Fragmento extraído del libro de Ana Longoni
Traiciones. La figura del traidor en los relatos acerca de los sobrevivientes de la represión, Grupo editorial Norma, Bs. As., enero de 2007, pp. 200-201.
“Cualquier intento distinto de comprender al traidor entraña la posibilidad de reconocer cuánto del otro hay en uno mismo, nuestra zona gris. Dejar de pensar al traidor como un otro absoluto, que no roza en lo más mínimo nuestra experiencia, es algo que la propia literatura ha hecho. Señalaré apenas dos ejemplos clásicos de la literatura argentina en que ese ancestral binarismo es puesto en cuestión. Jorge Luis Borges imagina un argumento que concentra en “Tema del traidor y del héroe” en una única figura. Kilpatrick, conspirador irlandés del siglo XIX, es asesinado un día antes del comienzo de la rebelión victoriosa que él mismo planeará (y traicionará). Su condición de héroe público y traidor secreto es descubierta por alguien al que él mismo ha encomendado la investigación, y más tarde –gracias a las pistas que ha sabido dejar- por su propia descendencia. El traidor, al morir como héroe, no sólo queda glorificado para la posteridad sino que garantiza el triunfo de la rebelión. La intrínseca ambigüedad de su doble condición está inscripta en un único cuerpo (“el balazo anhelado entró en el pecho del traidor y del héroe”, escribe Borges). No es un traidor que simula ser héroe (ni viceversa): es el héroe y es el traidor, indisociables.
Por su parte, Oscar Masotta recurre al tópico de la traición en su análisis de la obra del escritor Roberto Arlt, considerándolo un rasgo o mejor una condición inherente de la clase media argentina. (1) En 1965, al presentar el libro con su memorable texto “Roberto Arlt, yo mismo”, confiesa que “escribir este libro me ayudó, textualmente, a descubrir el sentido de la existencia de la clase a la que pertenecía, la clase media. (...) Que en sus conductas late la posibilidad de una delación”. (2) Masotta reconoce así su condición de potencial delator (la suya, la de Arlt, la de sus personajes). Estamos ante dos perspectivas que eluden la oposición maniquea entre héroe y traidor, y que se arriesgan desde la literatura a la posibilidad de interrogarnos como sujetos más complejos, contradictorios, impredecibles e inquietantes.”
- Oscar Masotta, Sexo y traición en Roberto Arlt, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1965.
- Oscar Masotta, “Roberto Arlt, yo mismo” en Conciencia y estructura, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1969, pp.178-179
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