La instancia del superyó

Alicia Alonso

Las clases proponen indagar y elucidar el concepto de superyó y sus funciones, en dos momentos de la enseñanza del psicoanálisis: las formulaciones de Sigmund Freud en los años treinta y el punto de viraje que introduce Lacan en los setenta.

Freud construye sus hipótesis tomando como punto de partida la dependencia primaria del individuo, su desvalimiento, y la angustia ante la pérdida del amor. En ese camino sitúa la incidencia perturbadora del superyó en el origen de la conciencia moral y el sentimiento de culpa. La conciencia moral –escribe en “El malestar en la cultura”– se comporta con severidad y desconfianza tanto mayores cuanto más virtuoso es el individuo. La angustia frente a la autoridad compele a renunciar a satisfacciones pulsionales, pero, la angustia frente al superyó esfuerza, además a la punición, puesto que no se puede ocultar ante el superyó la persistencia de los deseos prohibidos. El superyó ordena la renuncia a las pulsiones, pero una vez efectuada ésta, ordena renunciar más y más.

Años después, en la enseñanza de Lacan, el superyó encuentra su lugar como imperativo de goce, poniendo en evidencia la división del sujeto. Una instancia negativa –leemos en la primera clase de Aún– que se diferencia y opone al deseo. Allí se encuentra el punto de viraje que nos proponemos interrogar.