Jorge Alemán – L'osservatorio - La diseminación argentina, noviembre de 2006
Masotta... Nunca fuí su alumno, pero sí lo conocí y pude percibir su personalidad excepcional, recuerdo la ronquera de sus días finales, recuerdo el talento de su enunciación entrecortada, la sutileza final en la escansión de una frase. Como muchos argentinos de la época era un hombre angustiado, en el sentido noble del término angustia, alguien que, contra toda circunstancia, se tiene que volver a elegir, desarraigado, ilegítimo, sin patrimonio, en tierras extranjeras, eligiéndose a sí y a sus proyectos. Fue la suya una proeza intelectual incomparable. Evidentemente, todo esto suena muy sartreano pero en todos nuestros dilemas habita algo de Sartre.
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