Alberto Cardín –“Fallece en Barcelona el psicoanalista Oscar Masotta” del apartado “El Exilio: España y el affaire Mannoni” en el libro Oscar Masotta. El revés de la trama. Atuel/ Anáfora, 1999.
Con una coherencia tan fatal como el destino que el psicoanálisis atribuye a cada individuo, la muerte vino a sellar con el derrumbe biológico, la muerte biológica que, con la mudez, sobrevolaba desde hace aproximadamente un año la vida de Oscar Masotta, maestro y máximo exponente del psicoanálisis lacaniano en lengua española. Afectado de un cáncer de pulmón, que lo había privado de lo que él más amaba en la vida, la enseñanza verbal, un progresivo estado melancólico vino a sumarse a la enfermedad física, hasta dar al traste con su vida en la madrugada del pasado jueves.
Oscar Masotta, que durante los años cincuenta fue sin duda uno de los máximos animadores culturales de Buenos Aires, situándose en la vanguardia de las diversas modas culturales, en una capital tan receptiva como la del Plata, iban implantándose sucesivamente, para rebotar en algunos casos, años más tarde, hasta las trastiendas libreras españolas, vía las editoriales argentinas, había inaugurado en 1965, con su conferencia en el Instituto Pichon Riviere, Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía, una corriente de estudio y debate que, dentro de la bien implantada tradición psicoanalítica argentina, desembocó, en 1974, en la creación de la Escuela Freudiana de la Argentina, cuyos planteamientos, afines a los de la Ecole Freudienne, de París, pretendían una revivificación del psicoanálisis establecido, altamente psiquiatrizado, mediante una lectura del texto original de Freud en el espíritu y estilo inaugurados por Jacques Lacan.
Pensador de estructura fundamentalmente verbal, Masotta ha dejado tras de sí discípulos y ensayos de intervención, más que textos sistemáticos, siendo precisamente sus dos obras publicadas de carácter sistemático, La introducción a la lectura de Jacques Lacan y Las lecciones de introducción al psicoanálisis, meras transcripciones corregidas de sus cursos particulares en Buenos Aires y Barcelona. Y hay que subrayar este carácter “particular” de los cursos de Masotta porque en ninguna de las dos citadas ciudades la enseñanza de Oscar Masotta alcanzó reconocimiento universitario, a pesar de contar a veces entre su discipulado a algún profesor con asiento y cátedra, teniendo que reivindicar Masotta en todo momento el carácter “mercenario” y “sofístico” de su enseñanza, en un estilo nada habitual dentro de nuestras costumbres culturales, tan apegadas al aula.
Establecido desde 1975 en Barcelona, Masotta, ayudado por un grupo de psicoanalistas discípulos suyos, venidos de Argentina, fue impartiendo de esta manera por diversas ciudades de España su enseñanza de Freud y Lacan. A su muerte, deja tras de sí dos instituciones, desconocidas para la gran masa, pero de gran prestigio en medios especializados: La biblioteca freudiana de Barcelona y el Instituto gallego de estudios freudianos, así como la organización de los dos únicos congresos freudianos celebrados hasta la fecha en España. Si su semilla prende, el tiempo lo dirá.
Publicado en el diario El País de Madrid, el 16 de setiembre de 1979.
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