Jorge Alemán – “Argentinos en Madrid” en revista el Murciélago N° 4, octubre/noviembre 1991. Leído en una reunión de la CIPA (París, febrero de 1991)
Lacan en Caracas
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Mientras preparábamos las condiciones de esa segunda lectura de Lacan, mientras nos entregábamos al tiempo de la lectura y a su espacio de cadencias, un nuevo hecho impact{o el sentido de nuestro devenir: el 13 de septiembre de 1979 había muerto Oscar Masotta en Barcelona, el talento y la valentía de su tarea debían ser proseguidos, la pregunta aún resonaba con más fuerza en Madrid ¿quiénes éramos nosotros? Junto a Larriera, en un momento entusiasta del desarrollo de nuestro seminario de lectura de Lacan habíamos recogido una fórmula que nos convocaba, “para ser serios hay que hacer serie”. La idea matriz de la Asociación Serie Psicoanalítica estaba en marcha, una publicación y un seminario debían constituir su punto de partida. Mientras decidíamos su ejecución un nuevo suceso tensaba el arco de la historia. Lacan viajaba a Venezuela, la sorpresa era definitiva, ¿qué significaba ese viaje? Iba a un país de lengua española que no era ni Argentina ni España, ¿era tan grande la distancia entre Madrid y París que ninguno sabía, qué forma, qué orden de inteligibilidad darle a ese acontecimiento? A partir de allí los primeros encuentros en las breves estancias en Madrid de Germán García inauguraron las discuciones sobre los alcances del Campo Freudiano. Quiero hacer constar qu epensar el psicoanálisis en sus consecuencias y extensión en el diálogo con Germán García se mantiene para mí como una labor fundamental.
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El 21 de marzo de 1981 escuché por primera vez, personalmente, a Jacques Alain Miller. Prefiero describir algunos matices de ese encuentro con su conferencia. Si había algo que hacía inconfundible el discurso de Masotta era su modo de dar cuenta del psicoanálsisis, al ser él un testimonio del pasaje de la filosofía al discurso analítico, nunca olvidaba del todo a sus interlocutores no analistas y tal vez sea ésa una de las razones de la claridad de su estilo. En los textos de Masotta el efecto de código que luego invadiría los textos lacanianos hasta lo ilegible, no estaba presente. Escuchar a Jacques Alain Miller, fue comprobar los efectos desplegados de esta vía fundamental, mientras Miller explicaba el psicoanálisis pareceía explicárselo a sí mismo, y el valor argumental era sostenido rigurosamente en toda su exposición, su intervención hacía sentir el entusiasmo de escuchar hablar de psicoanálisis con una responsabilidad plena sobre las palabras dichas.
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