego de indicar que en la actualidad el retorno de Masotta está en curso, como ha declarado en el suplemento cultural Ñ, el escritor, psicoanalista y largo tiempo colaborador de Masotta, Germán García. El dato de ese retorno lo dan, dirá García, las reediciones no sólo en Argentina, sino los trabajos en lengua hispana y otras lenguas, afirma en el suplemento (8).

Se sitúa la transmisión de Masotta como una cuestión entre el centro y la periferia. Es un texto interesante que, como se sostiene desde el título mismo, intenta explicar el papel de Oscar Masotta en el desplazamiento del psicoanálisis lacaniano desde el centro (París) a la periferia (Buenos Aires).

Antes de desarrollar la tesis de Shullemberger, que las relaciones entre el centro y la periferia no son tan simples y que en ocasiones la periferia no hace más que repetir lo que el centro ya ha repetido, vale mencionar otros ejemplos respecto a esa complejidad. Por un lado, esa relación descripta por Shullemberger en el año 2016, entre Victoria Ocampo y Lacan mediatizada por Borges, Caillois y otros, fue desarrollado por Jorge Baños Orellana en su novela, donde llega a afirmar que, entre otras causas, el encuentro de Lacan con Victoria Ocampo produjo, el pasaje de la neuropsiquiatría al psicoanálisis, a partir de introducir incertidumbre en los desarrollos del que hasta entonces se mostraba como un psicólogo del yo (9).

Por otro lado las referencias de Derbyshire, en el año 2009, de que Masotta construía teoría con referencias personales, fue desarrollada por autores argentinos, en particular Horacio González, destacó que “En el recorrido de Oscar Masotta es posible reconocer el antiguo oficio de hablar sobre sí mismo mientras se habla del conocimiento del mundo”. Esas autorreferencias que señala Derbyshire y con las que acuerda Shullemberger, no serían otra cosa según González que “la intención de hacerlo motivo y caución de las teorías del mundo (10).

También se puede encontrar en la improvisación de Ricardo Piglia sobre Masotta, quien afirma que en su presentación de Roberto Arlt yo mismo, Masotta estaba dando cuenta de las condiciones de lectura, cuáles eran las condiciones sociales que definían el texto (cuando Shullemberger acuerda que la escritura de Masotta sobre Lacan es autorreferencial, expresa que eso es, en parte, el esfuerzo de teorizar sobre sus propias condiciones de producción). Asimismo Piglia menciona algo muy importante para el tema de la recepción: la importancia de las traducciones en las lecturas que se realizan en la periferia (11).

También, como parte de ese intercambio tenemos la respuesta que dio alguien que ha circulado por aquí y que realiza investigación sobre Masotta y el arte conceptual en Argentina en los años sesenta. Daniel Quiles expresa que Derbyshire en su artículo, no toma en cuenta los años 1965 a 1967, donde el compromiso de Masotta con el arte contemporáneo le permitió, por un tiempo, sacar provecho para elaborar estrategias críticas interdisciplinarias que hicieron de él algo más que un escritor y una fuente independiente de ideas (12).

Según Shullemberger, al realizar una crítica similar a la de Plotkin, Derbyshire afirma que la retórica de Masotta devalúa la posición del lector periférico ya que ubica al mismo en la posición de repetir lo que se dice en el centro, aún cuando tal intervención podría abrir alguna novedad u originalidad involuntaria.

Tal mimetismo ha sido una constante en la cultura argentina del siglo XX, ha dicho Derbyshire. Y se podría considerar eso como una forma del colonialismo al nivel de la teoría, donde el aparato conceptual y los problemas teóricos son siempre producidos en otro lado y transferidos al nuevo terreno, como si la distancia entre el centro y el margen no existiera. Algo que Masotta, destaca, había podido observar en la crítica que realizó a Sur, pero que él pone en acto en su exégesis de Lacan.

Shullemberger dirá que Derbyshire, en su trabajo, muestra de qué manera Masotta dentro del seminario, como intermediario, está tomado por el significante, acorde con la teoría lacaniana, no puede hacer más que soportarlo, incapaz de manipularlo dado que el significante habla del sujeto. Pero lo extraño, dirá Shullemberger, resulta que así como el inglés destaca que Masotta está tomado por la carta de Lacan, él mismo está tomado por la carta Masotta. Así, como va demostrando que la retórica de Masotta respecto a Lacan lo sitúa en la posición de ser sólo influenciado, nunca influyente, Derbyshire revela estar él mismo influenciado por Masotta. De tal modo, la posición textual de Derbyshire es dominante y precaria como destaca que es la de Masotta. Éste podría describir bien la crítica de Derbyshire, cuando caracteriza su propio comentario sobre Lacan como ‘un texto que repite y transforma el texto de un autor…sin dejar de avisar al lector que ahí donde repite tal vez traiciona y que ahí donde transforma no es sino porque quiere repetir’.

Más adelante, luego del análisis de Derbyshire, Shullemberger dirá que claramente Lacan y la teoría lacaniana han emanado del reconocido centro o capital que ha sido París, que tiene una prolongada y complicada historia como fuente de los modelos intelectuales y culturales de la inteligencia latinoamericana. Así, la fructífera recepción del psicoanálisis lacaniano en la argentina, en gran parte debido al trabajo de intermediarios como Masotta y García, forma parte de esa historia mayor que es la absorción y transformación de los modelos parisinos.

Por eso no se trata de una mera repetición en la periferia de lo que sucede en el centro. Para ello Shullemberger, intenta mostrar el vínculo que ha tenido Lacan, por un lado con la cultura latinoamericana y por otro su recepción en Estados Unidos. De tal manera, señala que Argentina estuvo en Lacan antes que Lacan haya estado en Argentina. Por un lado destaca la relación con Victoria Ocampo, quien habló de los sueños napoleónicos de Lacan y la cita que realiza Lacan, a pie de página del texto de Borges sobre la carta robada de Poe. También afirma que, aunque en la biblioteca de Victoria Ocampo hay algunos textos de Lacan dedicados por el autor, jamás se publicó algo de Lacan en la revista Sur.

De igual modo destaca en ese intercambio cultural, el modo en que un autor norteamericano (Poe) se vincula con un analista francés (Dupin). Caracteriza la relación de Lacan con la IPA, que no ha dejado de ser un vínculo de marginalidad respecto al centro. E insinúa que el viaje de Lacan a Caracas estuvo relacionado con aquellos sueños napoleónicos de conquista, en la ocasión de la lengua hispana.

Finalmente, Shullemberger afirma que si Lacan lee a Freud, para usar la expresión de Masotta, no sin haber leído a Borges, entonces la repetición de Masotta del centro es la repetición del centro que ya ha repetido la periferia, y así las señales que emergen del mapa cultural en tales términos no pueden ser sostenidas. Es lo que sugiere Masotta, cuando escribe que nuestra cercanía a los textos de Lacan es efecto de la “‘distancia de las mediaciones entre nuestro texto y el terreno en cuestión’”.

 

Referencias

1- Vezzetti, Hugo: Psiquiatría, psicoanálisis y cultura comunista, Buenos Aires, Siglo XXI, 2016.


2.- De Ipola Emilio: “Mi amigo León” en
www.elseminario.com.ar/biblioteca/DeIpola_Mi_amigo_Leon.htm

También cf. el reportaje a León Rozitchner donde plantea algunas diferencias con Masotta y su pasaje al psicoanálisis. Así como las diferencias entre Lacan y Freud, más allá de que sea correcto o no su análisis, en
El Ojo Mocho Nº 3, Buenos Aires, otoño de 1993. Mal podría formar parte de la reinvención del psicoanálisis alguien que caracteriza a Lacan de social demócrata y que afirma que restringe los desarrollos de Freud. También se puede leer en ese reportaje sus diferencias con Masotta por su incursión en el psicoanálisis. En cuanto a la opinión de Emilio de Ípola respecto al psicoanálisis lacaniano puede cf. El Ojo Mocho Nº 20.

3.- Starcenbaum, Marcelo: “Marxismo, estructuralismo y psicoanálisis: itinerarios de Althusser en la cultura psicoanalítica argentina (1965-1976)” en www.hum.unrc.edu.ar/ojs/index.php/Filosofia/article/download/24/ElHilo4-5

4.- Vezzetti, Hugo: “Entre dos décadas”, en Oscar Masotta El revés de La trama, Atuel, 1999.

5.- Reportaje a Raúl Sciarreta en Rosángela Rodrigues de Andrade Puzzle(s) Masotta, Oscar Masotta y lo imaginario (búsqueda teórica y búsqueda de imágenes matrices), Rosario, Homo Sapiens, 1997.

6. Pagni Carlos: “Macri, ante su gran encrucijada, en La Nación, jueves 2 de marzo de 2016.

7.- Shullemberger, Geoff: “Oscar Masotta and the Decentering of Lacanian Psychoanalysis” revista Landa, vol.V, Nº 1, 2016. Universidad de Nueva York, Cf.

https://www.academia.edu/30938496/Oscar_Masotta_and_the_Decentering_of_Lacanian_Psychoanalysis

8. Germán García: “Masotta vuelve”, en Revista Ñ, 15 de mayo de 2010.

9. Baños Orellana, Jorge: La novela de Lacan, en particular cap. VII, Buenos Aires, El cuenco de plata, 2013.

10. González Horacio: “Oscar Masotta la teoría del sí mismo”, en Oscar Masotta Lecturas críticas, Buenos aires, 2000.

11. Piglia Ricardo: “Improvisaciones sobre un tema de Oscar Masotta comentario a Roberto Arlt yo mismo”, en Oscar Masotta lecturas críticas, ibídem.

12.Quiles, Daniel R.: Who was Oscar Masotta? Response to Derbyshire, Radical Philosohy 164, en

https://www.radicalphilosophy.com/wp-content/files_mf/rp164_extras.pdf

 
Billinghurst 901 (1174) Ciudad de Buenos Aires. Tel.: 4861-6152 / Fax: 48637574 / descartes@descartes.org.ar