Libro : Poscrisis. Arte argentino después de 2001 . Andrea Giunta. Siglo veintiuno editores, colección Arte y pensamiento, Buenos Aires, mayo de 2009. (Paginas 200-201)
Los “imagineros argentinos” (1)
Sobre Oscar Masotta
Entre las muchas razones por las que el pensamiento de Masotta adquiere un brillo particular en el campo de su escritura sobre el arte, quisiera señalar al menos dos que considero centrales. En primer lugar, la decisión radical – que incluso lo comprometió corporalmente en la realización de performances- de comprender lo que estaba cambiando en la cultura de su propio tiempo y de valerse de diversos instrumentos teóricos a fin de analizar el cambio. En este sentido, Masota escribió sobre la historieta, el pop, las performances, la desmaterialización de los objetos artísticos. En todos los campos fue un anticipador, comprendido por un núcleo de artistas e intelectuales acotado, más que por los circuitos dominantes de la época.
En un sentido más especifico, es destacable su particular interpretación del pop. Despojado de la tradición modernista que hizo que, en 1963, Romero Brest se sintiera sorprendido la primera vez que tomó contacto con este movimiento en Nueva York, Masotta escribe sobre el pop en 1965 y cita artículos de revistas que probablemente haya consultado en la biblioteca del Instituto Torcuato Di Tella. Cuando finalmente ve las obras, en 1966, las acepta de modo incondicional. Por eso, más que esta aceptación, considero que el punto complejo y desafiante es su interpretación de 1965, basada en lo que había leído en las revistas, en su propia formación filosófica -lo que lo lleva a utilizar un vocabulario fenomenológico y existencialista que, en principio, parecería inadecuado para los objetos que analiza- , y que ofrece una perspectiva desviada respecto de aquella que dominaba, por ejemplo, en los escritos de Lawrence Alloway, que marcó las lecturas centrales acerca del pop inglés y norteamericano al enfatizar, entre otras cosas, su relación con la cultura urbana de producción masiva. La lectura de Masotta daba cuentas de fisuras que le permitían referirse a los artistas locales como “imagineros argentinos” (Santantonín, Wells, Minujin, Renart, Stoppani, Squirru, tal como los mencionó en su libro sobre el pop), preocupados por “la cosa”, con residuos de informalismo, y artífices de un proceso de desmaterialización que llevaron hasta sus últimas consecuencias.
Nota:
(1) Una versión abreviada se publicó en Pagina/12, 11 de septiembre de 2004.
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